Lucas Leal
Sociedad
Un exteleoperador explica cómo rechazar las llamadas comerciales de manera correcta y sin tapujos
Aunque temamos parecer maleducados, según el extrabajador debemos ser muy directos y sinceros

Las llamadas comerciales forman parte del día a día de muchos usuarios y, aunque en ocasiones pueden resultar útiles, lo más común es que supongan una pérdida de tiempo innecesaria. Por esto, la mayoría de veces estas situaciones se convierten en un momento incómodo que muchos no saben cómo manejar. En este contexto, Patrick Frühstück, exteleoperador, ha compartido un método que considera infalible para frenar estas conversaciones sin necesidad de recurrir a excusas ni de sentirse culpable.
En declaraciones a la televisión danesa TV 2, Frühstück asegura que las estrategias más comunes, como inventar historias, fingir interés o bloquear números, no suelen ser eficaces. En su experiencia, lo que realmente funciona es ser claro desde el primer momento: “No tengo tiempo para eso y no lo necesito. Tengo lo que necesito hoy. No hay nada que puedas hacer por mí".
El especialista explica que, aunque muchos evitan esa franqueza por miedo a parecer groseros, la sinceridad beneficia a ambas partes. Para el cliente, evita perder tiempo en una conversación no deseada, y para el comercial supone una respuesta definitiva que le permite pasar al siguiente contacto sin insistir inútilmente.

Ser directo no es ser maleducado
Una de las razones que llevan a la gente a escuchar estas llamadas contra su voluntad es la presión social. Las normas de cortesía y la sensación de compromiso empujan a muchos a permanecer en línea aunque no quieran, algo que a menudo genera frustración. Jens Einar Jansen, psicólogo, apunta que este comportamiento está ligado a patrones de socialización y a la necesidad de no parecer maleducados. Por ello, respalda el enfoque de Frühstück: zanjar la llamada desde el inicio con frases firmes y respetuosas.
El propio exteleoperador admite que, cuando es él quien se encuentra en el papel contrario, suele añadir un gesto amable antes de despedirse. Según cuenta, le gusta desear al interlocutor “un buen día y mucha suerte en su búsqueda”, reconociendo que quienes realizan estas llamadas soportan, a su vez, numerosas respuestas negativas y conversaciones difíciles.
El consejo, en definitiva, no es solo práctico, sino también humano: ser tajante sin ser hiriente, evitar falsas esperanzas y terminar la interacción con un toque de cortesía. Así, tanto quien recibe la llamada como quien la realiza salen de la situación sin malestar.