Solo hace falta echar un vistazo a las cifras del Instituto Nacional de Estadística (@es_INE): dentro de medio siglo el 30% de la población de nuestro país tendrá más de 65 años o, lo que es lo mismo, serán unos 12 millones de personas. Dentro de esta cifra, más de la mitad incluso habrán cumplido los 80 años.
Por ello, es lógico adivinar la cantidad de profesionales que se necesitan para atender a este colectivo de mayor edad. En la actualidad, esta situación en el mercado laboral se refleja en un número cuanto menos significativo: apenas 1 de cada 9 empleos se destina a estos cuidadores.
Una realidad dada a conocer por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (@seggeriatria) y que considera "insuficiente", ya que no puede cubrir ni la demanda actual ni la que se dará dentro de 50 años. Es más, apuntan desde esta entidad, no solo se precisan más profesionales en este sentido, sino que es importante que los trabajadores tengan una formación específica para poder responder a las necesidades y características especiales de estas personas de edad avanzada.
Una petición que lanzan en voz alta para que pueda ser aplicada en los centros asistenciales y residencias de mayores, y en la atención domiciliaria que se lleva a cabo con muchos de estos usuarios.
Pero no hablamos solo de una situación que se vive en nuestro país. En naciones de nuestro entorno, como Alemania, no faltan estos días anuncios buscando personal español. Ofertas de empleo para trabajar como cuidador por un sueldo que ronda los 30.000 euros anuales.
Un trabajo cualificado que poco o nada tiene que ver con lo que se vive en muchas casas de nuestro país. En estos hogares, es la mujer la que se encarga de ese familiar. Algo que sucede en el 85% de los casos en España, tal y como confirman especialistas de la Organización Internacional del Trabajo (@OITnoticias), que recuerdan, además, que hay pocos varones en esta realidad social. Y esto obedece, sobre todo, a los "roles asignados en sociedades patriarcales", como explican desde el Instituto de la Mujer (@Inmujer).
Mujeres que tras muchos años cuidando a sus padres, suegros o parejas deciden, en algunos casos, prepararse para desarrollar esas funciones en las mejores condiciones tanto para asegurar su calidad de vida como la de esa persona dependiente.
Sin embargo, cuando es complicado conciliar la vida familiar y profesional o la situación es más grave, se antoja esencial contar con la ayuda y la experiencia de un profesional especializado en la atención de estas personas de edad avanzada. Alguien formado para ello y que cubra las necesidades no solo de la persona a la que está asistiendo, sino también de su entorno familiar.
Algo por lo que abogan estos últimos expertos para liberar también de esa carga a la mujer en el hogar. "La tendencia tiene que ir a que los cuidados estén cada vez más profesionalizados a través de buenos y asequibles servicios públicos, en lugar de a través de la dedicación casi exclusiva y desinteresada de las mujeres de la familia".
Hablamos de unos cuidadores profesionales, tanto hombres como mujeres, que llevan a cabo labores de asistencia domiciliaria o trabajan en centros de día y residencias ayudando a personas mayores o con un grado de dependencia reconocido por ley. Un trabajo que se debe desempeñar, siempre y cuando sea profesional, previa obtención de una titulación. Eso es lo que tienen las más de 500.000 personas que trabajan actualmente en este sector y cuyo perfil responde a estas premisas básicas: