
Jueves 14 de agosto de 2025
2 minutos

Nunca me hubiera imaginado los problemas que ocasionaría que, al nacer, me pusieran el nombre de mi abuelo materno, precedido de un José para hacerlo más llevadero. Ello supuso transformarlo en una combinación confusa y desconocida. Así, su Calasanz pasó a segundo plano y utilice, salvo para los documentos oficiales, únicamente José o Josep.
Creer que Calasanz era el primer apellido y no la segunda parte de mi nombre propio, provocó múltiples equívocos, incluso llegar a creer que éramos dos personas diferentes. Al citarme para el servicio militar, ahora no recuerdo si fue a José o a Calasanz a quien querían declarar prófugo. Costó lo suyo arreglar el entuerto y evitar el calabozo.
Ojo, pues, al decidir cómo queremos que se llamen nuestros hijos. Les puede complicar la vida, aunque ahora la “ mili” ya no exista.
Si eres lector o lectora de 65YMÁS y quieres denunciar cualquier situación de la que hayas sido testigo, dar tu opinión sobre cualquier tema de actualidad o sobre cualquier circunstancia que te afecte, puedes enviarnos una carta a nuestro diario. Es muy sencillo. Sólo tienes que entrar en CARTAS A LA DIRECTORA o rellenar este formulario:
