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Un niño de dos años ha muerto de una hemorragia interna cuatro días después de haberse tragado una pila que le quemó el esófago, los intestinos y la aorta.
Su nombre era Jonathan Huff y había nacido en Carolina del Norte, Estados Unidos, hacía tan solo 23 meses. Cuando comenzó a tener fiebre y sangrar por la nariz, sus padres, Jacki y AJ Huff, de 35 y 34 años respectivamente, creyeron que se trataba de una infección producida por algún virus.
Sin embargo, y tras visitar a dos médicos, el niño vomitó sangre y quedó inconsciente falleciendo finalmente el pasado 20 de diciembre. Tras practicarle la autopsia se comprobó que el pequeño tenía una pila de botón en su cuerpo que llevaba cuatro días intoxicándolo.
Sin que, por supuesto, sus padres fuesen conscientes de lo sucedido, el bebé se tragó la pila de uno de los mandos a distancia que había en la casa y que durante cuatro días le abrasó por dentro hasta matarlo.
23 month toddler Johnathan Huff bled to death after swallowing TV remote battery https://t.co/5ZjfNvIk7w via @global247news1
— global247news (@global247news1) January 26, 2021
Sosa cáustica
Es por casos como este por lo que siempre se recomienda guardar las pilas en lugar seguro y fuera del alcance de los niños, así como desecharlas de manera sostenible y hablar con los niños sobre el peligro latente que suponen para que tomen conciencia de ello.
Las pilas de botón son cada vez más populares y están muy presentes en nuestra vida diaria haciendo funcionar las llaves del coche, los mandos de la televisión o un montón de juguetes para niños.
Su peligrosidad se debe a que este tipo de pila reacción a al contacto con la saliva y da como resultado sosa cáustica que puede producir quemaduras en boca y garganta o, como en este caso, provocar una hemorragia interna y la muerte.