Manuela Martín
Sociedad
Las tareas de cuidado impactan en el 55% de los profesionales con personas a su cargo
Esto se traduce en absentismo, reducción de jornada y renuncia a oportunidades
El cuidado de personas dependientes está cobrando un nuevo protagonismo tanto en la agenda pública como en la vida de miles de familias españolas. Según el borrador del Real Decreto-Ley para reformar el Estatuto de los Trabajadores –y a la espera de que entre en vigor–, el Ministerio de Trabajo ha propuesto ampliar hasta 10 días el permiso laboral retribuido por fallecimiento de familiares cercanos y crear uno nuevo de 15 días para cuidados paliativos, permitiendo repartirlos de forma flexible. Esta medida, demandada por los agentes sociales, reconoce que el duelo y los cuidados exigen tiempo y dignidad.
Ante este contexto, se anteponen dos casuísticas: la esperanza de vida está aumentando y el balance natalidad vs. mortalidad apunta en negativo. De acuerdo con los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la esperanza de vida al nacimiento se está alargando y se prevé que alcance en 2035 los 82,5 años en los hombres y los 87,4 en las mujeres, con una ganancia de 1,7 y de 1,2 años, respectivamente, respecto a los valores actuales. En relación con el descenso de la natalidad y el aumento de las defunciones, el escenario futuro plantea retos mayúsculos para la convivencia de cuidadores y su vida laboral. Las proyecciones del INE muestran que en la actualidad la población mayor de 65 años supone el 20,1% del total, en 2035 (dentro de 10 años) será del 26%, y en 2050 (en 25 años) alcanzará su máximo, el 30,4%. En paralelo, la realidad de los cuidadores es cada vez más visible y compleja. Según datos del I Estudio del Observatorio de los Cuidados, recientemente publicado por Cinfa y avalado por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), más de la mitad de los cuidadores en España (51,1%) pertenecen a la llamada “generación sándwich”. Es decir, son personas que se encargan simultáneamente de sus mayores y de sus hijos. Además, 3 de cada 4 compaginan el cuidado con un empleo (77,6%).
Con la finalidad de conocer cómo impactan las responsabilidades de cuidado en la vida laboral de los profesionales españoles, InfoJobs ha realizado una consulta sobre Cuidados y vida laboral. “Conocer a fondo el impacto que las responsabilidades de cuidado tienen sobre el trabajo o la carrera es fundamental. No se trata solo de balancear tiempos, sino de atender efectos en la salud física y mental, en el desarrollo profesional y en la calidad de vida de los trabajadores. Si queremos un mercado laboral sostenible, debemos poner el foco en estas realidades y avanzar hacia un marco más flexible y sensible a estas demandas”, apunta Mónica Pérez, directora de Comunicación y Estudios de InfoJobs.
En este sentido, uno de los principales hallazgos que se extraen del informe realizado por la plataforma es que más de la mitad de los trabajadores con personas a su cargo (55%) afirma que el cuidado tiene un alto impacto en su vida laboral, lo que se traduce en absentismo, reducción de jornadas y renuncia a oportunidades. Esto cobra especial relevancia si se tiene en cuenta que 1 de cada 10 profesionales en España (13%) es responsable del cuidado de una persona (excluyendo el cuidado exclusivo de menores). De estos, el 71% atienden a personas en edad avanzada; seguidos de un 27% que cuidan a enfermos o con lesiones permanentes; un 14% que se ocupan de quienes padecen lesiones temporales, y un 7% que supervisan a menores además de hacerse cargo del cuidado de otra persona.
Asimismo, 3 de cada 4 asume la responsabilidad del cuidado de forma íntegra, y un 29% declara una dedicación intensiva, es decir, más de 5 horas al día durante al menos 4 días a la semana. En general, la dedicación suele ser diaria (45%) y durante 3 o más horas al día (70%), aunque si el análisis se hace con perspectiva de género, las mujeres muestran una mayor intensidad de la atención en cuanto a horas y días dedicados: el 33% invierte más de 5 horas al día durante al menos 4 días frente al 25% de los hombres.

Absentismo laboral
Según los datos de InfoJobs, dentro de este grupo de cuidadores ocupados que declara impacto en su vida laboral, el cansancio mental (46%) y el cansancio físico (40%) son los principales problemas que enfrentan. Este desgaste es mayor entre las mujeres (el 52% y el 48% mencionan el cansancio mental y el físico, respectivamente, vs. el 40% y el 33% de los hombres). A estos síntomas se suma el impacto social: el 34% declara haber visto afectada su vida social fuera del trabajo. Además, el 20% ha tenido que renunciar a oportunidades laborales y un 16% ha reducido su jornada para poder compaginar ambas responsabilidades.
El absentismo laboral también emerge como una de las consecuencias más evidentes de esta realidad. 3 de cada 10 cuidadores que declaran impacto en su vida laboral (30%) afirma que necesita interrumpir sus tareas laborales para atender a la persona a su cargo, mientras que 1 de cada 4 (26%) reconoce haber tenido que faltar al trabajo por motivos de cuidado. El informe también se fija en los empleados que se han ausentado sin baja en el último año y refleja que la mitad son cuidadores (49%) —en la mayoría de los casos (48%) la causa ha sido atender a un familiar o allegado—, frente al 31% de los empleados que no tienen personas a su cargo, entre los cuales apenas un 19% lo ha hecho por motivos de cuidado.
El cuidado no solo condiciona la vida laboral, también la empleabilidad
Las limitaciones horarias, el coste de delegar la atención y el desgaste físico y mental hacen que muchas personas cuidadoras encuentren dificultades para su reincorporación al mercado laboral. De hecho, la mitad de los cuidadores en situación de desempleo (49%) señala su responsabilidad de cuidado como un factor que lo obstaculiza. En contraposición, casi 1 de cada 3 (29%) declara que este rol no está relacionado con su situación actual.
Para el grupo de cuidadores desocupados a los que el cuidado les supone un obstáculo de incorporación al mercado laboral, tener que afrontar el pago de un profesional, con el 43% de las menciones; y la limitación de horario, con el 39%; son los frenos principales. En definitiva, estos dos aspectos están muy relacionados, ya que el hecho de no poder afrontar el coste económico podría derivar en tener un horario limitado que impide reservar el tiempo de cuidado a la persona a cargo. Destaca también que 1 de cada 3 señala el agotamiento mental para afrontar las responsabilidades de un puesto de trabajo, y prácticamente en la misma proporción (31%) la sensación de no querer “delegar” la responsabilidad.
En cuanto al perfil de los cuidadores desocupados, 2 de cada 3 son mujeres y ellas se dedican de forma intensiva en el 49% de los casos.
Andalucía lidera en dedicación intensiva
El impacto del cuidado en la vida laboral no presenta grandes diferencias por territorios, salvo en aspectos como la responsabilidad de cuidado íntegra (no compartida con otros familiares o con profesionales) y la dedicación intensiva. En el primer caso, destaca Cataluña, con un 34%, el más alto de todas las regiones analizadas, seguida de la Comunidad Valenciana, con un 29%. En el segundo aspecto, lidera Andalucía, donde un 28% de los cuidadores ocupados dedica más de 5 horas al día durante al menos 4 días a la semana, muy por encima del dato global (29%), lo que se traduce, a su vez, en un nivel de alto impacto superior (59%). En el lado contrario se sitúan País Vasco (solo un 21% declara dedicación intensiva) y Madrid, donde el 41% manifiesta un impacto relevante del rol de cuidador en su vida laboral.


