Teatro

Amparo Larrañaga: “El humor no tiene que tener límites, es ficción absoluta, pura y dura”

65ymás

Sábado 27 de agosto de 2022

5 minutos

La actriz estrena ‘Laponia’, una comedia ácida en torno a la educación de los hijos y las mentiras

Amparo Larrañaga: “El humor no tiene que tener límites, es ficción absoluta, pura y dura”
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Sábado 27 de agosto de 2022

5 minutos

Llega al Teatro Maravillas de Madrid ‘Laponia’, una comedia sarcástica dirigida por Tamzin Townsend que dará comienzo el 9 de septiembre. La define como una obra inteligente que despertará lo que ella denomina "la risa del conocimiento –reírte porque son cosas que te pasan–", y asegura que al acabar, llevará a los espectadores a “tener un poco de debate".

Como muestra de ello, la actriz protagonista, la emblemática Amparo Larrañaga, ha conversado para Europa Press y han confrontado sus puntos de vista sobre la verdad y la mentira, la censura y los discursos del odio que rondan en la actualidad.

Para Larrañaga, en España existe "una tendencia a involucionar en cuestiones sociales. Nos estamos volviendo más homófobos y más racistas, es la realidad. España antes era un país mucho más abierto” lamentaba en la entrevista, señalando cuánto han calado el confrontamiento constante y la educación de los hijos "en base a directrices políticas".

‘Laponia’, un debate sobre la mentira

La transmisión de valores y tradiciones es precisamente uno de los temas centrales de ‘Laponia’, idea de Cristina Clemente y Marc Angelet. En ella, Mónica (interpretada por Larrañaga), su pareja Ramón (Iñaki Miramón) y su hijo de cinco años, Martín, viajan a Finlandia para pasar la Navidad con su hermana, Nuria (Mar Abascal), su pareja, Olavi (Juli Fabregas) y la hija de estos, Aina, quien cuenta a su primo que Papa Noel no existe. Esta verdad llevará a las dos familias a un enfrentamiento en el que contrapondrán sus maneras de educar.

Amparo Larrañaga: “El humor no tiene que tener límites, es ficción absoluta, pura y dura”

"No creo en los sincericidios"

La obra propone el debate sobre la verdad y las mentiras, que para Larrañaga son "a veces necesarias". "No creo en los sincericidios en absoluto. La diplomacia está por encima, gracias a eso evitamos guerras", apostilla al respecto. A su juicio, "no existiríamos sin mentiras", por lo que cree que el debate real está en si determinadas mentiras están o no justificadas: "Yo sí creo en las mentiras, pero hay que revisar cuáles hacen daño y se deben evitar, y cuáles evitan daños".

La directora de la obra, Tamzin Townsend, coincide con la actriz, con la que ha trabajado varias veces. "La verdad no es tan buena, hay verdades que te puedes ahorrar y mentiras piadosas que están bien, yo creo en ellas", subraya.

Los límites del humor

Aunque la obra está teñida de acidez, Townsend recalca que el límite de su humor está en la crueldad, mientras que Larrañaga mantiene una postura más tajante: "El humor no tiene que tener límites, es ficción absoluta, pura y dura”, especialmente, cuando esos límites son impuestos desde fuera: “hay una cosa que se llama el mando a distancia (para cambiar de canal) o no ir a los sitios, esa es la única censura en la que creo".

De la pantalla al teatro

Para Amparo Larrañaga, las tablas se han convertido en un lugar "más agradecido" que otros en los que antaño fue más habitual verla, como la televisión, donde se ponen en juego otras cuestiones como la popularidad, hace hincapié.

Considera además que los jóvenes seguirán haciéndose con el protagonismo de las producciones audiovisuales, al ser el consumidor "fundamentalmente joven". Sin embargo, reflexiona sobre un posible cambio de tendencia, a causa del "agobio" derivado de la elevada oferta y de que no haya "nadie que tenga tanta voz propia". "Sí, puedes decir que has hecho 1.000 películas, pero a lo mejor son todas iguales...".

A más edad, menos mujeres

Larrañaga critica que las mujeres "interesen menos que los hombres" a las producciones al llegar a cierta edad, aunque admite haber asumido esta situación desde hace tiempo. "Es algo que yo he visto en las mujeres de mi familia", relata, pues, nieta de María Fernanda Ladrón de Guevara, hija de María Luisa Merlo y sobrina de Amparo Rivelles, todas actrices, creció en el ambiente artístico.

No obstante, dice haber encontrado en el teatro su hogar: "Te ve menos gente pero es donde yo soy más feliz, es como una empresa familiar, compartes con gente que adoras la ilusión de los proyectos", concluye la actriz.

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