El pasado sábado 7 de octubre el movimiento islamista palestino Hamás atacaba Israel, provocando miles de muertes de civiles, y secuestrando a cientos de ellos, que actualmente se encuentran en la Franja de Gaza.
Según las cifras oficiales facilitadas por el gobierno israelí, se estima que hay más de 200 personas secuestradas: “Hasta ahora, se ha informado a las familias de 308 caídos de las Fuerzas de Defensa de Israel y de 222 personas secuestradas”, anunciaba el portavoz oficial del Ejército israelí, Daniel Hagari, en un discurso televisado. Entre todos ellos, habría varios ciudadanos extranjeros, dos de ellos españoles, según la información oficial.
A pesar del elevado número de personas secuestradas, y de la dificultad por poner fin a este conflicto, nos llegan buenas noticias: Hamás está empezando a liberar a algunos rehenes. Si el pasado viernes dejaba en libertad a las estadounidenses, Judith Tai Raanan y Natalie Raanan, ahora las protagonistas son dos mujeres mayores: Nurit Cooper, de 79 años y Yocheved Lifshitz, de 85, respectivamente: "Hemos decidido liberarlos por razones humanitarias y de salud imperiosas”, explicaba en un comunicado Abu Obaida, portavoz de Hamás.
"Facilitamos la liberación de 2 rehenes más, transportándolos fuera de Gaza esta tarde. Nuestro papel como intermediario neutral hace posible este trabajo y estamos listos para facilitar cualquier liberación futura. Esperamos que pronto regresen con sus seres queridos. unos”, comunicaba el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en su cuenta de 'X' (antes Twitter) este pasado lunes.
La oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dio las gracias a Egipto por "su ayuda" y al Comité Internacional de la Cruz Roja "por su importante función, que salva vidas", tras la confirmación de la liberación.
"He pasado por un infierno"
"He pasado por un infierno. Fui secuestrada por hombres armados en motocicletas que me golpearon con palos y me provocaron moratones que hicieron que me costara respirar", aseguraba Lifshitz en una rueda de prensa en la que ha estado acompañada por su hija Sharone. "Nos separaron en varios grupos y estuvimos bien tratados. Con asistencia sanitaria y medicinas", añadía.
Precisamente Lifshitz es una activista por la paz, que junto a su marido (otro de los rehenes) se ha dedicado durante años a ayudar a los palestinos. Concretamente, el matrimonio se aseguraba de que aquellos que estuvieran enfermemos llegar al hospital. Así, lo ha contado su nieto Daniel Lifshitz a la agencia Reuters.
Tras su liberación, las mujeres fueron trasladadas a un hospital de Tel Aviv, donde les esperaban sus familias: "Está muy lúcida y quiere compartir la información, hablar con las familias de otros rehenes con los que estaba", comentaba su hija Sharone Lifschitz a la emisora británica BBC Radio 4, según recoge Europa Press.
A pesar de la buena noticia de su liberación, Lifshitz ha sido muy clara: "La historia no termina hasta que todos regresen". Su hija se sumaba a las palabras de su madre, y decía: "Aún hay 200 personas allí y no hay que dejarse llevar por la alegría personal, sino trabajar para la liberación de todos".