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El psiquiatra italiano por el que sufres acrofobia

Ramón Sánchez-Ocaña

Lunes 4 de diciembre de 2023

14 minutos

DICCIONARIO ANECDÓTICO DE TÉRMINOS MÉDICOS: LETRA 'A' (2/2)

El psiquiatra italiano por el que sufres acrofobia
Ramón Sánchez-Ocaña

Lunes 4 de diciembre de 2023

14 minutos

Cintillo Diccionario Médico

 

En demasiadas ocasiones nos encontramos con una terminología médica que nos es absolutamente desconocida. Como toda ciencia especializada, la medicina precisa de una propiedad en su lenguaje que solo se puede obtener de la complejidad etimológica. Y tres son las fuentes principales de donde se nutre ese lenguaje: el griego, el latín y el árabe.

De todos modos, no se trata de un 'idioma' aparte ni para iniciados. La mayoría de los términos médicos se componen de prefijos o sufijos, que son los que van a determinar la zona, el matiz o la raíz de la palabra. El ejemplo que se ha hecho clásico es el de diferenciar los sufijos –osis–itis.  Así, sabemos que una palabra que termina en –osis, indica normalmente, que se trata de un proceso o un problema de degeneración o de desgaste. Sin embargo, si la palabra termina en –itis , debemos saber que estamos frente a una infección, una inflamación o un proceso que desconocemos.

 En definitiva, queremos con esta sección llevar un poco de claridad a esa terminología. Y brindar la composición de una serie de palabras que vayan poco a poco componiendo este particular diccionario. Ni que decir tiene que poco hay de original en estas páginas. Me he servido, eso sí, de muchos y variados diccionarios y el único mérito puede estar en la curiosidad de los términos seleccionados o en la visión particular de unir una palabra con otra.

Naturalmente, seguiremos el orden alfabético impuesto por el diccionario. Y hemos buscado en la terminología original aquel tiempo verbal, o aquella palabra, que más se asimile al vocablo actual. Es divertido. Ya verán.

 

Letra A

 

Ver letra 'A' (1/2)

 

Muy curioso y casi siempre ignorado es el camino recorrido por la palabra AMAZONA. Seguro que el simple hecho de enunciarlo le lleva el pensamiento hacia una bella señorita montando a caballo. Y es cierto. Pero sólo en parte. Las amazonas, en efecto, montaban a caballo, pero su nombre nada tiene que ver con sus facultades hípicas. El origen está en A = negación, sin y MAZOS = mama. Amazona, en sentido literal, quiere decir que le falta un pecho, una mama. Y es que  hubo una serie de mujeres guerreras que, según cuenta la leyenda, montadas en su caballo, atacaban lanzando sus flechas con el arco. Para ser más diestras tensando el arco, se amputaban un pecho. Concretamente, se referían a las mujeres de Ponto Euxino.

ANDROS = hombre. Toda palabra que lleve en su composición andros quiere indicar que se está refiriendo a varón. Proviene del griego aner, que significa hombre. Y así, el andrólogo sería el especialista en el varón, de la misma manera que el GINECÓLOGO sería el especialista en la mujer. Andros es varón y gine, ginaicos, es mujer. Por lo mismo, todo termino con gine se refiere al sexo femenino.

Es curioso el término ANDRÓGENO. Ya hemos visto  que el sufijo GENO proviene de gennao, engendrar, y se aplica para decir que es capaz de engendrar, de producir algo. Andrógeno es pues una palabra que indica que es capaz de engendrar o producir varón. Se emplea sobre todo para hablar de hormonas ANDRÓGENAS o androgénicas. 

