Joaquín Ramos López
Opinión

Nostalgia y contrariedad del 78

Joaquín Ramos López

Miércoles 31 de enero de 2024

3 minutos

Nostalgia y contrariedad del 78

Miércoles 31 de enero de 2024

3 minutos

Se encuentran a menudo en el mismo bar, desde hace mucho tiempo. Les gusta sentarse al fondo, frente por frente, en dos hileras, entre mesas pequeñas unidas en número según los que acuden a la cita.

La camarera, que es también patrona junto a su hombre, que rige la barra, los acomoda cerca de la cocina y los aseos, en un espacio tranquilo, lejos de las charlas de otros clientes del local.

Se conocen bien, no en balde han compartido años profesionales que, por su extensión, han derivado en una amistad de calidad, de la buena. El grupo es de un perfil variopinto, hay de todo, hombres y mujeres, bien formados e instruidos y de moral muy solvente.

Esta gente sabe de lo que habla y suele opinar con conocimiento de causa, difícilmente yerran en sus reflexiones, agudas, crudas o felices, siempre aderezadas de respeto y objetividad. No ahorran alabanzas o críticas y muestran precisa consideración si conviene.

Su historia personal y su currículo profesional está apelmazado de experiencias tenidas que les gusta recordar. La vida familiar es con frecuencia referencia de satisfacción compartida y, menos alguna disfunción venial moderna, todos presumen de un orden preciso.

Son mayores que, sin excepción, reprochan el edadismo y se muestran dispuestos a demostrar que conservan, y renuevan, aptitudes que pueden sorprender verdaderamente. Opiniones, consejos o, sencillamente, revelaciones que encandilan.

Y en estos días, aciagos según el grupo, se conduelen de sentir un algo, un malestar de la memoria que constriñe sus bondades, según coinciden, pareciéndoles que se están alejando de aquella nueva convivencia alcanzada, que sintieron hace nueve lustros.

Se cuentan haberse ilusionado con poder vivir en democracia, disponer de una ley de leyes que supusiera el garantizado goce de una libertad amplia y huir del espantajo de cualquier dominio de la voluntad de las personas y de sus propiedades.

Aplaudieron la llegada de la competencia del comercio sin la sombra del monopolio, de los desplazamientos sin trabas más allá de un pasaporte internacional, del necesario abrigo sindical, de la práctica íntegra de su capacidad de elegir, del respeto por su dignidad completa y por la ocasión de ser referencia política cierta.

Reconocen todos haber disfrutado a chorro, con renovación cotidiana de una dicha irrenunciable y del placer de saberse envidiados por otros pueblos. Creyeron, por fin, en la certeza de un sueño. Valía la pena haber esperado. Los abrazos tenían sentido.

Uno de los mayores, que explica siempre haberse criado con leche en polvo de los americanos, le cuenta al de su lado, quien lleva en su cartera una foto de colegio vestido con una bata de mil rayas, que en su cole, de niño a otros que se portaban mal, don Antonio les daba con la regla en la palma , pero yo me escabullí siempre”.

Qué cosas contáis, se oye desde unas sillas a la derecha, dejarlo para eso tan agrio que dicen llamar “memoria democrática”. Fijaros mejor en que ahora os quitan la quinta parte de aumento de la pensión por el efecto que supone de más IRPF. Y salta la chispa a coro: ¡Como todo, te dan para quitarte y lo reparten sin provecho!

Otro se apunta y comenta: Venga hablar de progreso social y ganan unos y se empobrecen los más. Nos prometen arroz con leche de postre y nos clavan con el precio del aceite. Cada vez más funcionarios y a cambio más listas de espera. Sacan leyes para todo y crece la injusticia. ¿Y qué decir de las componendas políticas, para gobernar ayuntamientos, comunidades y la nación?

¡Cuidadín, pues! claman bastantes proclamando: que cambien ya de opinión certeramente y en equidad, en lugar de rebuscar entre zarzas ya segadas y prometer mejorías mentirosas, que recompongan lo maltratado que nos dimos, corrijan diferencias ultrajantes, apoyen el desarrollo verdadero y protejan esfuerzos y méritos.

¡Va por Uds. Señorías, huyan de canonjías, respeten probados consensos y entierren partidismos, o váyanse a casa, llevándose los ismos y su lenguaje inclusivo, pero déjennos en paz con lo puesto!

Sobre el autor:

Joaquín Ramos López

Joaquín Ramos López

Joaquín Ramos López es abogado y autor del blog Mi rincón de expresión.

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