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Los riesgos para los sénior de la moda de los pinchazos para adelgazar de este verano

Patricia Matey

Foto: Bigstock

Sábado 19 de julio de 2025

ACTUALIZADO : Sábado 19 de julio de 2025 a las 8:48 H

24 minutos

Los expertos advierten: Ozempic (y similares) tienen efectos secundarios, algunos graves

Los riesgos para los sénior de la moda de los pinchazos para adelgazar de este verano
Patricia Matey

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Sábado 19 de julio de 2025

24 minutos

A Ozempic le sale competencia: ¿un nuevo fármaco más potente para adelgazar y la diabetes?

Los fármacos como Ozempic causan pérdida de la masa del músculo esquelético

Salud

Aumentan un 41% los problemas de suministro de medicamentos: estos son los fármacos más afectados

 

La conocida 'operación bikini' se ha ‘sometido’ a un importante 'lavado de cara'. De las famosas 'dietas milagro', tan lógicamente criticadas verano tras verano por los expertos, hemos pasado a la velocidad de un rayo a los 'pinchazos para adelgazar'. Hablamos, claro está, del cada vez más extendido uso de los ya los archifamosos medicamentos para la diabetes tipo 2 y para perder de peso como Ozempic, de su hermano ‘gemelo’ Wegov o su ‘mellizo’ Mounjaro. 

Este 'parentesco' farmacológico obedece a que los tres son agonistas del GLP-1, aunque el Mounjaro (tirzepatida) actúa también como agonista del GIP.  Para salir de dudas diremos que los agonistas del GLP-1 son medicamentos que imitan la acción de la hormona GLP-1, clave en la regulación del azúcar en sangre. 

No son insulina, pero ayudan al cuerpo a utilizarla de forma más eficiente, favoreciendo tanto el control glucémico como, en algunos casos, la pérdida de peso. Es por ello que su aprobación, como aclara a este diario la Dra. Cristina Petratti, médica especialista en obesidad, coaching nutricional y de salud integral y miembro de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), está sólo indicada en dos condiciones médicas concretas: "Tanto la Agencia Europea del Medicamento (EMA) como la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU, (FDA) EE.UU han dado han aprobado Ozempic (semaglutida) como tratamiento para la diabetes tipo 2 en adultos, cuando la enfermedad no está bien controlada con dieta y ejercicio. Puede administrarse solo —si la metformina no está indicada— o en combinación con otros antidiabéticos orales o insulina. El objetivo es el control glucémico, no la estética".

E insiste: "En el caso de la pérdida de peso estos fármacos están indicados únicamente aprobados para personas con obesidad (IMC ≥30) o con sobrepeso (IMC ≥27) más comorbilidades. Y no para uso ocasional, estético o rápido para el verano. Su eficacia está bien documentada. En el estudio STEP 1 —publicado en 'New England Journal of Medicine' y financiado por Novo Nordisk—, la semaglutida en dosis de 2,4 mg una vez por semana, combinada con intervención en el estilo de vida, logró una reducción sostenida y clínicamente relevante del peso corporal, cercana al 15%".

La ‘publicidad’ de las celebridades

Sin embargo, la realidad es otra. El 'boca a boca', su uso por parte de celebridades, como Kathy Bates, Macy Gray, Tori Spelling, Whoopi Goldberg, Rebel Wilson o el propio Elon Musk, que compartió una imagen navideña mediante su cuenta  X vestido de Santa Claus seguido de un texto y un par de publicaciones donde confesó el uso del medicamento Mounjaro para controlar su peso (en el último tweet del hilo menciona: “Ozempic Santa…técnicamente, Mounjaro, pero no suena igual), y los medios de comunicación los han catapultado a la fama como 'fármacos milagro’. 

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Elon Musk, confesó en cuenta X su uso de Mounjaro.

Pero la voz de los especialistas, las sociedades científicas y los expertos consultados por este diario es unánime. "No se trata de un ‘producto milagro’, tienen que usarse bajo supervisión médica. Es útil cuando se integra a un tratamiento médico integral con educación integral, actividad física y trabajo emocional. Emplearlos solo para bajar unos kilos en verano no solo no es ineficaz a largo plazo. sino que puede poner en riesgo la salud”.

De hecho, "no están exentos de efectos secundarios, algunos de ellos graves y su empleo debe ir acompañado siempre de dieta hipocalórica y ejercicio físico”.

