Salud

Mercè Boada: "Estamos en el mejor momento de la enfermedad de Alzheimer"

Entrevista a la neuróloga y cofundadora de la Fundación ACE

Laura Moro

Foto: Cedida por la entrevistada

Domingo 21 de septiembre de 2025

13 minutos

Laura Moro

Foto: Cedida por la entrevistada

Domingo 21 de septiembre de 2025

13 minutos

Mèrce Boada (76 años) es neuróloga e investigadora especializada en enfermedades neurodegenerativas. La cofundadora y directora médica de la Fundación Alzheimer Center Barcelona asegura que estamos viviendo “el mejor momento de la historia de la enfermedad”. ¿La razón? Por primera vez existen fármacos que reducen la carga biológica en el cerebro y mejoran la cognición de los pacientes, un avance que parecía inalcanzable hace apenas una década.

La experta ha repasado los logros más recientes y adelanta las nuevas vías de investigación que se están abriendo paso: desde terapias dirigidas a la proteína Tau hasta tratamientos de plasmaféresis ya disponibles en España, pasando por sorprendentes estudios que relacionan el alzhéimer con bacterias de la gingivitis.

Además, Boada también lanza un mensaje a la sociedad: el alzhéimer no se combate solo en laboratorios ni hospitales: la actividad social, cultural y física a lo largo de la vida es una herramienta tan poderosa como los tratamientos. Y de cara al futuro, recuerda que España debe prepararse para el inevitable aumento de casos: “Si no lo hacemos, la situación será mal gestionada”.

Village Alzheimer, el pueblo francés donde solo viven mayores con demencia

PREGUNTA: ¿Qué avances en la investigación de tratamientos contra la enfermedad de alzhéimer se han hecho en los últimos años? 

RESPUESTA: En los últimos 30 años, la ciencia ha tardado mucho en encontrar vías de acción plausibles que den lugar a tratamientos. Sin embargo, hemos conseguido que, después de 30 años de investigación, ahora tengamos fármacos que han tenido éxito. Éxito significa que se ha logrado reducir la carga de beta amiloide, una proteína mal plegada en el cerebro, que es una de las bases de la patología cerebral. Tenemos dos biomarcadores que lo confirman: uno es un marcador de PET que muestra la reducción de la masa de depósito de beta amiloide, y el otro es un marcador determinado en sangre periférica. Actualmente, tres fármacos han cumplido estos requisitos: han reducido la carga biológica de la enfermedad y han mejorado clínicamente la cognición. Esto es un éxito nunca antes visto, por lo que estamos en el mejor momento de la historia de la enfermedad de Alzheimer.

Es importante aclarar que estos fármacos no curan la enfermedad como una pulmonía. Lo que hacen es reducir la carga de beta amiloide, "limpiando" el cerebro de patología, y mejoran la memoria, el lenguaje, el cálculo y otras funciones cognitivas. Sin embargo, el paciente continúa declinando, aunque a una velocidad diferente a los que no toman el fármaco. Es decir, el empeoramiento será más suave y mucho más corto. No curamos, pero tenemos pruebas biológicas de que estos fármacos actúan donde se espera. Actualmente, hay dos fármacos que ya se pueden prescribir en más de veinte países, como Estados Unidos. Europa, aunque con retraso, también los ha aprobado, y ahora cada Estado gestionará su implementación.

"Estamos diagnosticando la enfermedad en una fase muy temprana"

 

P: ¿Cuáles diría que son las vías y las nuevas líneas de investigación más prometedoras? 

R: Tenemos varias vías prometedoras. Durante mucho tiempo, la beta amiloide fue la única protagonista, y se desestimaron otros conocimientos. Ahora, se están desarrollando otras áreas:

  • Proteína Tau: aunque descubierta en el 75, se le atribuye un papel relevante en la enfermedad de Alzheimer.
  • Moduladores de las sinapsis: los primeros fármacos que tratan a los pacientes actualmente se basan en la pérdida de capacidad sináptica y dendritas en las neuronas.
  • Neuroinflamación y modulación de la respuesta inmunológica: hay fármacos que ya están en el mercado. Por ejemplo, la plasmaféresis terapéutica, un tratamiento para muchas enfermedades neurológicas, se publicó para el alzhéimer y ahora está en las guías. En España, centros punteros en Barcelona, Madrid y Sevilla la aplican, buscando controlar la neuroinflamación en lugar de la beta amiloide. Este tratamiento, sin placebo, ha demostrado dar una estabilidad a los 18 meses en el 40% de los pacientes tratados.
  • Fármacos personalizados para pacientes portadores de un alelo específico (APOE4/4), que no pueden acceder a otros tratamientos, se está desarrollando una variación de un fármaco desestimado (el 3000), que podría ser efectivo para esta población exclusiva.
  • Porphyromonas gingivalis: hay estudios prometedores sobre una bacteria de la gingivitis y una enzima que modula su función, con resultados iniciales positivos.

En resumen, tenemos un "arsenal fantástico" que incluye los fármacos aprobados mundialmente, la plasmaféresis terapéutica con su demostrada seguridad y los fármacos que llegarán próximamente, como los derivados y modificadores, incluyendo los dirigidos a la neuroinflamación.

P:¿Cuándo cree que podremos tener un tratamiento efectivo frente a los síntomas de alzhéimer? 

R: Es crucial entender que la enfermedad de Alzheimer es un continuo. Cuando aparecieron fármacos como el Donepezilo, los pacientes ya presentaban demencia moderada. Con los avances en marcadores e instrumentos de diagnóstico más precisos, ahora podemos conceptuar otras fases, como el deterioro cognitivo leve (DCL), donde el paciente se queja de algo pero los déficits no son tan claros, y las quejas subjetivas cognitivas. Si se objetiva la pérdida de memoria, lenguaje o función ejecutiva, se convierte en DCL.

En estos 30 años, gracias a la investigación básica, los biomarcadores, el PET y la genética, estamos diagnosticando la enfermedad en una fase muy temprana. Actualmente, un 40-45% de las personas con signos de la enfermedad no son aún dementes. Toda la investigación se enfoca en predecir, prevenir y hacer un diagnóstico precoz. Esto abarca desde el asintomático hasta las fases muy tempranas de demencia leve.

La idea es acortar el tiempo para el diagnóstico, que actualmente puede llevar cuatro años. Invertiremos mucho más en prevención que en curación. La analogía es como predecir un tsunami con antelación para tomar medidas preventivas y evacuar a la población antes de que llegue. Se busca transformar esta detección científica en un fármaco que dé calidad de vida a los pacientes y a su entorno cuidador.

"La idea es que la Atención Primaria pueda detectar factores de riesgo"

 

P: Y respecto a los biomarcadores y la detección precoz de la enfermedad, ¿en qué punto estamos? ¿Se puede detectar ya el alzhéimer de forma asintomática con un análisis de sangre? 

R: Sí, existen biomarcadores muy precoces, especialmente en plasma, que podrían indicarnos alteraciones incluso diez o veinte años antes de que aparezcan los primeros síntomas. Esto nos permitiría identificar individuos "en riesgo". Además, se puede determinar el riesgo con estudios de neuropsicología basados en inteligencia artificial (IA), que manejan miles de datos para indicar si una persona está en zona de riesgo (rojo, ámbar o verde). Fundación Ace tiene mucha experiencia con un instrumento gratuito llamado Face BI, que es muy efectivo.

También se está trabajando con IA en estudios de lenguaje. Hay un estudio que, basándose en la descripción de una postal y una prueba de fluidez verbal, dura solo cuatro minutos y puede aplicarse en entornos cotidianos como farmacias. En Barcelona, se hicieron 1500 exploraciones en farmacias con este método, con buenos resultados.

La idea es que la Atención Primaria pueda detectar factores de riesgo combinando estos métodos (pruebas en farmacias, biomarcadores, Genetic Score y quejas subjetivas) para diagnosticar a personas menores de 65 años de forma muy precisa. Esto proporcionaría un volumen suficiente de individuos para la investigación de nuevos fármacos. Incluso se está desarrollando la sustitución de modelos placebo por modelos de IA para acelerar y eficientar los estudios. El futuro es esperanzador y hay mucho trabajo en marcha.

"La pérdida de memoria o lenguaje no es cosa 'de viejos'"

 

P:¿Funcionan los test para saber el riesgo que tenemos de padecer la enfermedad muchos años antes de que aparezca? ¿Tiene sentido que los hagamos?