El problema es que el término ANDRÓGENO suele confundirse en el lenguaje habitual con otro de muy distinta significación, pero muy similar en su forma, como es ANDRÓGINO. Precisamente es un ejemplo muy ilustrativo del poder de los sufijos. Mientras en el primer caso estamos en un derivado del verbo gennao, como productor o generador; en el segundo, el origen está en el gine, que significa mujer. Andrógino, androginia o androginoide es hoy un término muy al uso. Si descomponemos las palabras griegas que lo forman encontraremos perfectamente su significación actual: ANDROS = varón, GINE = mujer y OIDE = forma. Hablar de un tipo androginoide es referirse a un varón que tiene forma o apariencia de mujer. Y hoy se conoce por androginia un tipo específico de homosexualidad en la que es el varón quien adquiere los caracteres de la mujer.

ANGIO = vaso. Así, todos los términos médicos que contengan esa raíz en su composición o se formen con angio como sufijo o prefijo están indicando que se trata de algún tipo de vaso, de conducto. La palabra original es ANGEION, griega. Y si GRAFOS es escribir, comprendemos fácilmente que la técnica de  ver y representar los vasos se llame ANGIOGRAFÍA. Con GRAFOS encontramos muchos términos de uso común. RADIOGRAFÍA sería representación por rayos. Más familiar nos resultará bolígrafo, que sería escribir con una bola. Y si PLASSEIN es formar, veremos en su lugar correspondiente muchos términos de plas-plast, etc. ANGIOPLASTIA sería la formación de los vasos.

Muchas madres están especialmente preocupadas por la falta de apetito de sus hijos. Ponen tanto entusiasmo en la alimentación de sus  pequeños que incluso apelan al posesivo, y afirman que "no me come bien". Si el niño no come, nosotros solemos decir que no tiene ganas .Pero los expertos hablaran inmediatamente de ANOREXIA. AN = negación y OREXIS = apetito. La verdad es que hay una anorexia temporal, intrascendente y sin importancia y otra más sería, calificada de auténtica enfermedad mental y que se llama anorexia nerviosa. Se dice que es la más grave de las enfermedades psiquiátricas ,porque quizá es la única que llega a matar. La pérdida de apetito es tal, que el adelgazamiento pone en situación crítica a la persona, que además suele ser estadísticamente una chica adolescente.

 

Anorexia nerviosa o mental: lo que debemos tener en cuenta
Anorexia

 

Siguiendo el diccionario, una palabra de uso popular y común que comienza también por la partícula privativa o negativa AN es la que designa con mayor propiedad la célebre 'píldora'. AN = negación, OVULATORIO. La traducción sería que no es ovulatorio, es decir que impide la ovulación, efecto principal de la llamada 'píldora'. 

En el uso habitual tenemos la palabra ANORMAL, compuesta igualmente por ese prefijo negativo. Y seguro que usted ahora podría hallar infinidad de términos que contengan esa partícula privativa.

Seguramente, en más de una ocasión utilizó usted la expresión "estoy anquilosado", refiriéndose a que estaba pesado, poco ágil. También en reumatología se emplea mucho el término ANQUILOSIS. La palabra es muy expresiva y proviene del griego. ANKYLO = Atar.

Menos conocido es el término ACROMEGALIA, cuya comprensión es sumamente sencilla si la descomponemos en sus integrantes de origen griego. AKROS = extremo y MEGALE = grande. Literalmente serían extremos grandes. Y los especialistas utilizan este término para designar una enfermedad que se caracteriza precisamente  por un crecimiento anormal de los extremos del organismo. Se trata de una enfermedad de tipo hormonal. Los cartílagos no se cierran,  y por ello, hay un crecimiento excesivo de las partes blandas de la cara, de las manos y de los pies.

Quizá entre los que por una u otra razón tenemos que ir al médico utilicemos con cierta frecuencia la expresión "historial clínico" o simplemente historia clínica. Eso, entre los profesionales de la medicina suele llamarse ANAMNESIS, que es la unión de sus términos griegos. ANA = nuevo y MNESIS = memoria. En realidad, la anamnesis es eso, la nueva memoria, el recuerdo de todo lo que uno ha ido padeciendo a lo largo de la vida, como principio básico para conocer al nuevo paciente. Siempre se dijo que un buen médico debería partir de una buena historia clínica, de una buena ANAMNESIS. Esa historia no sólo va a descubrir la trayectoria sanitaria del paciente, sino que puede revelar detalles concretos con alguna significación para el problema que actualmente padezca.

