Longevidad saludable
Descubren un nuevo beneficio cerebral en mayores de escuchar música a diario
Oir melodías después de los 70 años se asocia con una reducción del riesgo de demencia
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Durante la mayor parte de la historia, los seres humanos han escuchado y creado música. La usamos por diversos motivos, como la regulación del estado de ánimo, la conexión social y el baile. Una de las características más interesantes de escuchar música es que a menudo va acompañada de un impulso placentero a moverse. En la literatura sobre cognición musical, este impulso placentero a moverse al ritmo de la música se ha denominado ‘groove’, como se documenta en International of Journal.General Psychiatric.
La experiencia del menudo del 'groove' está compuesta por dos elementos distintos, medidos mediante la valoración del placer y las ganas de moverse, que suelen estar altamente correlacionados. La fuerza de esta relación puede depender de si las ganas de moverse y el placer se valoran de forma consecutiva o no. Pues, recientemente, un estudio recogido en PLOS One documentaba: "Al parecer, el impulso placentero de moverse al ritmo de la música —de dejarse llevar por el groove— parece ser una respuesta fisiológica independiente de cuánto disfrutemos generalmente de la música. Esta respuesta es tan intensa que incluso se observa en personas con anhedonia musical, es decir, aquellas que obtienen poco o ningún placer de la música".
Vuelve el poder de la música
Y ella ha vuelto a interesar a la ciencia y gracias a ello, tenemos un nuevo beneficio de tenerla en nuestro día a día. Porque escuchar música después de los 70 años parece estar asociado con una reducción significativa del riesgo de demencia. Un equipo de investigación de la Universidad de Monash (Australia) analizó datos de más de 10.800 adultos mayores y descubrió que las personas de este grupo de edad que escuchaban música con regularidad tenían un 39% menos de probabilidades de desarrollar demencia.
El proyecto, liderado por Emma Jaffa, estudiante de honor de Monash, y la profesora Joanne Ryan, examinó la relación entre escuchar música y tocar instrumentos y la salud cognitiva en adultos mayores de 70 años. Su análisis mostró que las personas que escuchaban música con regularidad, en comparación con quienes nunca, rara vez o solo a veces lo hacían, tenían un riesgo de demencia un 3% menor. Tocar un instrumento también se asoció con beneficios, con una reducción del riesgo de demencia del 3%.
Hallazgos extraídos de estudios de envejecimiento
Los investigadores basaron su trabajo en información del estudio ASPIRE (ASpirin in Reducing Events in the Elderly) y del subestudio ALSO (SPREE Longitudinal Study of Older Persons). Los resultados se han publicado también en el International of Journal.Generl Psychiatric.
Las personas que declararon escuchar música con regularidad mostraron mayores ventajas cognitivas. Este grupo presentó una incidencia de demencia un 39% menor y una incidencia de deterioro cognitivo un 17% menor, además de puntuaciones cognitivas generales más altas y mejor memoria episódica (utilizada para recordar eventos cotidianos). Quienes escuchaban y tocaban música habitualmente tenían un riesgo de demencia un 33 % menor y un riesgo de deterioro cognitivo un 22% menor.
La música como actividad accesible para la salud cerebral
La Dra. Jaffa ha señalado en un comunicado que los resultados de la investigación "sugieren que las actividades musicales pueden ser una estrategia accesible para mantener la salud cognitiva en adultos mayores, aunque no se puede establecer una relación de causalidad".
Estos hallazgos se producen en un momento en que el envejecimiento de la población está creando nuevos desafíos para la salud pública. El aumento de la esperanza de vida ha conllevado un incremento de las tasas de enfermedades relacionadas con la edad, como el deterioro cognitivo y la demencia, lo que supone una presión cada vez mayor sobre las familias y los sistemas sanitarios.
Prevenir o retrasar la demencia
La profesora Ryan, autora principal del estudio, ha destacado la urgencia de explorar opciones para ayudar a retrasar o prevenir la demencia. "Dado que actualmente no existe cura para la demencia, es fundamental identificar estrategias que ayuden a prevenir o retrasar la aparición de la enfermedad", ha documentado
Y ha añadido: "La evidencia sugiere que el envejecimiento cerebral no se basa solo en la edad y la genética, sino que puede verse influenciado por el entorno y las elecciones de estilo de vida de cada persona. Nuestro estudio sugiere que las intervenciones basadas en el estilo de vida, como escuchar o tocar música, pueden promover la salud cognitiva".
