Salud

Los principales problemas que afectan al bienestar emocional de los mayores

Stefano Traverso

Jueves 12 de junio de 2025

7 minutos

Celebrado el encuentro R-Conecta, con el foco en la salud mental y el cuidado de mayores

Los principales problemas que afectan al bienestar emocional de los mayores
Stefano Traverso

Jueves 12 de junio de 2025

7 minutos

El bienestar emocional y el cuidado de las personas mayores, con especial atención a la soledad no deseada, han centrado el segundo encuentro R-Conecta, una iniciativa de los centros de San Juan de Dios en Madrid que este año ha puesto el foco en la salud mental y el cuidado de colectivos especialmente vulnerables.

En esta ocasión, R-Conecta, cuyo objetivo es analizar y compartir experiencias, ha contado con la participación de los expertos Carlos Gil Arellano, psicólogo de la Unidad de Cuidados Paliativos y Daño Cerebral de la Fundación Instituto San José; Jordi Ramón Rizo, enfermero especialista en Salud Mental del Parc Sanitari Sant Joan de Dèu de Barcelona; Matilde Fernández, presidenta de SoledadES, del Observatorio de la Soledad no Deseada de Fundación ONCE, y Javier Yanguas, director científico del Programa de personas mayores de Fundación la Caixa. Asimismo, los asistentes han podido escuchar de primera mano qué supone enfrentarse de repente a la soledad, gracias al testimonio de Carlos, cuya mujer lleva cuatro años ingresada en la Fundación Instituto San José tras haber sufrido un ictus.

La jornada ha sido inaugurada por Elena Urdaneta, directora gerente de la Unidad Territorial III de San Juan de Dios España, y el director general de Atención al Mayor y la Dependencia de la Comunidad de Madrid, Óscar Álvarez López, la ha clausurado.

Salud emocional

Durante la primera mesa, se han tratado específicamente aquellos factores que influyen en la salud emocional de las personas mayores y que, según el psicólogo Carlos Gil Arellano, “son actualmente motivo de preocupación”. Según este experto, la soledad, el aislamiento, la depresión y la ansiedad son los principales problemas que afectan al bienestar emocional de las personas a medida que vamos cumpliendo años. De hecho, los datos ponen de manifiesto que la prevalencia de depresión a partir de los 65 años alcanza el 25%, cifra que se incrementa en los mayores de 85. El suicidio también es un tema de preocupación y es que el 30% de los casos se produce tras la edad de jubilación.

Detrás de estas cifras, señala, se encuentran una serie de factores biológicos, psicológicos y sociales que suelen intensificarse con el proceso de envejecimiento. De un lado, apunta, la aparición de problemas de salud como pueden ser enfermedades crónicas, discapacidad, deterioro o demencia. De otro, la jubilación, el síndrome del nido vacío y duelos asociados a otro tipo de pérdidas asociadas al poder adquisitivo, los cambios de rol o la muerte de seres queridos. Estos factores pueden contribuir a la soledad no deseada y al aislamiento, que pueden verse además agravados por la estigmatización y el edadismo que, a veces, se infligen inconscientemente.

Para Gil Arellano, es fundamental “no estigmatizar ni etiquetar” porque “hablamos de procesos que son parte de la vida y todos en algún momento pasaremos por ello”. La prevención y la planificación son esenciales para enfrentarse a esta etapa. Entre los consejos que da este experto, se encuentran el de llevar un estilo de vida activo, hacer ejercicio físico y no olvidarse de trabajar también el cerebro, seguir una dieta saludable, realizar revisiones periódicas y asegurarse un descanso de calidad. También hace hincapié en la importancia de tener una vida social rica, cultivando amistades, acudiendo a talleres o haciendo voluntariado, por ejemplo. Y, por último, cuidar específicamente la salud mental mediante interacciones sociales que nos hagan sentir escuchados y expresar emociones y buscando ayuda profesional cuando detectemos que algo está fallando.

Estos son los principales problemas que afectan al bienestar emocional de nuestros mayores

Envejecimiento positivo

Para Jordi Ramón Rizo, del Parc Sanitari, “es fundamental que promovamos una visión positiva del envejecimiento, fomentando comunidades que potencien vínculos y afectos que nos servirán como factor protector ante los cambios que puedan producirse en nuestra salud mental por el envejecimiento”.

