Violeta Qi
Ocio
Colas al sol por unas alpargatas: el éxito de Casa Hernanz
Funciona desde 1845

La alpargatería Casa Hernanz, una mítica tienda que funciona desde 1845, ubicado en Madrid, cerca de la Plaza Mayor, al bajar la calle de Toledo, sigue generando ventas con colas de varias horas al sol en verano.
Con la llegada del calor, las personas que deciden ir, sobre todo los sábados, sigue en aumento debido a su producto tan especial y a "como se hacía antes" según cuenta Marta Hernanz, miembro de la familia y trabajadora de quinta generación en la tienda, para Europa Press.
Las alpargatas de los Hernanz son hechas con yute, una planta herbácea fibrosa en España, a mano. Tratando de mantener esa "esencia" con piel, algodones y lonas de procedencia nacional. Marta apunta que aunque se sigue conservando la base del procedimiento original, "obviamente hay procesos que se han mecanizado" como el hecho de poner la goma en la suela, "que ahora ya no se hace como antes".

La joven, sin parar de atender a los clientes, recuerda cómo han cambiado las cosas desde el inicio de la travesía alpargatera. Empezando a mediados del siglo XIX, donde la principal actividad en la capital era la agrícola, los calzados de esparto eran los más resistentes vendiéndose casi exclusivamente para trabajadores de este sector, actualmente cubren diferentes tipos de necesidades.
La variedad de los productos que hay en Casa Hernanz hoy en día hace casi imposible de enumerarlos todos y se puede apreciar en las estanterías "desde la plana básica de toda la vida" hasta "tacones para novia" u opciones para "irte a la playa con ellas".
"Vale para todo, desde ir a la playa o estar por casa a casarte, ahí tienes una infinidad de posibilidades. Es muy bueno", comenta con orgullo Marta de su legado familiar.
Soportar el calor por tradición
Mercedes, una madrileña que llevaba una media hora de cola bajo la intensidad del calor, ha contado para Europa Press que merece la pena el esfuerzo por repetir una tradición personal de "muchsísimos años". Cuando era más joven, en los 70, la fila no se apreciaba, "La conocemos (la tienda) de cuando no existían estas colas. Y veníamos ya entonces a comprar las zapatillas de esparto y otro tipo de alpargata, que es lo típico", ha recordado.
Desde hace años que la expectación ha ido creciendo y los motivos por los que acudir a Casa Hernanz han ido variando. Esperando a entrar, se dejan caer personas que traspasan las fronteras de la Comunidad de Madrid.
Chinos, brasileños, pero la mayoría madrileños
Un grupo de cuatro turistas chinos comentan que "simplemente" han visto la fila y se han unido por curiosidad y han realizado una hora de cola "por la experiencia", desconociendo la tradición de la compra de alpargatas de Casa Hernanz.
Algo parecido le ha sucedido a un matrimonio de turistas brasileños, que ha dudado de si seguir viendo los atractivos de la capital o aguantar el calor. "No sabíamos que esto existiera, pero si es una tradición no nos queda otra que probarlo" comentaron.
Más allá de esto, el público que prima en la tienda son los madrileños "de toda la vida". Dos mujeres mayores, las dos llamadas María, acuden todos los años para "renovar" la elección del verano anterior. "Mira, estas son del año pasado. Oye, y están como nuevas", cuenta una de ellas entusiasmada, quitando importancia a las adversidades del proceso y defendiendo el comercio tradicional. "Te las pruebas, te atienden siempre. A mí me gusta comprarme las cosas en el sitio", ha zanjado.