Turismo religioso, unir fe y bellos lugares

Entre 300 y 330 millones de personas viajan cada año a santuarios o lugares considerados sagrados repartidos por todo el mundo, según estimaciones de la Organización Mundial del Turismo (OMT), que considera que estas rutas, cargadas de espiritualidad, favorecen un turismo sostenible y responsable que contribuye, además, al entendimiento intercultural

Combinar la religiosidad con el descubrimiento de interesantes localidades

Por supuesto, el término turismo religioso resulta demasiado amplio, ya que cada uno da a su viaje el grado de compromiso con su fe que quiere, y puede abarcar, desde una peregrinación plagada de sentimientos profundos, hasta un recorrido turístico que incluya la visita a lugares de devoción.

Por un motivo u otro, algunos templos y santuarios reciben millones de visitantes al año y entre los que destacan en la Península Ibérica o están cerca puedes elegir:

Santiago de Compostela

Santiago de Compostela es lugar de culto y peregrinación desde la Edad Media y el número de personas que decide emprender el Camino no cesa de aumentar, especialmente si la festividad del Santo (25 de julio) cae en domingo, porque entonces, se trata de un Año Jacobeo, que implica la Indulgencia Plenaria, es decir, el Jubileo, el perdón de los pecados. Aunque este sea un buen motivo para ir, la imponente Plaza del Obradoiro, con la Catedral, el más bello ejemplo del románico en España , y el resto de monumentos que forman el conjunto arquitectónico, hacen que el viaje siempre merezca la pena.

Santuario de la Virgen de Fátima

El Santuario de Fátima, en Portugal, es uno de los más importantes del mundo dedicado al culto mariano. Su historia se remonta a los inicios del siglo XX, cuando en una zona del pequeño municipio de Ourém, tres pastorcillos aseguraron que la Virgen del Rosario había aparecido en Cova da Iria. En 1930, las autoridades eclesiásticas reconocieron el milagro y desde entonces el número de fieles no ha dejado aumentar, especialmente tras la visita que realizó el papa Juan Pablo II en 1982.

Santuario de la Virgen de Lourdes

En la vecina Francia se encuentra la pequeña localidad de Lourdes (repleta de tiendas de souvenirs en las calles próximas al santuario), donde está otro de los lugares más destacables del turismo religioso. Son muchos los milagros que se atribuyen a la Virgen de Lourdes que, según la tradición católica, se mostró a la niña Bernardette en una pequeña Gruta de Massabielle, junto al río Gave, en 1858. De la gruta brota agua que se considera bendita y son muchas las personas enfermas que acuden con fe hasta ella. Sobre la gruta se alza la magnífica Basílica de la Inmaculada Concepción.

Rocamadour

Este encantador pueblo medieval francés, situado en el Valle de la Dordogne, que cuelga, casi literalmente, de las paredes rocosas del Cañón Alzou, está considerado por méritos propios como uno de los más bellos de Francia, y es Patrimonio de la Humanidad. Además de su interés paisajístico y su excelente estado de conservación, aquí se encuentra el santuario de Rocamadour donde se venera a la llamada Virgen Negra. El santuario, excavado en la roca, impresiona a los peregrinos que suben, a pie o de rodillas, su imponente escalera de acceso.