Y alertan especialmente de su riesgo en los sénior, debido a la falta de estudios a largo plazo, también porque puede causar pérdida de masa muscular, lo que les hace más frágiles y más vulnerables a caídas, a que los efectos secundarios gastrointestinales (dolor abdominal, náuseas, vómitos y diarrea) son más problemáticos en ellos, como ya explicaremos más adelante, y como se reconoce en varios estudios científicos unificados en la web Everydayhealth.  Todo sin desdeñar su precio: la venta al público de Ozempic es de 128,15 euros (IVA incluido) en sus distintas variantes (0,25 ml; 0,5 ml y 1 ml).

Pese a ello, cada vez son más las personas que recurren a ‘atajos’ para  conseguir estos productos. De hecho desafortunadamente, "el ‘boom’ de estos productos, que hay que decir que sí son una herramienta eficaz si se usan bajo prescripción médica, cuando el paciente cumple los criterios establecidos y cambia sus hábitos de vida respecto a la dieta y la práctica de ejercicio, ha generado recetas falsas y malas ‘prescripciones’. Afortunadamente, los farmacéuticos están en alerta", documentan fuentes médicas. 


Se suma a ello, la venta de falsificaciones por internet. "Son un serio peligro para el consumidor porque estos productos no pasan por los controles exhaustivos", declara el Dr. Alfredo Alonso Poza, jefe del Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Universitario del Sureste de Madrid y cirujano en el Hospital Quirón San Camilo, también de Madrid.

Insiste en que la demanda de estos productos está "impulsada por el deseo de obtener  resultados rápidos sin considerar las posibles consecuencias para la salud. Es crucial recordar que este tipo de tratamientos están diseñados para perfiles específicos de pacientes que padecen obesidad y que, en muchos casos, ya han intentado otros métodos de control de peso sin éxito. No están indicados para un uso generalizado sin la supervisión de un especialista, ya que los riesgos pueden superar los beneficios si no se emplean de forma correcta".

'Medicamentos sin mortalidad cero'

El Dr. Poza asegura que este tipo de medicación "no se debe administrar a pacientes que han tenido una pancreatitis previa y ni piedras en la vesícula. Nunca se deben administrar estos fármacos sin tener una analítica previa y una ecografía abdominal previa, además de haber realizado el historial al paciente y haber excluido que haya tenido ningún cuadro de pancreatitis previo. Además es fundamental realizar un seguimiento médico constante para ajustar dosis y evaluar efectos secundarios; solo así se minimizan los riesgos de reacciones adversas",  

Y recuerda: "Tengamos en cuenta que estos productos no tienen mortalidad cero”, en alusión a la enfermera inglesa de 58 años que se administró dos dosis de este medicamento pocos días antes de su fallecimiento el pasado 4 de septiembre por, según el informe de defunción, un "fallo multiorgánico, un choque séptico y pancreatitis". 

Y apunta: "A mi consulta ya han llegado dos casos de mujeres con cólico biliar debido al empleo de estos fármacos".

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Dra. Cirstina Petratti

Como bien refiere la Clínica Cleveland de EE.UU, uno de los efectos secundarios más frecuentes es la afectación al aparato digestivo, con náuseas, vómitos, estreñimiento o pérdida de apetito extremo, "que se agravan o se controlan mal, si el medicamento se está usando sin control médico", apunta la experta de la SEEDO. 

Primer testimonio 

Le ha pasado a Alicante, el pseudónimo elegido por una mujer de 50 años que ha consumido Mounjaro y que ha accedido a contarnos su testimonio, Y nos relata. "Empecé con la menopausia y con ella una importante ganancia de kilos. Hice ayuno intermitente y practicaba ejercicio pero nada era suficiente. Acudí a mi ginecóloga que me recomendó terapia hormonal, pero estaba muy hinchada. La ginecóloga me recomendó Mounjaro que empecé a administrarme a dosis bajas (cuatro inyecciones semanales hasta ir subiendo  la dosificación). Al principio todo bien, pero a la quinta inyección empecé con diarrea. Recurrí a una amiga que es ginecóloga, yo ya estaba en 80 kilos, además de tener una retención de líquidos tremenda. No sabía qué hacer".

Recuerda que su amiga le dijo "de hacerme una analítica que destacó mi falta de calcio y colesterol elevado y  que me hiciera un control de mamografía y me cambió el tratamiento hormonal, a uno más moderno para ver si me sentaba bien. Pero las complicaciones digestivas siguieron: a la diarrea se le sumaron los vómitos, literalmente líquidos. Coincidió en ese momento que mi fisioterapéuta tenía gastroenteritis por culpa de una infección y yo pensé que mis síntomas podrían deberse a ello, pero no sabía si era por el tratamiento o no. Acudí para que me hicieran una gastroscopia. Estos síntomas condicionan tu vida, lo cierto es que yo he tenido de siempre digestiones pesadas y problemas gastrointestinales ".

Afirma que ahora está bien y que ha cumplido su objetivo: "He conseguido bajar a 72 kilos y me he deshinchado Eso sí el fármaco para adelgazar que sigo con él, te quita literalmente el apetito y tienes sensación de saciedad a la mínima ingesta. Ando mucho, me he quitado de las grasas y el gluten que me hinchan y ahora estoy mucho mejor" 

De vuelta a 'la cultura del cuerpo'

En la otra cara negativa de la moneda, estos fármacos están trayendo de vuelta estereotipos perjudiciales, como la cultura del cuerpo, que creíamos haber desterrado, además de la estigmatización. "se invisibiliza que la obesidad es una enfermedad crónica multifactorial, no una cuestión de voluntad o estética”, recuerda la Dra. Petratti. 

En este sentido, Beatriz Verdi, nutricionista clínica, especialista en Trastornos de la Conducta Alimentaria, Alimentación Intuitiva e Imagen Corporal Positiva y Co-Directora del Capítulo Internacional de iaedp en España, afirma: "La publicidad de estos medicamentos,  que no están exentos de efectos secundarios serios, pueden poner en jaque la salud de los pacientes con trastornos de la alimentación, como se constata en un ensayo de 'Eating & Behaviour', sobre todos los que sufren trastorno por atracón que pueden recurrir a ellos para adelgazar".

También es miembro del Grupo de Especialización de Trastornos Alimenticiós de la Academia Española de Nutrición y Dietética (AEDEN) y agrega: "Por si fuera poco hay profesionales que no hacen una valoración como deberían de los pacientes y sabemos que, a la larga, estos medicamentos pueden causar desnutrición por la escasa ingesta de nutrientes y pérdida muscular. Estos esconden el apetito y tienen una gran poder saciante por lo que al dejarlos, cuando no se está bajo supervisión médica y no se ha hecho dieta y deporte, causan un efecto rebote".

Todo por no decir "que nos volvemos a jugar la salud por la estética y por el control extremo del peso. Por no hablar de los trabajos que han apuntado al aumento de riesgo de depresión e ideación suicida en algunos usuarios", apostilla la experta. 

‘El prospecto’ de efectos secundarios

1. Pérdida de peso no sostenible. Si no hay un cambio en la alimentación, el ejercicio y la gestión emocional, la pérdida de peso se recupera al suspender la medicación. Hasta el 80% del peso perdido puede volver si no se trabaja el entorno y los hábitos, como ha documentado un trabajo en JAMA. 

2. Adiós a la masa muscular La misma revista científica se ha hecho eco de un ensayo en el que se constata que bajar peso sin ejercicio de fuerza ni suficiente proteína reduce el músculo, no solo la grasa. Es por ello que los especialistas, como reconocen, pueden tener cierta preocupación con este tema, porque tomar estos medicamentos sin entrenamiento de fuerza y resistencia, que es lo que se suele indicar, produce pérdida de masa muscular y no grasa magra. Se añade a esto que muchos pacientes no ingieren las proteínas adecuadas con el efecto que esto conlleva sobre el músculo.

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Los estudios sobre la pérdida muscular inducida por GLP-1 muestran resultados mixtos: algunas evidencias sugieren que entre el 40% y el 60% por ciento de la pérdida de peso proviene de masa magra mientras se usan los medicamentos, y otros trabajos sugieren que las personas pierden alrededor del 15% (o incluso menos) de peso a partir de masa muscular magra, como recoge un ensayo en 'Diabetes, Obesity and Metabolism’'.

La pérdida de masa muscular magra suele ocurrir con la pérdida de peso, independientemente de cómo se haya perdido. Sin embargo, el problema es especialmente grave en los adultos mayores, quienes, por naturaleza, tienen menos masa ósea y muscular que las personas más jóvenes debido al deterioro propio de la edad, como documenta la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU.  

Y al reducir la densidad y la fuerza ósea, la pérdida de peso puede aumentar el riesgo de caídas y fracturas, a las que los adultos mayores ya son más vulnerables, se refiere en una investigación de 'Gerontology'.

Otro estudio reveló que las personas que participaron en un programa de pérdida de peso durante más de 10 años tenían un 39% más de riesgo de sufrir fracturas de cadera, hombro, brazo y pelvis. Los participantes, todos con diabetes tipo 2, tenían entre 45 y 76 años.