Precisamente, desde San Juan de Dios España, a través de sus distintos dispositivos, no sólo se trabaja en la promoción del envejecimiento activo sino también en el respeto de los proyectos de vida de las personas a medida que van cumpliendo años ya que cada vez es más frecuente que las personas no quieran abandonar su entorno aunque tengan ciertos problemas asociados, por ejemplo, a una mayor dependencia. “Esto pasa por fomentar la asistencia a domicilio, trabajar en la teleasistencia, promover el voluntariado y la adaptación de los espacios donde estas personas viven. Además, si el envejecimiento supone un factor de vulnerabilidad en sí mismo, hay otros que, añadidos, aumentan el problema, como son la discapacidad, el sinhogarismo o los problemas de salud mental. Trabajar desde una mirada integral para atender a estos colectivos es fundamental para asegurar el bienestar de estas personas cuando llegan a mayores”, ha explicado Elena Urdaneta, directora gerente de la Unidad Territorial III de San Juan de Dios España durante su intervención.

Para Ramón Rizo, actualmente, se tiende a “medicalizar el malestar” para no atender los verdaderos detonantes de problemas que, muchas veces, son de carácter social. “Debemos trabajar más desde la humanización, desde la escucha y el acompañamiento de la persona, fomentando los vínculos, dando importancia a la unión sanitaria, social y política, para poder dar una respuesta más efectiva a los problemas de nuestros mayores”.

Soledad no deseada

Y para hablar de soledad no deseada en primera persona, el encuentro ha contado con el testimonio de Carlos cuyos planes, tras jubilarse, consistían en viajar con su mujer y disfrutar de la vida cuando por fin tenían tiempo. La realidad, sin embargo, fue otra y llegado el momento su mujer sufrió un ictus. Hoy lleva ya cuatro años ingresada en la unidad de daño cerebral severo crónico de la Fundación Instituto San José. Carlos ha explicado cómo “ante esta situación, todo tu mundo se viene abajo, cambian tus planes radicalmente y de repente te ves solo”. Carlos acude cada día a visitarla desde entonces y en este tiempo ha visto cómo “muchas personas desaparecen ante una situación que les desagrada y prefieren mirar a otro lado. Amigos de toda la vida han decidido que prefieren recordarla como era antes y no han venido ni a verla, como si estuviera muerta y ni ella ni yo no necesitáramos compañía”.

R-Conecta ha contado también con profesionales al frente de dos iniciativas de Fundación ONCE y Fundación La Caixa que trabajan específicamente en el ámbito de la soledad no deseada en mayores.

En el primer caso, Matilde Fernández ha hablado de la importancia de investigar sobre este tema para conocer cuál es la realidad y los factores que intervienen de cara a poder contrarrestarla y prevenirla. En sentido, ha subrayado cómo la soledad de los mayores, que afecta en torno al 20% a los 75 años, es un problema mayor en la mujer y en el ámbito urbano. Sin embargo, llama la atención sobre cómo en aquellas comunidades donde tradicionalmente la mujer ha jugado un papel más activo desde el punto de vista sociolaboral, Galicia, País Vasco y Cataluña, el problema es menor. Otro factor protector sería la educación y es que, según ha subrayado, “carecer de estudios superiores eleva la probabilidad de sufrir soledad en un 50%”.

En dos de cada tres casos de soledad no deseada en mayores, ésta se cronifica. Para evitarlo, ha insistido la presidenta de SoledadES, “es necesario impulsar políticas dirigidas a prevenir y paliar este problema mediante la construcción de una sociedad más activa y participativa, con barrios más inclusivos y espacios más cohesionadores”.

En esta línea, Javier Yanguas, ha hecho hincapié en que “debemos pensar qué modelo de envejecimiento necesitamos ya que el actual está pensado para una vejez que dura diez años, como antes, pero es que ahora la vejez dura veinte o treinta. Esto nos obliga a repensar el modelo y caminar hacia sociedades más comunitarias”.

En su opinión, “la soledad no es una enfermedad, es consustancial al ser humano y debemos aprender a gestionarla”. Por ello, programas como el que dirige ayudan a muchas personas a enfrentarse a soledad mediante estrategias basadas en el empoderamiento y la adquisición de habilidades así como sensibilizando sobre esta realidad.

“Actualmente, prolifera la idea de que todo el mundo está obligado a ser permanentemente feliz y se divide a las personas entre las que son vitamina y las que son tóxicas. Basta ya. Creo que hay una tiranía en este sentido que dificulta la aceptación de la vulnerabilidad, de la fragilidad y del sufrimiento, en general, que está haciendo mucho daño”.

Sobre el autor:

Stefano Traverso

Stefano Traverso

Stefano Traverso es licenciado en Ciencias de la Comunicación en la USMP de Perú; con un máster en Marketing Digital & E-commerce en EAE Business School de Barcelona. Ha trabajado en diferentes medios de comunicación en Perú, especializándose en deporte, cultura y turismo.

… saber más sobre el autor