¿Qué llevó a esta ingeniera de Ericsson a dejar todo por el running? ¿Por qué no se conformó con correr en el gimnasio?¿Qué le llevó a cruzar Irán desde Turquía a Turkmenistán? La historia de Kristina Paltén (Piteå, Suecia, 1971) habla de una mujer perseverante, convencida de que es posible luchar contra las barreras establecidas y derribar prejuicios propios y ajenos. Así lo refleja en su último libro ‘Sin Miedo’ (Maeva, 2019), un diario de su viaje por Irán guiado por “la confianza, la apertura y la tolerancia hacia sí misma y hacia los demás”, explica la autora a 65Ymás en la presentación esta semana en la embajada de Suecia en Madrid.
Paltén empezó su particular carrera por Irán en 2015, a pesar de que sus amigos y familiares trataron de desalentarla por ser una mujer sola en un país islámico. Pese a sus temores iniciales, más de 1.800 kilómetros y 59 días después, había superado su desafío, lleno de momentos y personas inolvidables que relató a través de su blog, con miles de seguidores en todo el mundo, y un documental 'Alone through Iran. 1144 miles of trust' (‘Sola en Irán. 1144 millas de confianza’) de Shamim Berkeh & André Larson.
Fuente: Documental 'Alone through Iran'
El origen de todo: convertirse en una Jedi
Desde pequeña Paltén, convertida ahora en una runner experimentada, “quería imaginar un mundo sin miedo”, afirma. Quizás influenciada por el auge de Star Wars en su infancia- reconoce- se dejó guiar por las enseñanzas del maestro Yoda: “El miedo es el camino hacia el lado oscuro, el miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento, el sufrimiento al lado oscuro”.
Pero era, según cuenta, una persona tremendamente asustadiza, con miedo a cometer errores, con temor incluso a montar en bicicleta. Pasaron los años y no fue hasta cumplir 30 años cuando se vió de nuevo enfrentada al miedo al fracaso. “Una amiga me propuso correr una carrera de 10 kilómetros. Pensé que era una mala idea, que no podría aguantar. Desde entonces fui aumentando el número de kilómetros. Volví a mi trabajo en Ericsson y no podía dejar de pensar en correr”, explica.
Entonces sus dudas sobre el fracaso se convirtieron en preguntas sobre los futuros retos a superar. En 2014, Paltén se había hecho con el World Record de 322 km en cinta y contaba con miles de seguidores que animaban sus hazañas por Internet. “Eso me daba fuerzas para seguir y decidí usar esa habilidad, lo que a mí se me daba bien para mejorar el mundo en el que vivía, plagado de odio y xenofobia y convertirme en una guerrera Jedi”, cuenta.
El viaje a Irán, una cuestión de confianza
A partir de ahí se embarcó en la gran aventura que refleja en su libro: correr sola por Irán. “Fue en un momento en el que había un auge de partidos xenófobos en Suecia y Europa. En mi opinión, la xenofobia se basa en el miedo de otros, y ese temor lleva a crear prejuicios y no quería que ese sentimiento rigiese mi mundo. ¿Y si pudiera hacer algo para fomentar la confianza en vez del miedo?”, explica la runner con más de 10.000 seguidores en redes.
“El miedo más pronunciado que he visto es entre Occidente y el islam y por eso pensé en Arabia Saudí o Irán, que fue la elección final porque era más sencillo por cuestiones legales. Mi decisión de correr siendo una mujer occidental y sola a través de un país musulmán significaba confiar a ciegas en “el otro”, explica Paltén.
Pese a los temores iniciales (más de 22 según la lista que hizo Paltén al principio del viaje), finalmente se encontró con una red de 50 personas dispuestas ayudarla en el camino, ofreciéndola comida, cobijo o consejos. “Tenía miedo a quedarme tirada, a que me agredieran, a que me encarcelasen por no entender lo que hacía...Por eso ha sido un viaje contra la intolerancia y los prejuicios. La confianza es un lenguaje universal. La convivencia entre Oriente y Occidente es posible”, declara la deportista sueca, cuyo documental ha sido visto por más de 30 millones de personas.
“Lo que me hace más feliz es que hay muchas personas que entienden mi mensaje. Solo hay que centrarse en lo que quieres conseguir, no dejar que los miedos te paren y aceptar que todos somos vulnerables”, recomienda. “Muchos de los amigos que hice en el camino me decían “si tú como extranjera vienes hasta aquí, deberíamos plantearnos confiar más entre nosotros”. Ella ya ha encontrado la fuerza.