Sociedad

"Han llegado a subir sólo 50 céntimos las pensiones de viudedad"

Pablo Recio

Domingo 7 de abril de 2019

6 minutos

El colectivo de viudas (más de dos millones) cobra muchas de las pensiones más bajas del país

"Han llegado a subir sólo 50 céntimos las pensiones de viudedad"
Pablo Recio

Domingo 7 de abril de 2019

6 minutos

La viudedad es, aún hoy, sinónimo de precariedad, sobre todo, en el caso de las mujeres mayores. Aunque en la última legislatura, ambos partidos en el Gobierno (PP y PSOE) subieron las pensiones mínimas y el porcentaje sobre la base reguladora para las de viudedad, estos incrementos fueron más bien simbólicos y no supusieron una mejora sustancial del poder adquisitivo de las mujeres del colectivo, según la Confederación de Asociaciones y Federaciones de Viudas Hispania (Confav). Para conocer más de cerca esta realidad y ver qué opinan las afectadas, 65Ymás ha conversado con tres viudas de diferentes partes de España y con distinta pensión.

Ana María (71 años): “Tengo amigas viudas a las que les han llegado a subir sólo 50 céntimos la pensión”

A Ana María Marín le hubiese gustado seguir trabajando como profesora de pintura pero, “en 1969 me quedé embarazada y me despidieron”, recuerda. No importaba el tipo de empresa, según ella, casi todas aplicaban esta regla no escrita. Además, 10 años después sufrió un aneurisma y tuvo que pedir "la invalidez".

El hecho de que no pudiese trabajar más hizo que tuviesen que vivir con el salario de su marido y con su pequeña pensión. Aún así, no tenían problemas económicos puesto que su pareja “trabajaba en mantenimiento de Iberia y tenía un buen sueldo”.

"En 2003 mi marido cayó enfermo de cáncer y murió al año (él tenía 60 y ella 58)", recuerda. En ese momento llegaron las complicaciones. Cuando su hija y ella fueron a informarse para ver cuánto iba a poder cobrar de pensión de viudedad (oficialmente conocida como "Prestación por la Supervivencia"), vieron que, por ley, tenía derecho sólo al 45% del sueldo de su cónyuge

Durante siete años vivió con una pensión muy menguada y, cuando cumplió los 65, fue a la Seguridad Social para pedir la revalorización. Según ella, es mentira que ésta suponga un gran aumento. “Te echan la cuenta y te dicen: 'Te corresponden sólo 60 euros'”, denuncia. Ahora, cobra 730 euros por viudedad y 500 por invalidez. 

“Los gobiernos se piensan que las mujeres somos idiotas. En 2016, Rajoy sacó una ley por la que se iba a aplicar un 5% de aumento a las pensiones de viudedad por cada hijo”, señala. Al enterarse de esta medida, pensó que era para gente joven con niños, pero no, "también la podía cobrar una viuda de 85 años", siempre y cuando enviudase a partir de 1 de enero de ese año. “Las funcionarias me comentaron: 'Esto lo han hecho con fines electorales'”, recuerda.

Asimismo, Ana María no sólo crítica las subidas de Rajoy, también los aumentos más recientes del ejecutivo socialista. “Fueron una vergüenza”, señala. “Excepto en el caso de las mínimas, cuando han subido las otras, lo han hecho unos 2 euros”, critica. “Además, hemos estado durante dos años cobrando un 0,25%”, denuncia. Incluso, en algunos casos, “ha habido amigas mías que les han subido sólo 50 céntimos”, explica.

Ana María Marín.

María Concepción (88 años): “Tengo 8 hijos, no he trabajado fuera porque en casa me sobraba el trabajo”

“Me he dedicado a mis hijos hasta que lo han dejado de necesitar”, comenta María Concepción Segoviano, una mujer madrileña, madre de ocho hijos, ama de casa y licenciada en Geografía e Historia por la UNED (se sacó la carrera con 60 años). Su marido era profesor de autoescuela y trabajaba muchas horas al día. “Faltaba mucho en casa”, recuerda. Por esa razón, María Concepción se tuvo que dedicar al cuidado del resto de su familia. Además, nunca les sobró el dinero. “Mis hijos sabían que si querían algo tenían que sacarse las castañas del fuego”, comenta.

Cuando su pareja se jubiló, su situación económica empeoró considerablemente. “Su pensión era bajísima porque trabajaba por clases y no tenía un sueldo fijo. Oficialmente, cobraba un salario bajísimo”, explica. La pensión se les quedó en unos 800 euros. “Conseguimos ajustarnos a lo que había. Creo que me administré bastante bien”, valora.

Todo cambió cuando, hace 6 años, su marido falleció y pasó a cobrar la pensión de viudedad. “Me la rebajaron y ahora son 685 euros al mes”, explica. Al principio vivió con esa cuantía, pero después, decidió vender su piso de Malasaña, que tenía más de 100 años. Ahora vive “bien”, gracias a lo que le dieron por la vivienda.

“No tengo ningún problema de dinero”, apunta. Aún así, antes de vender el piso, sus hijos tuvieron que ayudar a María Concepción, puntualmente, para pagar alguna que otra derrama puesto que con su pensión no le daba. Y, aunque hoy no tiene problemas financieros, comenta que: “Desde que murió mi marido tengo pocos gastos".

María Concepción Segoviano.

Carmen (62 años): “Dicen que cobramos mucho y sería verdad si no tuviésemos cargas familiares”

Empecé a trabajar con 20 y estuve en activo durante 16 años, hasta que me operaron de cadera”, explica Carmen Rouco, una mujer que vive en el municipio gallego de Villalba. Y añade:  “No pude seguir trabajando y me dejaron una pensión de 600 euros porque tenía cotizados pocos años”.

No tuvo problemas económicos porque su marido trabajaba en Endesa como electricista y tenía “un buen sueldo”. Cuando falleció, "hace seis años", complementó su pensión con la de viudedad que suponía 1.200 euros más al mes, cuantía que, a su parecer, “está muy bien en un pueblo como Villalba.

El problema reside en que tiene dos hijos, ya mayores, pero que “están ganando muy poco”. Regularmente, Carmen les tiene que ayudar, pero eso merma su pensión. “Dicen que cobramos mucho y sería verdad si no tuviésemos estas cargas”, apunta. Y comenta indignada: “Estoy cobrando sin trabajar más que mi hijo y mi nuera que están en activo”.

A Carmen le parece normal que sus hijos le pidan dinero: “Yo ganaba lo que cobran ellos hoy hace 30 años, pero claro, con los precios de aquel entonces”, señala. Además, no se tiene en cuenta el factor de la precariedad a la hora de pagar impuestos. “Haces la declaración de la renta y te preguntas: ‘¿A quién he matado?’ -dice irónicamente-. Se creen que cuando los hijos acaban la carrera ya viven por su cuenta”, concluye.

Carmen Rouco.

 

Sobre el autor:

Pablo Recio

Pablo Recio

Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica. 

En 65Ymás, ha contado el drama vivido en las residencias durante la pandemia y ha sacado diferentes exclusivas de impacto como 81 menús de residencias de mayores, a examen: "Baja calidad nutricional y abuso de procesados"que fue citado en una comisión de investigación en la Asamblea de Madrid. 

Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial. 

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