Lucas Leal
Preguntas
Los parámetros que no debes ignorar en tu análisis de sangre: estos errores arruinarán el resultado
Prestar atención a estos aspectos puede ayudar a prevenir enfermedades

Descifrar nosotros mismos los resultados de una analítica puede parecer una buena idea, especialmente cuando internet y otras plataformas y foros sobre salud están al alcance. Pero esto tiene sus riesgos: autodiagnósticos inciertos, tratamientos inadecuados y, sobre todo, una potencial demora peligrosa en la identificación de enfermedades.
Así lo apunta la doctora Eva Guillén, especialista en Bioquímica Clínica y miembro de la junta directiva de la SEMEDLAB, quien advierte que confiar en fuentes poco fiables puede ocasionar una ansiedad y un miedo "innecesarios”: "Siempre se debe consultar con un profesional de la salud que asegure un diagnóstico correcto, un tratamiento adecuado, y un manejo seguro del proceso", explica la experta a Infosalus.

¿Qué no puede faltar en una analítica básica?
La profesional subraya que una revisión de sangre bien hecha es "una ventana privilegiada" al seguimiento efectivo de nuestra salud: "Cada cifra importa, y siempre tiene una historia que contar". Según Guillén, estos son los parámetros que deberías verificar en una revisión rutinaria:
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Hemograma completo: mide glóbulos rojos, blancos y plaquetas.
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Glucosa: imprescindible para detectar alteraciones en el metabolismo.
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Perfil lipídico: control de niveles de colesterol (total, HDL, LDL) y triglicéridos.
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Función renal: creatinina, tasa de filtrado glomerular y urea.
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Función hepática: bilirrubina y enzimas como ALT y GGT.
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Electrolitos esenciales: sodio, potasio y cloruro.
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Metabolismo óseo: calcio y fosfato.
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Hormonas tiroideas: particularmente TSH.
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Análisis semicuantitativo de orina
Por supuesto, este conjunto básico puede variar según tu edad, antecedentes médicos o síntomas particulares, y si algo no está claro, tu médico podría ordenar pruebas adicionales basadas en estos resultados.

Lo que sí puede alterar tus resultados y cómo evitarlo
Antes de acudir al laboratorio, ten en cuenta algunos factores que podrían alterar tus niveles y confundir el análisis:
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No respetar el ayuno prescrito, por ejemplo antes de medir la glucosa.
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Seguir una dieta extrema con exceso de carbohidratos, grasas o proteínas.
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No mantenerte hidratado, o por el contrario, beber sin moderación.
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Consumir alcohol o tabaco.
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Tomar medicamentos o suplementos sin consultar.
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Practicar ejercicio fuerte o deporte extremo las 24 horas previas.
Estos errores no solo comprometen la precisión del análisis, sino que podrían motivar decisiones médicas equivocadas.
La vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Medicina de Laboratorio recuerda que la frecuencia con la que deben realizarse los análisis depende de la edad, del estado de salud del paciente y de otros factores como antecedentes personales o familiares.
Sin embargo, la doctora Guillén es partidaria de adoptar un seguimiento continuado en el tiempo: "A partir de los 40 años, la mayor parte de las recomendaciones actuales aconsejan realizarla al menos una vez al año". De esta forma, es posible detectar un posible problema de forma temprana y, así, poder establecer un diagnóstico y un tratamiento lo antes posible, sobre todo a medida que aumenta la edad.