La enfermedad celiaca es una patología digestiva ocasionada por la intolerancia al gluten, una proteína presente en numerosos cereales como el trigo, cebada, centeno, espelta, algunos tipos de avena, etc. Un error muy común es pensar que esta enfermedad solo se detecta cuando somos niños y que estamos 'libres' pasada la etapa de la infancia. Sin embargo, lo cierto es que se puede desarrollar y manifestar a cualquier edad.
De hecho, tal y como señalan desde Quirónsalud (@quironsalud), a pesar de que la celiaquía es una enfermedad autoinmune y crónica que mayoritariamente se presenta en la edad pediátrica, “un 25% de los pacientes son diagnosticados por encima de los 65 años”.
“Existen múltiples síntomas que pueden hacernos sospechar de celiaquía y en función de estos podemos clasificarla en distintos tipos”, explica el Doctor Juan María Vázquez Morón, miembro del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Quirónsalud Huelva.
En esta línea, la más conocida es la enfermedad celiaca clásica, la cual se manifiesta con diarrea, pérdida de peso y distensión abdominal. Su debut habitual se da en niños, quienes pueden presentar retraso en el crecimiento.
Por otro lado, está la celiaquía no clásica o atípica, que suele presentarse en la edad adulta. En este caso, los pacientes desarrollan síntomas digestivos inespecíficos, entre los que encontramos dispepsia, pirosis, diarrea sin pérdida de peso o flatulencia y, en ocasiones, anemia ferropénica, osteoporosis o infertilidad.
Por último, existe la celiaquía asintomática o subclínica, que no revela síntomas y, por ello, los pacientes son diagnosticados a través de cribado por estudio familiar.
Vázquez Morón indica que “el principal factor de riesgo para padecer una enfermedad celíaca es tener un familiar de primer grado con celiaquía confirmada, pero también existen otros factores de riesgo como la diabetes mellitus tipo I, tiroiditis autoinmune, hepatitis crónica autoinmune o el síndrome de Down, entre otros”.
Doctor Juan María Vázquez Morón, miembro del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Quirónsalud Huelva.
Asimismo, el especialista insiste en que “los pacientes con síntomas sugestivos de una celiaquía, como la diarrea, el dolor o la distensión abdominal relacionados con alimentos que contienen gluten, deben acudir a atención primaria o a un especialista en aparato digestivo para realizar determinación serológica de anticuerpos antitransglutaminasa” y comenzar así con el estudio diagnóstico del paciente.
Si esta prueba resultase positiva, continúa el doctor, “el paciente debe realizarse una endoscopia digestiva alta con toma de biopsias duodenales a fin de valorar si existe lesión histológica compatible con enfermedad celíaca”.
El doctor Vázquez Morón defiende que el tratamiento de la enfermedad consiste en la eliminación estricta y de por vida del gluten en la dieta. Debido a que, mayoritariamente, seguir una dieta sin gluten es suficiente para revertir los síntomas, negativizar los resultados de la serología y normalizar las alteraciones histológicas.
Igualmente, el especialista subraya que puede existir una mala respuesta a la dieta sin gluten. Esto puede ocurrir por un incumplimiento de la misma, consciente o no; un diagnóstico erróneo de la celiaquía; o, incluso, la presencia de otra enfermedad junto con esta patología que precise otro tratamiento específico.
La supresión del gluten en la alimentación se puso de moda hace unos años por la creencia popular de que dejar de ingerir esta proteína es más saludable y, desde entonces, muchas personas la han eliminado de su dieta. ¿Es recomendable? El doctor del Hospital Quirónsalud Huelva apunta que a priori la eliminación del gluten en personas no celiacas no es beneficiosa, aunque sí que se ha observado mejoría en pacientes diagnosticados de síndrome de intestino irritable.
