Hace apenas unos días, cuarenta invitados a una boda en la localidad salmantina de Peñaranda de Bracamonte sufrían una intoxicación alimentaria. Pese a que aún continúan las investigaciones para esclarecer lo ocurrido, algunos medios apuntan a que el origen podría estar en unos carabineros. Las intoxicaciones alimentarias son, desgraciadamente, protagonistas cada verano. Hablamos de aquellas enfermedades que se producen por la ingestión de alimentos con gérmenes, patógenos o sus toxinas. Son enfermedades como la salmonelosis, la hepatits A, botulismo, gastroenteritis o triquinelosis.
Los meses de verano son una época especialmente crítica porque las altas temperaturas favorecen el desarrollo de microorganismos. Además son fechas en que cambiamos nuestros hábitos, comemos más fuera de casa… en ocasiones en chiringuitos y restaurantes; y en otras ocasiones tirando de tartera y nevera portátil.
Cuidar la higiene personal, lavarse las manos especialmente en el momento de manipular los alimentos.
También se deben mantener limpios los utensilios y las superficies que entren en contacto con ellos, cuchillos, encimeras, etc.
Proteger los alimentos de animales o insectos, que pueden ser portadores de microorganismos patógenos.
No manipular alimentos y extremar la higiene en caso de padecer una enfermedad gastrointestinal.
Almacenar inmediatamente los alimentos que requieran refrigeración o congelación y no romper la cadena de frío.
Las comidas preparadas y las sobras deben guardarse rápidamente en la nevera y consumirse cuanto antes.
Ojo con la contaminación cruzada: mantener separados alimentos crudos y cocinados, proteger los alimentos durante su almacenamiento (tapados, en táper).
Lavar las frutas y verduras si se van a consumir crudas.
En caso de duda, desechar el alimento antes que arriesgarse.
Las reglas de oro
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición recomienda la observación de las siguientes normas, basadas en las llamadas “Reglas de Oro” para la preparación higiénica de los alimentos de la Organización Mundial de la Salud.
Consumir alimentos que hayan sido tratados o manipulados higiénicamente.
Cocinar correctamente los alimentos de origen animal. La temperatura a la que debe someterse el alimento debe ser suficiente para que este alcance un mínimo de 70 °C en el centro del producto, al menos durante 2 minutos.
Consumir los productos tras ser cocinados y evitar dejar los alimentos a temperatura ambiente.
Conservar correctamente los alimentos cocinados. En caso de que no consumamos los alimentos una vez que los hemos preparado, debemos guardarlos correctamente sin dejarlos a temperatura ambiente. Si, aunque estén recién hechos, se deben meter en la nevera.
Calentar bien los alimentos cocinados. Como mínimo, deben calentarse a 70 grados durante dos minutos.
Evitar el contacto entre los alimentos crudos y los cocinados, porque podrían contaminarse entre sí solo por su contacto.
Lavado de manos. Es muy importante asegurar una correcta higiene de la persona que va a manipular los alimentos y una limpieza adecuada en todas las superficies de la cocina, también las herramientas de los paños de cocina.
Mantener los alimentos fuera del alcance de los animales de compañía, así como de insectos.
Utilizar exclusivamente agua potable. No se debe beber agua procedente de pozos u otras fuentes que no esté potabilizada, pero tampoco deben emplearse para lavar los alimentos.
No consumir alimentos perecederos que estén expuestos a temperatura ambiente.
¿Qué hacer si hay síntomas?
Ante síntomas gastrointestinales como diarrea o vómitos, independientemente del origen, la OCU recuerda que es fundamental rehidratarse. “Los trastornos con síntomas gastrointestinales pueden llevar a una pérdida excesiva de agua y sales minerales, por lo que es prioritario mantenerse bien hidratado”, asegura.
Respecto a la comida, es aconsejable elegir opciones ligeras y en poca cantidad. En caso de diarrea se recomienda tomar féculas y cereales cocidos con sal, como patatas, pasta, arroz, trigo y avena. También plátanos, sopas y verduras hervidas.
“Si los síntomas son persistentes o si se manifiestan en personas mayores o en bebés, es conveniente acudir lo antes posible a un centro médico”, advierte la organización de consumidores.
Sobre el autor:
Beatriz Torija
Beatriz Torija es periodista y documentalista, especializada en información económica. Lleva 20 años contando la actualidad de la economía y los mercados financieros a través de la radio, la televisión y la prensa escrita. Además, cocina y fotografía.