3. Problemas gastrointestinales  Son muy frecuentes. Las náuseas, vómitos, estreñimiento y la pérdida de apetito extrema son comunes. Estos generalmente desaparecen después de unos días o semanas, pero aún pueden ser problemáticos, especialmente para los adultos mayores

Algunos estudios demuestran que estos efectos secundarios (que ocurren debido al impacto que los GLP-1 tienen en el intestino y el cerebro) son peores en los adultos mayores y conducen a tasas de interrupción más altas de la medicación como se refiere en una investigación. Esto se debe principalmente a que el sistema gastrointestinal cambia y se vuelve menos eficiente con la edad.

4. Depresión. Un estudio pionero, publicado en la revista 'Current Neuropharmacology', destaca una preocupante posible relación entre los agonistas del receptor del péptido similar al glucagón-1 (GLP1) y el riesgo de depresión e ideación suicida (IS). Mediante análisis computacionales farmacogenómicos avanzados, el equipo internacional de 24 investigadores reveló vías genéticas que podrían inducir fenotipos depresivos en usuarios de agonistas del GLP1, lo que plantea importantes dudas sobre la seguridad de estos medicamentos en ciertas personas. El estudio, dirigido por investigadores de EE.UU, Brasil, Irán e Israel, demuestra que, si bien los agonistas del receptor GLP1 benefician a las personas con hiperdopaminergia (exceso de actividad dopaminérgica), pueden tener efectos perjudiciales en personas con hipodopaminergia (baja función dopaminérgica).

5. Problemas de visión. La propia Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) informó del riesgo de neuropatía óptica isquémica anterior no arterítica (Noiana) en pacientes tratados con Ozempic, Rybelsus y Wegovy, El Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia (PRAC) de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha revisado el riesgo de desarrollar Noiana, condición ocular que puede causar pérdida de visión repentina, asociado al uso de semaglutida, tal y informó Facua. Se suma a ello un estudio retrospectivo del 'Jama Ophtalmology', basado en 14 bases de datos (6 reclamaciones administrativas y 8 registros médicos electrónicos), que corrobora el aumento del riesgo de  un aumento en el riesgo de Noiana entre individuos con diabetes tipo 2 asociado con el uso de semaglutida lo que y justifica una mayor investigación sobre las implicaciones clínicas de esta asociación, según los investigadores.

6. La cara oculta (y envejecida). 'Ozempic face' o 'cara de Ozempic' es un término que ha ganado popularidad en los últimos meses para describir este efecto secundario estético asociado con su uso. Este término se refiere a la pérdida de grasa facial que algunas personas experimentan como resultado de la pérdida rápida de peso que se produce con el uso de este medicamento, documenta Healthiline.

Efectos a largo plazo 

  • Pancreatitis: en casos raros, puede causar pancreatitis (inflamación del páncreas). Los síntomas pueden incluir dolor o hinchazón abdominal, fiebre, dolor de espalda o náuseas y vómitos.
  • Problemas de vesícula biliar: como ya hemos indicado anteriormente, estos fármacos pueden aumentar el riesgo de problemas de vesícula biliar, como cálculos biliares y enfermedad de la vesícula.
  • Lesión renal aguda: como pueden causar vómitos y diarrea como efecto secundario, esto puede provocar deshidratación, lo que puede causar daño renal. Los síntomas pueden incluir confusión, fatiga y necesidad de orinar con menos frecuencia o producir menos orina de lo habitual. 
  • Riesgo de tumores tiroideos: Ozempic tiene una advertencia destacada para el cáncer de tiroides. Esta advertencia es la más grave de la FDA). Estudios en animales demostraron que aumenta el riesgo de tumores tiroideos en animales, por lo se debe corroborar en ensayos en humanos.
  • Desorden en la relación con la comida. Al suprimir el apetito, "se evita el trabajo emocional profundo. Muchas personas no aprenden a regularse, solo a dejar de comer, y eso no repara el vínculo con la comida”, declara la especialista de la SEEDO. 

Menopausia y Ozempic

Si hay un sector de la población que ha 'puesto sus ojos en estos fármacos con grandes esperanzas' son las mujeres menopáusicas. Y no es de extrañar. Los expertos coinciden en que los nuevos fármacos para adelgazar 'atraen' a este sector de la población por el aumento de peso tras la pérdida de los estrógenos. 

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Se ha debatido en más de una ocasión que la menopausia supone un cambio brutal y "lo estamos llevando mal. No se están abordando adecuadamente los problemas que conlleva, como el aumento de peso, el insomnio, el aumento de osteoporosis y de grasa abdominal, además de estrés y ansiedad. En este sentido es importante recordar que estos dos últimos factores (estrés e insomnio) contribuyen y mucho a la obesidad, por lo que de no ejercer un control sobre ellos, los fármacos de los que estamos hablando podrían ser menno eficaces. Es importante, destacar que ellas tienen que recordar todo lo que hemos hablado en este artículo para no caer en el uso inapropiado de estos nuevos medicamentos", apuntan los especialistas.

