Sociedad

La barriga prominente aumenta el riesgo de fragilidad en la vejez

Paula Buedo

Foto: Big Stock

Domingo 29 de enero de 2023

4 minutos

El peso a los 45 años se relaciona con la fragilidad física en los años siguientes

Verduras que te ayudan a reducir la barriga
Paula Buedo

Foto: Big Stock

Domingo 29 de enero de 2023

4 minutos

Cuando se llega a la vejez, es normal que el cuerpo se sienta más frágil y haya que prestar más atención a sus cuidados. La edad es un factor de riesgo que aumenta la posibilidad de sufrir algunas enfermedades. Sin embargo, los cuidados también deben aplicarse antes para llegar con fuerza y salud a la tercera edad.

En este sentido, un nuevo estudio publicado en la revista de acceso abierto BMJ Open ha señalado que tener demasiado peso a los 45 aumenta el riesgo de fragilidad en los años siguientes. Esto quiere decir que, al contrario de lo que suele pensarse, la fragilidad no es solo fruto exclusivo del desgaste. El cuidado por mantenerse en forma durante la mediana edad es importante para reducir ese problema.

La obesidad potencia el riesgo de padecer problemas de salud en la vejez. Se trata de un trastorno que aumenta el deterioro muscular y la pérdida de la capacidad aeróbica. Esta investigación ha observado a largo plazo cómo el exceso de peso puede relacionarse con la fragilidad.

Qué se considera fragilidad

Hay varias señales que indican que una persona padece fragilidad. Si se cumplen al menos tres de esta lista, se puede hablar de fragilidad. Si se cumplen uno o dos, en cambio, se denomina prefragilidad.

  • Pérdida de peso involuntaria
  • Agotamiento
  • Fuerza de agarre débil
  • Velocidad de marcha lenta
  • Bajos niveles de actividad física

En general, esto hace que las personas sean más vulnerables a, por ejemplo, las caídas o a sufrir una discapacidad. Suelen ser hospitalizadas más a menudo y pierden calidad de vida.

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El IMC y perímetro abdominal, a prueba

El estudio ha consistido en un seguimiento de más de 4.000 personas durante 21 años. En este momento inicial, los sujetos analizados tenían, de media, 51 años y en ningún caso menos de 45. Se categorizaron según su índice de masa corporal (IMC)en bajo peso (menor de 18,5), peso normal (hasta 24,9), sobrepeso (hasta 29,9) y obesidad (más de 30). De la misma forma, se clasificaron los perímetros de la cintura, diferenciando entre hombres y mujeres.

Transcurrido el periodo de observación, se advirtió una relación entre quienes empezaron teniendo un IMC correspondiente a la obesidad o un perímetro de cintura alto y los que se convirtieron en prefrágiles o frágiles al terminarlo. Esto mismo se observó en quienes aumentaron de peso o cintura en las dos décadas.

Sin embargo, no se detectó un riesgo significativamente mayor entre quienes tenían un IMC normal y barriga o los que tenían un IMC alto, pero con un perímetro normal. No obstante, los investigadores advierten de que se trata de un estudio observacional y que no se han tenido en cuenta otros factores que podrían haber influido en la evolución de cada persona.

La explicación científica apunta al aumento de la capacidad inflamatoria de las células adiposas y su infiltración en las células musculares, pues esto debilita al cuerpo y hace que se pierda fuerza. Por tanto, aumenta el riesgo de padecer fragilidad.

Los investigadores subrayan que estos resultados parecen indicar que la fragilidad no aparece solo como consecuencia del desgaste del cuerpo con los años, sino que los hábitos en la edad adulta pueden potenciarlos. Así, destacan la importancia de mantener un IMC y un perímetro de cintura óptimos para evitar el deterioro en el futuro.

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Paula Buedo

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