Abasia, la incapacidad para andar

En algunos casos nos encontramos con individuos que sufren un problema grave para andar. Los expertos hablan de ABASIA. Se trata de una afección nerviosa que produce una falta de coordinación motora e impide la marcha. Pero es una incoordinación que no tiene ninguna alteración de tipo muscular o de sensibilidad. Su origen es muy claro: A = negación y BASIS = marcha. Podría recordarse, de paso, la célebre obra de Jenofonte, la Anábasis, que evidentemente, significa , la nueva marcha. 

Un término muy utilizado, tanto en medicina como en el lenguaje habitual y coloquial, es ABERRACIÓN. Normalmente se habla de aberraciones para referirse a conductas desviadas. Proviene del latín: AB = desde fuera y ERRARE = errar. En su significación etimológica sería pues errar desde fuera, apartarse, que es la acepción más común

En cirugía uno de los conceptos más comunes es el de ABLACIÓN, que los especialistas utilizan como sinónimo de  supresión. Proviene del latín ABLATIO, que significa quitar. En su traducción técnica se emplea para indicar la separación total o parcial de un órgano por métodos quirúrgicos.

Palabra parecida en su construcción es la de ABRASIÓN, cuya traducción del latín es literal. Proviene del verbo ABRADERE que significa lijar, raspar, raer. En el lenguaje médico se  ha ampliado un poco más el concepto y se llama abrasión a una ulceración superficial de la piel o de las mucosas. Pero la significación es la misma: es un desgaste, un raspado.

Todos hemos oído hablar de ABSCESOS. Cuando se citan bultos o  granos casi siempre surge la palabra absceso. Aunque nosotros llamemos absceso a todo bulto benigno, los especialistas distinguen, como es lógico. Porque para ellos, por ejemplo, la palabra "grano" no tiene mucho sentido. Todo abultamiento de la piel tiene su nombre. Si es pequeño y de contenido sólido, se llama pápula. Si el contenido es líquido, vesícula. Y si es de contenido purulento, se llama pústula. Pero eso, siempre que sean pequeños, porque si son grandes, si es sólido, se llama tubérculo; si el contenido es líquido, se llama ampolla; y si es purulento, se llama ABSCESO. La palabra proviene del latín ABCESSUS, que a su vez procede de AB-CEDERE, que significa SEPARAR

Si nos preguntaran cuál es la palabra exacta que define ese temor a situarse en lugares altos quizá habláramos de vértigo, quizá habláramos de alguna fobia rara. Difícilmente acudiríamos a la palabra propia, que sería ACROFOBIA. Ya hemos visto que AKROS significa extremo. Y FOBOS, temor. Sería, literalmente, el miedo a situarse en los extremos. Por extensión se aplica al miedo a estar o mirar desde sitios elevados. Este término fue acuñado por el psiquiatra y neuorólogo italiano Andrea Verga (1811-1895) cuando describió sus propios síntomas. Es, por tanto, una fobia relativamente reciente que, a partir del estudio de este psiquiatra y con el inicio de la construcción generalizada de edificios y rascacielos cada vez más altos, comenzó a extenderse. Ciertamente, el sufijo FOBOS lo vamos a encontrar con mucha frecuencia ya que significa temor excesivo, capaz de condicionar un comportamiento. Y dependiendo de qué origine ese miedo, así será la palabra.

Por desgracia, quien padece ACÚFENOS tiene una preocupación constante, porque suele pedir ayuda y en pocas ocasiones la encuentra. Se llaman también tinitus. Los acúfenos son los ruidos extraños –zumbidos, pitidos, etc– que, sin razón concreta y aparente siente una persona en los oídos. No hay estímulos exteriores. Una persona los oye internamente, sin que haya nada  que los cause. Y son  tan objetivos que incluso se han llegado a  grabar en una cinta magnetofónica. El término acúfeno es la composición literal de AKONO = oir y PHONE = voz, sonido. En algunos casos puede haber solución, pero los especialistas suelen decir que la única solución es, a veces, acostumbrarse a ellos.