R: Si no hay un historial familiar de demencia muy joven, la población general debería tener un rendimiento cognitivo normal a los 40 o 50 años. Es importante evitar hábitos tóxicos como fumar o beber, y gestionar problemas como la depresión, la sordera o problemas visuales, que pueden afectar el rendimiento cognitivo. También es crucial evitar traumatismos craneoencefálicos; por eso se enfatiza el uso de casco en patinetes, bicicletas e incluso se sugiere para deportes como el fútbol.

A partir de los 65 o 70 años, es fundamental mantener la sociabilidad y las relaciones sociales. Somos animales gregarios y sociales; debemos fomentar la actividad cívica, ir a centros cívicos, bibliotecas, teatros, centros de día para relacionarnos, hablar, debatir e incluso enamorarnos.

Un estudio de Boston resaltaba que caminar es bueno, caminar y hablar mejora más, y bailar mejora mucho más. Bailar implica movimiento, seguir el ritmo de otro, y transformar la música en movimiento, lo cual es un ejercicio mental fantástico. Todo esto mejora nuestra capacidad de tener un cerebro resiliente y normal. El objetivo es llegar a los 65, 75 o 80 años más sanos y, si no lo somos tanto, tener fármacos eficaces.

No hay que tenerle miedo al déficit. La pérdida de memoria o lenguaje no es "de viejos", es un concepto diferente. La vejez está en la mente, no en la edad cronológica. Debemos mantener un cerebro activo y un "corazón que palpite por la vida", y la sociedad debe ser inclusiva con todas las edades.

P: Y mientras encontramos una cura, ¿qué se puede hacer en el ámbito de la prevención a nivel individual? ¿Cuáles son los hábitos saludables que todos deberíamos aplicar en nuestro día a día? ¿Y los mayores? ¿Hay recomendaciones específicas para ellos?

R: Para reducir el riesgo de alzhéimer a lo largo de la vida, se deben adoptar hábitos saludables en cada etapa:

  • Infancia: una buena escolarización y los instrumentos necesarios para que el cerebro se desarrolle plenamente.
  • Adolescencia: mantener la capacidad de estudio y socializarse. Es una etapa de toma de decisiones, contraste, comparación y crítica (función ejecutiva). Hay que evitar hábitos no saludables como el consumo de drogas, tabaco o alcohol, situaciones de estrés y asegurar un buen control del sueño.
  • Adultez y vejez: continuar con hábitos saludables. Comer bien, evitando alimentos procesados. Realizar actividad física regulada (caminar, si es acompañado, mejor; bailar, Tai Chi). participar en actividades culturales y sociales (cursos, lectura, clubes de manualidades, coros, teatro, visitas a museos). La actividad intelectual y social constante ayuda a tener un cerebro más resiliente.

Es fundamental no tenerle miedo al déficit y buscar ayuda médica si se percibe una pérdida de lenguaje o memoria. La sociedad debe superar el edadismo, ya que la pérdida de memoria no es un destino inevitable de la vejez. La clave es mantener el cerebro activo, el "corazón que palpite por la vida" y fomentar una sociedad inclusiva.

P: A nivel grupal, ¿qué puede hacer la sociedad para disminuir la incidencia del alzhéimer (combatir la soledad, etc.)?

R: La socialización es extremadamente importante. Un estudio de la Fundación Acequia de hace casi 20 años destacaba el papel fundamental de la familia como cuidadora. Debemos evitar la soledad, especialmente en mujeres que viven solas con demencia leve.

El concepto de las residencias debe ser reevaluado. No son asilos para apartar a la gente, sino que pueden ser el mejor hábitat en un momento determinado, tanto para quienes tienen un trastorno cognitivo como para quienes no. En ellas se recibe atención, se tienen amigos, se controlan los hábitos alimentarios y se ofrecen actividades culturales, viajes, fiestas y voluntariado, fomentando una vida activa y social.

