Formación especializada, la asignatura pendiente en el cuidado del alzhéimer
Las carencias son superiores en perfiles con certificados de profesionalidad
La mayoría de profesionales del cuidado que trabajan con pacientes de alzhéimer no tiene formación especializada para atender a este colectivo. En concreto, según revela el informe Cuidar Mejor de la Fundación Pasqual Maragall, el 67% de las personas que se dedican a asistir en tareas diarias a estas personas afirma no haberla recibido.
Y esta carencia, explican, afecta también a entornos donde la demanda es constante y crítica, como centros residenciales (44% de los encuestados trabajaban allí) y de día (27%).
Perfiles con menos formación
Eso sí, no todos los perfiles laborales tienen las mismas carencias. Del informe se desprende que el 89% de quienes tienen un Certificado de Profesionalidad para la Atención Sociosanitaria a Personas en el Domicilio no tiene esta formación.
Además, este grupo, que normalmente debe afrontar situaciones complejas "solas" en los hogares de los dependientes, reporta la puntuación más baja tanto en el conocimiento autopercibido de los síntomas como en la percepción de su propia cualificación práctica (5,35 sobre 10).
Conocimientos teóricos
Ahora bien, aunque no tengan formación específica, el informe destaca que tres cuartas partes de los encuestados tienen un buen conocimiento teórico general sobre demencias.
Para evaluarlo, se ha utilizado la escala DKAS, que incluye aspectos como sintomatología, factores de riesgo, progresión de la enfermedad, diagnóstico y cuidados, asignando un punto por cada respuesta correcta.
Así, los resultados generales mostraron que los profesionales encuestados obtuvieron una puntuación media del 75,08%.
Y, de nuevo, existen diferencias entre profesiones, los perfiles que obtuvieron las puntuaciones más bajas fueron los profesionales del Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD), con un promedio de 68,44%, los Técnicos en Atención Sociosanitaria a Personas en Situación de Dependencia, un 72,16%, los profesionales con Certificado en Atención Sociosanitaria a Personas Dependientes, un 71,64%, y los Técnicos Auxiliares en Cuidados de Enfermería, un 71,12%.

Ámbitos de mejora
No obstante, a pesar de que el nivel de conocimiento teórico general sobre demencias es relativamente alto, la competencia no se traduce en confianza práctica, con una media de 6,29 sobre 10.
Las principales áreas donde los profesionales demandan formación adicional, con puntuaciones medias elevadas, son las técnicas y habilidades de comunicación con personas con alzhéimer (2,66), el manejo de los síntomas psicológicos y conductuales (2,59), como la agitación o las conductas agresivas, y el conocimiento sobre los recursos disponibles para las personas diagnosticadas y sus familiares.
Demandan más formación
A pesar de los déficits, el sector muestra un fuerte compromiso con la mejora continua: el 87% de los encuestados manifestó interés en recibir formación adicional, y el 95% desea obtener una certificación que la acredite.
Para facilitar este aprendizaje, los profesionales prefieren formatos flexibles y aplicados, con una preferencia por la modalidad en línea (64%) y priorizando los casos prácticos (81%) y materiales visuales y ágiles.
Recomendaciones
Finalmente, según se desprende del informe, la carencia formativa actual se refleja en los contenidos de los itinerarios reglados (Certificados de Profesionalidad y FP), donde la formación específica en demencias suele estar integrada dentro de módulos generalistas que no profundizan lo suficiente.
Igualmente, se critica que muchas formaciones no son impartidas por profesionales especializados en alzhéimer.
De esta manera, las recomendaciones del informe apuntan a que el diseño de programas formativos debe ser estructurado y acreditado, priorizando las competencias prácticas como el manejo conductual y las habilidades de comunicación.
En ese sentido, detallan, es fundamental que esta formación se adapte a las condiciones laborales reales y se centre en la historia de vida del usuario para promover un cuidado más humano.
Finalmente, enfatizan la necesidad de cuidar a quienes cuidan, ofreciendo formación sobre autocuidado y promoviendo espacios de apoyo psicológico para prevenir el síndrome de desgaste profesional.
El estudio
El informe incluyó encuestas a 270 profesionales de atención directa (principalmente mujeres, 91,48%) y entrevistas cualitativas.