 

Innovaciones audiológicas contra los acúfenos
Acúfenos
 

Si viéramos a un niño llorando no podríamos decir que sufre ADACRIA. Nuevamente nos encontramos aquí con el prefijo negativo A y un término que va a servir para indicar  todo aquello que se refiera a las lágrimas: DAKYRON = lágrima. Por eso, como veremos en su momento, si logos es tratado, la ciencia que estudia las lágrimas se llama dacriología. Hay un llanto sin lágrimas o gente que por alguna razón no tiene capacidad de lágrima. Eso sería,pues la ADACRIA, que en su traducción correcta sería sin lágrima.

Es frecuente, cuando el médico le receta algo que se encuentre con el término ADD, escrito así, en su latín original. La costumbre proviene de cuando las recetas se basaban en fórmulas magistrales. El médico indicaba entonces un componente y  ponía después el ADDENDUM , de "añádase" otro u otro. Quedó como costumbre en la forma de recetar y hoy es fácil encontrar en una receta médica el nombre de un fármaco comercial, el correspondiente ADD y otro fármaco cualquiera.

La costumbre infantil de sacar la lengua, no podría tenerla alguien que padeciera AGLOSIA. Nos encontramos de nuevo con la partícula privativa o negativa A, con la significación de SIN. GLOSSA significa lengua. Quien padece aglosia sería aquel que carece de lengua. Suele ser un error congénito. Pero el término es interesante. Y no hay más que pensar en la cantidad de voces en las que interviene de una u otra manera GLOSA. Glosar es comentar; glosa es  ampliación, comentario acerca de algo.   

Nos sorprenderíamos si oyéramos a alguien decir que el salchichón es un embutido ALANTOIDEO. Y, sin embargo, es absolutamente cierto. Literalmente, alantoideo es "con forma de salchichón". La membrana ALLANTOIDES se llama así por su forma. ALLANTO = salchichón y EIDOS = forma. 

El mismo origen tiene la palabra ALANTOTOXINA, que se utiliza cuando nos referimos a la toxina encontrada en carnes o embutidos contaminados, como el clostridium botulinum. Y se llama, generalizando, alantotoxina porque se le echa la culpa al salchichón. ALLANTO = salchichón y TOXICON = veneno

Muchas veces hablamos de ALCALOIDES. Normalmente, los relacionamos con sustancias de tipo vegetal que se extraen y se cristalizan. Seguramente, con solo enunciar la palabra, la mente nos lleva al mundo de las drogas, porque se suelen llamar  alcaloides a los principios activos que se extraen de las plantas. El término es curioso no sólo por su significación, sino porque como otros muchos que comienzan por AL tiene su artículo árabe y sus términos griegos: AL = articulo, KALIY = sosa y EIDOS = forma. En definitiva, con la palabra alcaloide estamos diciendo que una sustancia  tiene forma de sosa, ni más, ni menos.

Atrofia o sin nutrición

Hablar de ATROFIA resulta interesante. En el género animal, por ejemplo, se habla de órganos atrofiados, y se citan cientos de ejemplos; desde las pezuñas de los caballos, hasta la última región de nuestra columna vertebral. El término está compuesto por la ya conocida partícula negativa A y TROPHOS, que significa NUTRICIÓN. Literalmente, atrofia significa sin nutrición y, por tanto, sin desarrollo, sin crecimiento. Algo atrofiado es que no ha crecido, identificando nutrir con crecer. Términos utilizando  la significación de TROPHOS hay muchos. Todo lo trófico tiene relación con nutrición, con desarrollo, con crecimiento. 

