Ignacio Casanueva
Ignacio Casanueva es redactor especializado en temas de tecnología y salud.
… saber más sobre el autorLa vuelta al colegio está acaparando minutos en telediarios, lecturas, debates, charlas y quebraderos de cabeza. La COVID-19 ha puesto sobre la mesa un nuevo escenario al que todas las instituciones se han tenido que adaptar rápidamente. Y esta adaptación está acompañada de múltiples preguntas sobre cómo es la educación hoy en día, si debemos cambiarla o adaptarla. Junto a estas preguntas siempre está el comentario sobre cómo era la educación antes, y los puntos a su favor que deberíamos destacar. Pero ¿cómo ha cambiado la educación en las últimas décadas?
Si hacemos una comparación de nuestros colegios y lo que en ellos se enseña, podemos descubrir grandes diferencias: el método de aprendizaje y las nuevas tecnologías.
Hace años la enseñanza se basaba en su mayoría en la teoría, sin prestar mucha atención a ponerla en práctica. De este modo los alumnos repetían la lección, es decir, la memorizaban, pero no la interiorizaban. No comprendían lo que repetían. Un método que se evaluaba con un examen final, sin ningún trabajo durante el resto de la asignatura.
A este método se suma la figura del profesor, en la que ésta tenía mucha más autoridad, y en el que el diálogo entre alumno y tutor era escaso.
Actualmente la educación es mucho más participativa y práctica, el docente y el alumno son dos actores que están al mismo nivel (situación que despierta polémica). El método de aprendizaje busca la participación, motivación y el incentivo del menor
Un ejemplo de ello lo podemos ver en el método EMAT, un método de enseñanza de las matemáticas que se está popularizando en muchos centros de infantil y primaria, que consiste en enseñar esta materia a través de la manipulación, la observación y la experimentación mediante juegos y actividades (cubos, dados, uso de las manos…).
Otro cambio muy visual son los edificios que acogen la educación. Aulas, materiales, disposición de las zonas, etc. han tenido una mejora continua en la que en los últimos años la tecnología es la protagonista. Ahora los docentes tienen aulas virtuales con pizarras electrónicas, proyectores integrados, y punteros en vez de tizas. Los profesores se relacionan con los padres, no mediante notas sino correos electrónicos. Y las aulas han mejorado, habiendo zonas de informática, ciencias, polideportivos, etc. liberando el aula de todo ello.
En definitiva, no cabe duda de que la escuela de hoy, nada tiene que ver con la de otras décadas, los cambios son evidentes y están fuertemente ligados a los avances de la sociedad. La situación actual obliga a nuevas modificaciones que, son toda seguridad, acabarán siendo parte del día a día en el futuro de los colegios.