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La lengua materna influye en la capacidad musical de las personas
Idiomas como el chino favorecen a entender el tono y otros como el inglés, el ritmo
Un estudio reciente ha descubierto que la lengua materna influye en la capacidad musical de las personas. En él se han comparado las capacidades melódicas y rítmicas de casi medio millón de personas que hablan 54 idiomas distintos. Los resultados apuntan a que los hablantes de lenguas tonales (vietnamita o chino mandarín) son más capaces de diferenciar entre melodías sutilmente diferentes, mientras que los hablantes no tonales (inglés o español) son más capaces de distinguir si un ritmo late al compás de la música. Se ha publicado en la revista 'Current Biology'.
"Crecemos hablando y oyendo uno o más idiomas, y creemos que esa experiencia no solo afina nuestra mente para oír los sonidos de esos idiomas, sino que también podría influir en cómo percibimos sonidos musicales como melodías y ritmos", afirma Courtney Hilton, científica cognitiva de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda) y la Universidad de Yale (Estados Unidos) y una de las primeras autoras del artículo.
La importancia del tono
Aunque las lenguas no tonales pueden utilizar el tono para expresar una emoción o una pregunta, subir o bajar el de una sílaba nunca cambia el significado de una palabra. En cambio, las lenguas tonales utilizan patrones sonoros para distinguir sílabas y palabras.
Otro de los autores y hablante nativo de mandarín, Jingxuan Liu, que comenzó a trabajar en el proyecto cuando aún era estudiante en la Universidad de Duke (EE. UU.), dice que esta propiedad "exige que tanto hablantes como oyentes sean sensibles al tono, no sea que uno regañe a su madre en vez de a su caballo (en ambos casos se usa la palabra 'ma' pero con distinta entonación)".
El experimento
El equipo llevó a cabo un experimento de ciencia ciudadana basado en Internet para comprobar si hablar un idioma tonal o no tonal influye en la capacidad musical de las personas. Reclutaron a casi medio millón de participantes de 203 países y hablantes nativos de 54 lenguas -incluidas 19 tonales geográficamente dispersas como el birmano, el punjabi y el igbo-.
A los participantes se les asignaron tres tareas musicales diferentes que ponían a prueba su capacidad para discernir diferencias sutiles en la melodía (¿es esta melodía igual que las demás?), el ritmo (¿está el tambor tocando al compás de la canción?) y la percepción fina del tono (¿está el vocalista cantando afinado?). En función de su rendimiento, los participantes pasaron a pruebas cada vez más difíciles, en las que las diferencias en la melodía eran más sutiles, los ritmos desajustados casi seguían el compás y las voces desafinadas estaban más cerca de estar afinadas.
Ventajas y desventajas de ambos tipos de lenguas
En general, se descubrió que el tipo de lengua hablada influía en la capacidad melódica y rítmica, pero no en la de distinguir si alguien cantaba afinado o no: "Los hablantes nativos de nuestras 19 lenguas tonales eran, de media, mejores a la hora de discriminar entre melodías que los hablantes de lenguas no tonales y, del mismo modo, los 19 eran peores a la hora de realizar la tarea basada en el ritmo", afirma Liu.
La desventaja de los hablantes tonales ante el ritmo fue una sorpresa, pero los autores creen que probablemente se deba a una compensación en la atención a distintos tipos de rasgos acústicos. Hilton dice que los hablantes tonales pueden prestar menos atención al ritmo y más al tono "porque los patrones de tono son más importantes para la comunicación" en sus lenguas.
La cuestión de si los hablantes tonales pueden tener una ventaja en lo referente a la musicalidad sobre los no tonales ya se había estudiado antes, pero no se pudo separar las influencias lingüísticas de otras influencias culturales. "La mayoría de los estudios anteriores se limitaban a comparar a los hablantes de una lengua con los de otra, normalmente el inglés con el mandarín o el cantonés".
Liu explica que los angloparlantes y los chinos "también difieren en su bagaje cultural, y posiblemente en su exposición a la música y su formación en la escuela, por lo que es muy difícil descartar esos factores culturales si solo se comparan esos dos grupos".
Más capacidades pero las clases son insustituibles
El autor principal y científico cognitivo Samuel Mehr, asegura que la música "tiene muchas características universales en las distintas culturas", pero que este trabajo "demuestra que esas características universales pueden subyacer a la variabilidad interindividual y transcultural".
Sin embargo, hablar una lengua u otra no puede sustituir a las clases de música. Las capacidades de los hablantes de lenguas tonales eran proporcionales a la mitad de si recibieran clases, "pero los hablantes de lenguas no tonales eran mejores en ritmo, y tanto la melodía como el ritmo son partes importantes de la música".
Había variaciones en el procesamiento y la capacidad musical entre las distintas lenguas tonales y entre las distintas lenguas no tonales, pero los autores dicen que harían falta más estudios para profundizar en estos patrones a menor escala. Asimismo, se necesitaría más investigación para comprender los mecanismos y las vías de desarrollo que subyacen a estas diferencias.
"Un gran reto para entender cómo los humanos procesamos el mundo es descomponer grandes temas como la música o el lenguaje en sus componentes, como el tono, el ritmo o la melodía -dice la autora principal, Elika Bergelson, profesora de psicología y neurocientífica de la Universidad de Duke-. Un segundo reto es obtener muestras suficientemente grandes de participantes con experiencias lo bastante diversas como para poder extraer conclusiones fiables. Este trabajo da un paso importante en ambas direcciones".