Quedarse tirados en medio de la carretera nunca es agradable. Pese a la inseguridad que proporciona esta situación, es momento de estar más tranquilos que nunca y seguir nuestros consejos. Con ellos, lograrás solucionar el problema rápidamente.
Si observas algún comportamiento anómalo en carretera, en el que detectes que estás en peligro, es momento de buscar un lugar en el que detener el coche. Si este todavía funciona, puedes buscar un área de servicio. En caso de que notes que debes parar inmediatamente, trata de dejarlo lo más apartado posible, en el arcén.
En primer lugar, antes de salir del coche, has de colocarte el chaleco reflectante que, según la ley, debes llevar en el interior del vehículo. Una vez te hayas asegurado de que vas a ser visible, tienes que señalizar el peligro de tu vehículo. Para ello, ubica los dos triángulos de seguridad, tanto delante como detrás de tu vehículo. La distancia a la que debes de ponerlos es de 50 metros. Con ellos, lograrás que el resto de conductores extremen precauciones.
Una vez ya has asegurado al máximo lo relacionado con la protección, es el momento de avisar a tu compañía aseguradora. Ellos se encargarán de todo lo que tu vehículo necesite. Llegarán a tu ubicación en el menor tiempo posible y harán lo posible para sacar el vehículo de la calzada. O arreglándolo en ese mismo momento o, en caso de que no se pueda, remolcándolo hasta el taller más cercano.
En el caso de que puedas apartarte del coche mientras esperas asistencia, hazlo. Es importante que no estés en medio de la carretera, especialmente cuando es de noche, mientras tu coche está parado en el arcén.
Tu teléfono móvil es la clave para que la grúa encuentre tu posición en el menor tiempo posible. Mientras esperas asistencia, trata de utilizarlo lo menos posible, intentando así alargar la batería restante de tu terminal.