Además de los tratamientos farmacológicos, los tratamientos no farmacológicos han avanzado muchísimo:

  • Estimulación Magnética Transcraneal (EMT): aprobada para depresiones, fatiga crónica, fatiga post-COVID, y para estimular la memoria y la función cognitiva. Es un tratamiento accesible y con buena experiencia.
  • Centros de día: ofrecen actividades como danza, pintura y, de forma fantástica, estimulación a través de la realidad virtual. En los centros de día de Fundación ace se utiliza la realidad virtual para que los pacientes puedan "viajar" al Mediterráneo, cocinar, pintar, visitar museos o bucear, todo desde una silla. Esto es una maravilla para pacientes con alzhéimer que no tienen otras posibilidades, y también es útil para adolescentes con autismo.

No debemos cerrarnos a un solo tipo de tratamiento, sino abrirnos a todas las estrategias que globalmente mejorarán la situación.

"Se puede cambiar el mundo y lograr un futuro esperanzador para el alzhéimer"

 

P: Terapia con los pacientes y cuidados. ¿En qué punto estamos y cómo se puede avanzar para que reciban los mejores cuidados? ¿Unos buenos cuidados son sinónimo de una progresión más lenta de la enfermedad?

R: Los buenos cuidados son fundamentales para los pacientes, pero también para sus familiares y cuidadores, ya que el estrés de la situación puede generar patología en ellos. Sin familiares o cuidadores, la enfermedad es "un caballo desbocado".

Las políticas públicas son cruciales. Ciudades como Barcelona están trabajando en planes (como la Mesa del alzhéimer y un plan hasta 2030) para ser ciudades amigables, confortables e inclusivas. Estos planes incluyen proyectos para cuidadores con ventajas en servicios públicos. Las comunidades de vecinos también deben mejorar para hacer la vida más autónoma y feliz.

Se necesitan cambios elementales en la infraestructura y servicios:

  • Más tiempo en los semáforos para cruzar calles.
  • Letreros y anuncios más grandes para facilitar la lectura.
  • Menús de restaurantes agradables y no complejos, con personal que ofrezca ayuda (por ejemplo, quitar las espinas del pescado si ven dificultades para usar los cubiertos).
  • Servicios que piensen en las necesidades de las personas mayores, como se hace con los niños en los aviones o restaurantes.

Esto es parte de un país con calidad, y proyectos como el de Barcelona demuestran la voluntad de las instituciones y el ayuntamiento de trabajar para las personas, sin egos, para que el proyecto salga adelante.

P: Y desde el punto de vista asistencial, ¿Qué debemos hacer como sociedad ante el probable aumento de pacientes debido al progresivo envejecimiento de la población en España? ¿Estamos preparados? ¿Qué consecuencias tiene no prepararse?

R: Si no nos preparamos, la situación será "mal gestionada". Debemos invertir en predicción y prevención, y la inteligencia artificial (IA) es una gran aliada para recoger datos rápidamente y generar algoritmos predictivos. Es crucial reducir los tiempos de espera para el diagnóstico. Actualmente, en Europa, desde la primera queja de memoria hasta el diagnóstico en una unidad de memoria, pueden pasar entre tres y cuatro años (tres en Cataluña). Esto es inaceptable, ya que genera incerteza e incertidumbre.

El punto de inflexión será la implementación de instrumentos de detección precoz. Gracias a la IA, programas basados en el lenguaje espontáneo pueden detectar rápidamente si algo no va bien. Si se detecta un problema, el médico de atención primaria, que ya dispondrá de estos datos, podrá derivar al paciente rápidamente. Cuando lleguen los biomarcadores, la atención primaria podría realizar un test de glucosa.

Además, se están desarrollando biomarcadores capilares. En lugar de extracciones de sangre, se podría hacer una punción en el dedo, como para la diabetes, depositar una gota de sangre en un bastoncillo secante, que no necesita refrigeración, y enviarlo al laboratorio para obtener resultados rápidos. Esto es "fantástico, fantástico" y es un gran avance.

En Barcelona, instituciones como la Fundación Pasqual Maragall y Fundación Ace han establecido un convenio de colaboración para sumar esfuerzos, añadir y crecer, haciendo que todo esto sea más asequible y llegue más pronto al ciudadano. Existe un gran entusiasmo por el futuro, con la convicción de que se puede cambiar el mundo y lograr un futuro esperanzador para el alzheímer.

Sobre el autor:

LauraMoro

Laura Moro

Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.

… saber más sobre el autor