Concha León Portilla
Concha León Portilla es comunicadora, creadora de la plataforma Enlace50 una comunidad dedicada al crecimiento personal, a crear vínculos y encontrar un propósito hasta el final de la vida.
… saber más sobre el autorViernes 18 de noviembre de 2022
2 minutos
En la tercera etapa de la vida los cambios, los retos y las transiciones se acentúan, por eso es importante aprender a escucharnos, a conocernos y reconocernos para saber qué pasa en nosotros. Porque aunque parezca mentira, somos expertos en silenciar eso que sentimos, eso que realmente queremos, eso que nos duele, eso que nos agota, eso a lo que tememos y nos roba la alegría.
Muchas veces nuestra alma y nuestro cuerpo nos gritan hasta el cansancio y creemos que con subir el volumen al escándalo exterior salimos del paso.
Vivimos desconectados de nosotros mismos, volteando hacia otro lado, permitiendo que se escape nuestra energía depositando la atención en prioridades que nada tienen que ver con lo que somos.
¿Cómo aprender a escucharnos?
Guardando silencio de la manera en que cada uno elija: meditando, contemplando, orando. No es fácil, es un hábito, un acto de disciplina y valentía.
Otra estrategia es escribir lo que sentimos, unas cuántas páginas cada día por la mañana o por la noche. Hay quienes prefieren llevar una libreta y hacer notas en cualquier momento. Escribir quita velos, abre horizontes internos.
Las preguntas también ayudan a escucharnos: ¿Cómo me siento? ¿Qué mensaje me está enviando mi cuerpo? ¿Y el alma? ¿Qué me dice mi estado de ánimo? ¿Cuáles son mis emociones más frecuentes? ¿Qué me preocupa? ¿Cuáles son mis más profundos anhelos? ¿Qué me falta por hacer? ¿Qué es lo que necesito hoy? ¿Cómo estoy durmiendo? ¿En qué puedo servir? ¿Vivo en armonía?
Observar cómo actuamos y observar lo que pensamos, es fundamental para lograr escuchar a esa persona que vive en mí y que callo con tanta facilidad.
Saber escucharnos nos lleva a sentir, a hablarnos con la verdad, a poner límites y a defender el camino que realmente queremos seguir. A elegir con libertad y autonomía. Nos lleva a la salud física, emocional, mental y a nuestra conexión espiritual.
Aprender a escucharnos nos ayuda a escuchar mejor a los otros, a la convivencia sana, a crear vínculos significativos. A descubrir lo que importa. A compartir lo que somos. A no permitir que caiga en el olvido nuestra razón de vivir.