Se llama Miguel Ángel Santos y no se sabe nada de él desde hace más dos meses, concretamente desde el pasado 4 de junio. Tiene 32 años y desapareció mientras estaba ingresado en el sevillano hospital Virgen de Valme. Ese mismo día había acudido un fuerte dolor en el pecho y mucha ansiedad. Se quedó ingresado en observación. Cuando al día siguiente su familia fue a visitarle, ya no estaba. Desapareció sin ropa ni dinero, con el pijama del hospital puesto.
Desde entonces no se sabe nada de él. La última pista sobre su paradero procede del vídeo que graba una mujer después de verlo entrando en su finca. La mujer, alarmada tras ver a un desconocido en su terreno, le pide que se marche. Pero él ni siquiera contesta y se le ve aparentemente desorientado. La mujer decide grabarle con su teléfono móvil para dar parte a la Policía de lo sucedido.
La familia lo reconoce en esas imágenes sin ningún género de dudas. “Pensamos que entró en ese solar creyendo que era su casa. Se le ve muy mal”, ha indicado la familia. Estas imágenes son la única pista que se tiene de Miguel Ángel. Después de esto, la familia reconoce que han recibido muchas llamadas y mensajes, pero ninguna aporta pruebas sólidas. Y las localizaciones donde aseguran haber visto al joven son de lo más variadas.
🚨 64 días sin localizar a Miguel Ángel Santos @EmergenciasSev @diariosevilla @JucilSevilla @Viva_Sevilla @Sos_des_sevilla @SevillaIgc @SubdeGobSevilla @GCsevillana @PoliciaSevilla @EPsucesos @elespanolcom @el_pais @abcdesevilla pic.twitter.com/QsmywvwDlx
— SOS DESAPARECIDOS ANDALUCÍA (@andalucia_sos) August 8, 2023
Ansiedad y manía persecutoria
Se trata de una desaparición inquietante, calificada de riesgo extremo, dado que Miguel Ángel es una persona vulnerable. "No está bien" señalan desde el entorno familiar.
Tanto los investigadores encargados del caso como su familia han pedido la máxima difusión para ayudar en su búsqueda y localización. Desde que desapareciera, el joven no toma su medicación. Acababa de volver a Sevilla desde Ibiza, donde se había marchado para trabajar, porque no se sentía bien, anímicamente. Ya en la isla Balear había sufrido ansiedad y había acudido a urgencias.
Su familia cree que podría tener manía persecutoria, aunque no estaba diagnosticado. Desde hacía poco tiempo, había comenzado a comportarse de forma extraña.
Miguel Ángel Santos mide 1,70, tiene complexión normal, pelo rizado -generalmente con un moño- barba y ojos verdes.