Segundo testimonio 

Olivia, de 55 años, como prefiere llamarse para este artículo y ocultar su identidad, representa el ejemplo de cuando las cosas sí funcionan. 

"Para mí, la menopausia fue devastadora a todos los niveles: emocional, funcional y físicamente. En solo un año llegué a engordar diez kilos. A pesar de no haber modificado mi alimentación ni dejar de hacer deporte, mi cuerpo empezó a comportarse de un modo inexplicable; daba igual lo que comiera, porque seguía engordando. Las dietas que siempre me habían funcionado ya no surtían efecto. Creo que probé todas las que existen, pero no lograba bajar ni un gramo. Llegó un momento en que prácticamente me alimentaba de canónigos y un poco de pollo, y reduje tanto la cantidad de alimento, que mi organismo entró en “modo de supervivencia metabólica”, tal y como me explicó uno de los muchos expertos en nutrición que visité ese año. Mi cuerpo, harto de dietas restrictivas, comenzó a almacenar todo lo que comía, no fuera a ser que también se lo quitara”. 

Admite que estaba desesperada. "Entonces hablé con una amiga que había sufrido el mismo proceso que yo y a la que el Ozempic le había cambiado la vida. En aquel momento este medicamento no se prescribía para bajar peso y solo había una doctora en Madrid que lo recetaba. Su clínica estaba abarrotada a pesar de que cobraba una auténtica salvajada por consulta. Yo comencé con solo 9 ‘clicks’  de la pluma de 0,25, y el resultado fue milagroso. En apenas dos semanas ya había perdido tres kilos. A pesar de que se trataba de una dosis ínfima, mi cuerpo reaccionó rápidamente. Los primeros días sentía escalofríos, un ligero dolor de cabeza y cierto insomnio, pero al poco tiempo esos síntomas desaparecieron". 

Recuerda que comenzó "a comer de todo, algo impensable en mí, porque ya había desterrado de mi dieta lácteos, hidratos de carbono, fruta y grasas. Ya no recordaba a qué sabía el pan! Era pura magia: podía comer sin remordimientos sopa de fideos, paella, ensaladilla rusa o incluso un plátano! Eso sí, en pequeñas cantidades, porque enseguida me saciaba. Comía con gusto y de todo, pero llegaba a la mesa sin apetito. En un año perdí los diez kilos que me atormentaban y volví a ser feliz; la alimentación dejó de obsesionarme, comencé a vivir dándole a mi cuerpo todo tipo de alimentos: frutas, verduras, hidratos, proteínas…y lo mejor es que mis analíticas era perfectas.

Y señala: "El boca a boca corrió como la pólvora. Yo misma era la 'publicidad andante' de Ozempic, porque quienes me conocían vieron el antes y el después y me preguntaban qué había hecho. Por supuesto, desde el primer momento tuve que aguantar todo tipo de comentarios de amigos y conocidos ‘muy instruidos’ en los efectos perniciosos del medicamento…. Además, los medios de comunicación comenzaron a hacerse eco de este 'boom' y en mi opinión proliferaron informaciones demagógicas y descabelladas sobre él: que si el efecto rebote, que si la obsesión enfermiza por el cuerpo…en fin…una serie de afirmaciones que muchos tuvieron que tragarse; unos acabaron usándolo, y otros recetándolo. Mi experiencia no pudo ser mejor. De hecho, dos años después, continúo inyectándomelo en pequeñas dosis, las que me prescribe mi endocrino. Me hago una analítica cada seis semanas, además de una curva de glucosa, y los resultados son para enmarcar. Estoy en manos de un excelente profesional, me siento a gusto con mi cuerpo, tengo una alimentación sana y variada y comer o no comer ya no es una obsesión".

Reflexión final 

"La semaglutida es una herramienta válida y potente para tratar la obesidad, pero sólo dentro de un tratamiento integral y supervisado. Sin educación alimentaria, movimiento regular, apoyo psicológico y seguimiento médico, se convierte en un parche temporal. En salud, el objetivo no debería ser  'estar más delgada en verano', sino sentirse mejor todo el año", recuerda la experta de la SEEDO y con ella coinciden todos los expertos consultados por este diario.

Sobre el autor:

Patricia Matey

Patricia Matey

Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.

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