Violeta Qi
Salud
Verano y deshidratación: lo que no debes ignorar
Estos son los síntomas y algunas recomendaciones a tener en cuenta

Aunque no siempre notemos la sed, el verano multiplicará las opciones de deshidratarnos. Aquí van lo esencial: síntomas peligrosos y medidas prácticas, con especial atención a niños, mayores y deportistas.
La doctora Ana Tapias Martínez, del Servicio de Salud Laboral del Hospital Gregorio Marañón, lo explica claro en Europa Press Salud Infosalus: al subir la temperatura, perdemos más agua por sudor y respiración, pero muchas veces no bebemos más. Y, como ella dice exactamente: "Aun así, solemos mantener la misma ingesta de agua que hacemos cuando no hace tanto calor y, por ello, las pérdidas son mayores que los aportes de líquidos. Además, si no reponemos líquidos adecuadamente, o no sentimos mucha sed, podemos deshidratarnos sin notarlo".
¿Qué avisa de la deshidratación?
Primero: sed intensa y boca seca. También dolor de cabeza. Si avanza, aparecen fatiga, mareo, visión borrosa, orina oscura o escasa, calambres musculares y, en casos serios, confusión o desmayo.

La doctora recuerda que los más en riesgo son niños y personas mayores: "Los niños y las personas mayores por no tener un mecanismo fisiológico de la sed que les llame a beber agua son los colectivos más vulnerables. También pacientes con enfermedades crónicas como la diabetes o problemas renales. Otro grupo a veces más olvidado son los deportistas y los trabajadores al aire libre".
¿Cuánto beber?
En condiciones normales la recomendación ronda de 2 a 2,5 litros al día, pero en verano o con actividad intensa conviene aumentar la ingesta porque "la necesidad varía según la edad, el peso, la actividad, y el clima". No esperes a notar sed: "la sed es un signo tardío, pero muy útil en adultos sin enfermedades", así que lo mejor es beber regularmente a lo largo del día y animar a niños y mayores a hacerlo.
Ojo también con lo que consumes: frutas y verduras hidratan, pero el alcohol y algunas bebidas con cafeína pueden restar agua. Como subraya Tapias: "Además, las bebidas alcohólicas, como la cerveza o el vino, y en menor medida las que contienen cafeína (como el café o algunos refrescos), tienen un efecto diurético. Esto significa que pueden aumentar la producción de orina y contribuir a la deshidratación si no se compensan con suficiente agua".
Por último, cuidado con entrar y salir de sitios muy fríos con aire acondicionado: el contraste térmico puede alterar la percepción de sed y ocultar un problema.