Victoria Herrero
Alimentación
No cometas estos errores cuando lleves comida a la playa
Lo mejor es llevar agua, fruta y platos sencillos y ligeros que no sean un estorbo comer en la arena
Nos disponemos a pasar un agradable día en la playa. Hacemos un repaso mental rápido para comprobar que llevamos todo: bañadores, toallas, crema solar, gorra, gafas de sol, sombrilla, juegos para los más pequeños de la casa, un buen libro y algo para picar.
El agua da hambre por eso nunca está de más llevar algo de comida por si nos apetece comer en la playa y no tener que ir a reservar mesa a un restaurante o chiringuito cercano. Eso sí, a la hora de preparar la nevera para llevar este picnic playero, mucho cuidado con no cometer estos errores.
Alimentos bien conservados y frescos
Es algo lógico pero en ocasiones se nos olvida eso de llevar la comida en recipientes preparados para la comida fuera de casa y que, además, se mantengan en buen estado ante el calor exterior. Lo mejor es optar por neveras portátiles o bolsas isotérmicas donde los alimentos estén perfectamente y donde no pueda entrar arena o suciedad. No te olvides de limpiarlas bien y secarlas antes de meter en ella los alimentos.
Como es lógico, evita poner esas bolsas a pleno sol y añade bloques de hielo compacto (que no se derritan como los cubitos) para mantener fresca esa comida. Alimentos que es mejor llevar en recipientes que luego se puedan lavar y volver a reutiliza en lugar de usar productos de usar y tirar.
Recuerda, además, no mezclar las bebidas con los alimentos ya que, de lo contrario, estarás aumentando la temperatura en el interior de la nevera cada vez que la abras para coger una botella de agua.
Mejor el agua que el alcohol
Las buenas temperaturas, el momento de relax y la desinhibición propia del verano hace que nos concedamos algún que otro capricho y llevemos alcohol a la playa para beber. Pero es un error, ya que lo mejor es optar por el agua para hidratarnos y refrescarnos.
Nada de bebidas alcohólicas que no son buenas compañeras de un exceso de calor ya que actúan como vasodilatador, ni tampoco tirar de refrescos azucarados que no nos aportan nada bueno y además no nos quitarán la sed.
Preparaciones sencillas y ligeras
Sería una locura comernos un estofado en mitad de la playa. Ya no solo por la incomodidad de hacerlo en la arena, sino porque lo más seguro es que luego la digestión resulte algo pesada con esos calores. Lo mejor es optar por recetas sencillas de preparar, frescas y ligeras: fruta, bocadillos de lo más sanos, frutos secos y cremas frías o gazpachos en recipientes herméticos listos para beber.
Incluso podemos llevar una ensalada (clásica de lechuga, pero también de legumbres o arroz) pero sin aliñar. Esto último mejor lo haremos ya en la playa instantes antes de comérnosla.