¿Pueden las estatinas reducir el riesgo de demencia?
Las personas con rasgos genéticos que reducen el colesterol tienen muchos menos riesgo de padecerla
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Sabemos que la demencia es una enfermedad neurodegenerativa devastadora que actualmente afecta a 50 millones de personas en todo el mundo, como revelan datos recogidos en The Lancet. A pesar de los esfuerzos de la ciencia para tratarla y prevenirla durante años, se han logrado pocos progresos. Sin embargo, la investigación reciente apunta hacia un origen compartido entre la demencia y la enfermedad cardiovascular aterosclerótica.
Es importante destacar que se han sugerido varios factores de riesgo modificables compartidos, incluidos los lípidos en sangre como el colesterol de lipoproteína de baja densidad (LDL, el ‘malo’), los triglicéridos, y el colesterol de lipoproteína de no alta densidad (no HDL, el ‘bueno’), tal y como se reconoce en un de JAMA Cardiology.
Aterosclerosis y colesterol
El mecanismo biológico que vincula estos factores de riesgo con la demencia podría ser a través de la aterosclerosis y, en consecuencia, a través del desarrollo de accidentes cerebrovasculares y microinfartos en el cerebro. Por lo tanto, la investigación de los medicamentos ya disponibles destinados a tratar y prevenir la enfermedad cardiovascular aterosclerótica puede ayudar en la búsqueda de nuevas estrategias de prevención para la demencia. Como refleja un ensayo en The Lancet, los fármacos hipolipemiantes (como las estatinas) han mostrado su eficacia para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular aterosclerótica.
El más conocido hasta ahora es la β-hidroxi β-metilglutaril-CoA (HMG-CoA) reductasa (HMGCR) que cataliza un paso vital en la biosíntesis del colesterol y es el objetivo de las estatinas. Otros fármacos más recientes incluyen ezetimiba, que bloquea el mediador crítico de la absorción intestinal del colesterol, la proteína Niemann-Pick C1-like 1 (NPC1L1), y alirocumab/evolocumab, que inhiben la proproteína convertasa subtilisina/kexina tipo 9 (PCSK9), que se une al receptor de LDL (LDLR) y lo dirige a la degradación lisosomal en las células. La lipoproteína lipasa (LPL) es una proteína que hidroliza los triglicéridos en lipoproteínas ricas en triglicéridos, y su deficiencia resulta en hipertrigliceridemia grave.
Aunque la terapia génica para la deficiencia de LPL reduce las concentraciones de triglicéridos en pacientes con síndrome de quilomicronemia familiar, ya no se comercializa. Actualmente,se están desarrollando fármacos contra inhibidores de la LPL. Estos incluyen productos dirigidos a la angiopoyetina similar a 4 (ANGTPL4), la angiopoyetina similar a 3 (ANGTPL3) y la apolipoproteína C-III (apo C-III). Otros hipolipemiantes actualmente en desarrollo incluyen inhibidores de la proteína de transferencia de ésteres de colesterol (CETP), aunque el fracaso de ensayos previos indicaría que el desarrollo exitoso de inhibidores de la CETP es menos probable.
La CETP es una proteína que facilita la transferencia de colesterol desde las HDL a las lipoproteínas ricas en triglicéridos y LDL a cambio de triglicéridos y su inhibición da como resultado un perfil lipídico favorable con colesterol no HDL más bajo.
Colesterol y demencia: nuevas evidencias
Ahora llegan nuevas evidencias que constatan que tener niveles bajos de colesterol podría ayudar a proteger contra la demencia, según un estudio internacional a gran escala dirigido por la Universidad de Bristol (Reino Unido). La investigación, que incluyó datos de más de un millón de participantes, reveló que las personas con rasgos genéticos que reducen naturalmente el colesterol tienen menos probabilidades de desarrollar demencia.

El trabajo fue dirigido por la Dra. Liv Tybjærg Nordestgaard durante su estancia en la Universidad de Bristol y en el Departamento de Bioquímica Clínica del Hospital Universitario de Copenhague Herlev y Gentofte. Los hallazgos se han publicado en Alzheimer's & Dementia: The Journal of the Alzheimer's Association.
Pistas genéticas y efectos reductores del colesterol
Algunas personas nacen con variantes genéticas que afectan a las mismas proteínas a las que se dirigen los medicamentos para reducir el colesterol, como las estatinas y la ezetimiba. Para explorar si estos fármacos podrían influir en el riesgo de demencia, el equipo utilizó una técnica llamada aleatorización mendeliana. Este método permite a los científicos estudiar cómo variantes genéticas específicas imitan los efectos de un tratamiento, minimizando al mismo tiempo la influencia de factores externos como el peso, la dieta o el estilo de vida.
Al comparar a personas con y sin estas variantes genéticas reductoras del colesterol, los investigadores observaron una clara diferencia en el riesgo de demencia. Una pequeña disminución de los niveles de colesterol (aproximadamente un milimol por litro) se asoció con una reducción de hasta el 80 % en el riesgo de demencia para ciertas dianas genéticas relacionadas con fármacos.
"Lo que indica nuestro estudio es que si usted tiene estas variantes que reducen su colesterol, parece tener un riesgo significativamente menor de desarrollar demencia", ha declarado en un comunicado la Dra. Nordestgaard, quien ahora trabaja en el Departamento de Bioquímica Clínica del Hospital Universitario de Copenhague - Bispebjerg y el hospital Frederiksberg.
Los resultados sugieren que mantener bajos los niveles de colesterol, ya sea mediante genética o tratamiento médico, podría proteger contra la demencia. Sin embargo, la investigación aún no confirma que los medicamentos para reducir el colesterol previenen directamente la enfermedad.
Dado que la demencia suele desarrollarse en etapas tardías de la vida, estudiar sus causas requiere el seguimiento de los participantes durante décadas. Esto dificulta establecer la causa y el efecto en los ensayos clínicos tradicionales.
Tampoco está claro por qué el colesterol alto aumenta el riesgo de la enfermedad. Una explicación, según Nordestgaard, es que el colesterol alto contribuye a la aterosclerosis, la acumulación de depósitos de grasa en los vasos sanguíneos.
Cómo el colesterol puede dañar el cerebro
"La aterosclerosis es el resultado de la acumulación de colesterol en los vasos sanguíneos. Puede presentarse tanto en el cuerpo como en el cerebro y aumenta el riesgo de formación de pequeños coágulos sanguíneos, una de las causas de la demencia", ha comentado la investigadora.
Y ha insistido: "Sería un excelente siguiente paso realizar ensayos clínicos aleatorios a lo largo de 10 o 30 años, por ejemplo, en los que se administren a los participantes medicamentos para reducir el colesterol y luego se observe el riesgo de desarrollar demencia", añadió el Dr. Nordestgaard. El estudio utilizó datos del Biobanco del Reino Unido, el Estudio de Población General de Copenhague, el Estudio Cardíaco de la Ciudad de Copenhague, el estudio FinnGen y el Consorcio Global de Genética de Lípidos.