Hay un término que se emplea mucho, especialmente desde que parece querer dividirse la ciencia médica en ramas divergentes: las científicas en sentido estricto y esas otras que se han dado en llamar medicinas alternativas. El término es de ALOPATÍA. Aunque no parece totalmente correcto se utiliza la palabra alopatía como opuesta a la de HOMEOPATÍA. En su origen no tienen nada que ver y no son excluyentes.  ALLOS = otro y PATHOS = enfermedad. Literalmente hablaríamos de otra enfermedad. Sin embargo al hablar de homeopatía nos encontramos con el prefijo HOMO, que significa  semejante. La homeopatía se basa en aquel principio de similia similibus curantur, es decir, que una enfermedad se puede curar si a un enfermo se le proporciona, en cantidades ínfimas, lo mismo que le hace enfermar. Homeopatía incluye no la idea de otra (ALLOS), sino la de similitud. Son dos doctrinas médicas. La alopatía basada en el principio hipocrático de que las enfermedades se curan dando al sujeto enfermo una serie de sustancias que en el individuo sano producirían efectos contrarios a los de la enfermedad. En la homeopatía estaríamos en lo opuesto: proporcionando sustancias que producen los mismos síntomas de la enfermedad. Pero es un error llamar alopática a toda medicina no homeopática.

Los episodios de amnesia son más frecuentes en películas y narraciones que en la vida real. De todos modos, los accidentes de circulación sí producen una serie de problemas de AMNESIA que es literalmente, la palabra compuesta por A = negación y MNESIS = recuerdo, memoria. (Ya vimos otra palabra con este mismo término : anamnesis). La traducción estricta es SIN MEMORIA.

Y cuando se habla de ALERGIA hay una serie de términos muy curiosos. El propio concepto de alergia que significa "otra reacción","otro trabajo". ALLOS = otro y ERGON = trabajo, reacción. Otra palabra unida o que al menos se utiliza en algunos casos de alergia es la de choque ANAFILÁCTICO, como problema grave que se deriva de una reacción alérgica desmesurada. AN = negativo, sin y PHYLAXIS = protección. La traducción literal sería "sin protección"

Indudablemente, serían muchos más los términos que por su anecdótica composición o por la curiosidad de su significado merecerían estar en estas páginas. Pero tampoco se trata de elaborar un diccionario completo, sino, simplemente, de aproximar al profano a la complejidad que, a veces, tiene el lenguaje médico.

Nota: Se han tomado las formas verbales o nominales que más se parecen a las palabras evolucionadas.

Sobre el autor:

Ramón Sánchez-Ocaña

Ramón Sánchez-Ocaña

Ramón Sánchez-Ocaña (Oviedo, 1942) es miembro del Comité Editorial de 65Ymás. Estudió Filosofía y Letras y es licenciado en Ciencias de la Información. Fue jefe de las páginas de Sociedad y Cultura de El País, y profesor del máster de Periodismo que este periódico organiza con la Universidad Autónoma de Madrid. 

En 1971 ingresa en TVE. En una primera etapa se integra en los servicios informativos y presenta el programa 24 horas (1971-1972). Entre 1972 y 1975 continúa en informativos, presentando el Telediario. No obstante, su trayectoria periodística se inclina pronto hacia los espacios de divulgación científica y médica, primero en Horizontes (1977-1979)​ y desde 1979 en el famoso Más vale prevenir, el cual se mantiene ocho años en antena con una enorme aceptación del público.

Tras presentar en la cadena pública otros dos programas divulgativos, Diccionario de la Salud e Hijos del frío, fue fichado por Telecinco para colaborar primero en el espacio Las mañanas de Telecinco y posteriormente en Informativos Telecinco.

Es colaborador habitual de radio, periódicos y revistas, y autor de una veintena de libros, entre los que destacan Alimentación y nutrición, Francisco Grande Covián: la nutrición a su alcance, El cuerpo de tú a tú: guía del cuerpo humano, Guía de la alimentación y Enciclopedia de la nutrición

En 2019 entró en el Comité Editorial del diario digital 65Ymás, en el que colabora actualmente.

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