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¿El fin de las ratas de laboratorio?

Lidia Lozano

Foto: Big Stock

Sábado 25 de marzo de 2023

5 minutos

Las alternativas a los ensayos con animales están ganando terreno

¿El fin de las ratas de laboratorio?
Lidia Lozano

Foto: Big Stock

Sábado 25 de marzo de 2023

5 minutos

Desde 1938, la experimentación con animales era obligatoria antes de aprobar un medicamento. Ahora, gracias a la aprobación de la Ley de Modernización 2.0 de la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos), el requisito de los ensayos clínicos en animales se ha eliminado. 

Más de cien millones de ratas de laboratorio se sacrifican anualmente para la investigación científica, según un estudio de 2021. Solo en Estados Unidos. El Parlamento Europeo ya aprobó hace dos años la eliminación progresiva de los ensayos con animales y era una prioridad para los científicos desde hacía más tiempo aún. Ya en 2019, la Agencia de Protección al Medioambiente de Estados Unidos informó de que iría disminuyendo poco a poco los ensayos en mamíferos para acabar eliminándolos. 

Científica testando en un conejo

Gracias a las nuevas tecnologías

Aunque la ley no prohíbe el uso de animales con fines científicos, abre la puerta para que se demuestre que un fármaco es válido sin haberlo testado anteriormente. Previamente, la FDA exigía que se probase en una especie de roedor y en otra que no fuese un roedor para obtener la aprobación. Esto es debido a que en 1937, una empresa farmacéutica estadounidense sacó un medicamento para tratar la infección de garganta. El elixir no se había probado antes en ningún ser vivo y desencadenó la muerte de 100 personas.

Pero hoy tenemos a nuestro alcance un amplio abanico de tecnologías que pueden sustituir a los animales vivos, como órganos creados mediante bioingeniería, órganos en chips o modelos de computadora. Del mismo modo, el Congreso asignó 5 millones de dólares a la FDA para favorecer el desarrollo de estas alternativas. 

Pese a que los mismos promotores de las opciones no creen que vaya a ser algo que suceda a corto plazo, estos métodos están recibiendo un impulso importante que podría ayudar al desarrollo de los medicamentos, mejorar los resultados en pacientes y reducir la carga que suponen los animales de laboratorio. 

Más sensibilidad hacia los animales

La ética con respecto a los animales ha ido cambiando a medida que pasaban los años: Gallup realizó una encuesta en 2001 en la que un 26% de los estadounidenses veían la experimentación médica con animales como "moralmente incorrecta"; mientras que en 2022, fue un 43% de la población

Rata de laboratorio

Además de la ética, el uso de animales para fines experimentales es algo que requiere mucho tiempo, dinero y está expuesto al desabasto. También es un mundo lleno de fracasos en el que fármacos que han servido para ratas luego no funcionan en los humanos. "Nosotros no somos ratas de 70 kilos", dijo Thomas Hartung, director del Centro de Alternativas a las Pruebas con Animales de la Universidad Johns Hopkins. 

Testar cosméticos en animales

Gracias a los avances tecnológicos y a la piel reconstruida, en la Unión Europea ya no se prueban cosméticos en animales desde hace más de diez años. Además, también está prohibido comercializar productos cosméticos cuyos ingredientes hayan sido experimentados en animales -con alguna excepción en productos que pueden resultar tóxicos-. 

Por tanto, la publicidad de los envases de 'cruelty free' (sin crueldad animal), según destaca la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), es totalmente innecesaria dentro de la UE. Aseguran que hacer uso de estas etiquetas "dando a entender que es una ventaja del producto es algo que raya en la competencia desleal". Aunque lo que sí es legítimo es solicitar certificaciones privadas reconocidas internacionalmente, como PETA o Cruelty-Free Bunny. 

Aunque en otros países fuera de la UE siguen testando productos de belleza en animales. Por ello, hace unos años, salió una campaña contra el testeo en animales llamada 'Save Ralph'. Este tipo de iniciativas provocan confusión entre los europeos, que buscan productos no testados en animales en el mercado sin saber realmente que ningún producto cosmético dentro de la Unión lo está. 

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Lidia Lozano

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