Salud

Prueba de Papanicolau, ¿en qué consiste?

Ignacio Casanueva

Viernes 10 de julio de 2020

2 minutos

Prueba de Papanicolau, ¿en qué consiste?
Ignacio Casanueva

Viernes 10 de julio de 2020

2 minutos

Escuchar que vas a hacerte la prueba de Papanicolau no siempre es sinónimo de que hay alguna molestia o problema en tu zona vaginal o cervical. La prueba de Papanicolau es una prueba que ayuda a los médicos a saber si hay alguna complicación en el cuello uterino o cérvix (parte inferior del útero que conduce hacia la vagina). El punto positivo de esta prueba es que también permite la detección precoz de las posibles complicaciones futuras, ya que las descubre sin que la paciente presente síntomas.

En concreto esta prueba permite detectar células anormales de forma precoz, lo que alerta a los profesionales y permite iniciar un tratamiento. Esta prueba sirve por ejemplo para impedir el desarrollo de células cancerosas.

En chicas adolescentes esta prueba no es recomendable, pero a partir de los 21 debe hacerse de forma regular para mantener bajo control la salud del aparato reproductor femenino. Las mujeres de entre 20 y 30 años que obtengan resultados normales en esta prueba deben seguir haciéndosela cada 3 años. De todos modos, hay algunas mujeres que la deben hacer más a menudo. Esto lo sabremos con nuestra visita al ginecólogo.

LA PRUEBA

Una citología vaginal es indolora, aunque sí puede resultar molesta.  El equipo médico utilizará un pequeño cepillo para obtener una muestra de tu mucosidad cervical (procedente del cuello del útero), la cual se enviará al laboratorio, donde los técnicos comprobarán si las células extraídas son o no normales.

Esta extracción de la muestra la realizará el profesional ayudándose de un espéculo, una herramienta que le permite ensanchar suavemente la vagina. Este instrumento es de plástico o de metal (en este último caso suele calentarse para que el frío no incomode a la paciente). Una vez introducido se irá abriendo poco a poco. Algunas mujeres afirman que les provoca una sensación de presión y de leve molestia.

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La vagina está rodeada de músculos capaces de contraerse y relajarse, de modo que esta prueba puede resultar más cómoda si consigues relajar los músculos de esa zona. Para lograrlo es bueno hacer algunos ejercicios de respiración o concentración en relajar los músculos. A veces, las conductas de tararear tu canción preferida o de conversar con el médico o el enfermero que te haga la prueba te pueden distraer y ayudarte a estar más relajada.

Una vez que el espéculo esté bien puesto, el médico iluminará el interior de la vagina para observar el cuello del útero. El médico raspará con suavidad el cuello uterino con un pequeño cepillo para recoger una muestra de células de esa área. En pocas ocasiones este proceso genera una ligera pérdida de sangre, pero un protector diario en la ropa interior será suficiente.

Sobre el autor:

Ignacio Casanueva

Ignacio Casanueva es redactor especializado en temas de tecnología y salud.

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