Región de Murcia

Las DOP De la Región de Murcia: Vinos y Peras

Antonio Castillejo

Jueves 3 de febrero de 2022

ACTUALIZADO : Jueves 7 de abril de 2022 a las 13:11 H

7 minutos

Ocho productos murcianos tienen este sello de calidad incuestionable, hoy conocemos cuatro de ellos

Murcia: investigación enológica para la sostenibilidad. Foto: Wikipedia
Antonio Castillejo

Jueves 3 de febrero de 2022

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La Denominación de Origen Protegida (DOP) es el nombre de una región, de un lugar determinado que sirve para designar un producto. Bajo esta denominación se recogen los productos que están protegidos por una normativa de la Unión Europea que garantiza el cumplimiento de unos requisitos superiores a los exigidos para el resto de productos. La DOP es sinónimo de excelencia y la Región de Murcia tiene ocho.

Estas ocho DOP murcianas son:

  • Arroz: DOP Calasparra
  • Especias: DOP Pimentón de Murcia
  • Quesos: DOP Queso de Murcia
  • Quesos: DOP Queso de Murcia al Vino
  • Vinos: DOP Bullas
  • Vinos: DOP Yecla
  • Vinos: DOP Jumilla
  • Pera: DOP Jumilla

DOP Vinos de Bullas

En el siglo XX, ante la crisis originada en las viñas de todo el mundo por la filoxera y el mildiú, los bodegueros de Bullas vieron, ya en los años treinta,   la necesidad de mejorar la producción con elaboraciones más modernas. El asociacionismo nacido a raíz de esa convicción hace ahora 90 años fue el germen de las dos grandes cooperativas vinícolas de la DOP Bullas que surgieron años después para compensar unos precios poco ventajosos y que dieron lugar a la radical modernización de las bodegas existentes y al levantamientos de otras nuevas.

De esta forma, llega en 1935, el primer intento de reconocimiento de la DOP a partir de la inscripción de en el Registro de la Propiedad Industrial de Bodegas Murcianas de procedencia Bullas y la solicitud que el ayuntamiento de la localidad murciana elevó al Ministerio de Agricultura para que los vinos de Bullas estuviesen protegidos por la denominación de origen.

DOP Bullas. Foto  Consejo Regulador DOP Bullas

Por desgracia, la resolución del expediente fue interrumpida por la Guerra Civil, pero en los años setenta del pasado siglo se retomaron nuevamente los trámites y en el año 1988 se crea el Centro Gestor Vinos de la Tierra de Bulla con el fin de sentar las bases para optar a la Denominación de Origen Bullas.

Por fin, en 1994 se otorga a la zona la DOP en justo reconocimiento nacional e internacional de estos vinos, lo que desde entonces se traduce en importantes ventajas para productores y bodegueros que vieron incrementadas sus opciones de comercialización y apertura a los mercados internacionales que ya conocen y disfrutan de los vinos DOP Bullas.

Con la omnipresente uva Monastrell como reina indiscutible, Bullas ofrece excelentes vinos con una personalidad propia que obedece la orografía del paisaje y al clima de la zona. Hablamos de un fruto que nace de racimos grandes y densos pero de uvas pequeñas y redondeadas de piel negro azulada con pulpa muy carnosa y blanda de la que se obtienen excelentes vinos con alto grado alcohólico, no muy ácidos, de color intenso y muy aromáticos. Grandes vinos muy mediterráneos, frescos, elegantes con notas especiadas y un final largo.

DOP Vinos de Yecla

Situada al nordeste de la Región de Murcia, Yecla, que recibió el vino de manos de los fenicios, obtuvo la DOP en 1972.

Los vinos DOP Yecla nacen de viñedos cultivados a una altitud que oscila entre los 400 y 800 metros, en suelos calizos y ricos en hierro en medio de un clima mediterráneo y con escasas lluvias. Durante la última década las horas de sol registradas han sido de una media de 3.385 horas.

Pero si algo identifica a esta DOP esa es sin duda la uva Monastrell, una cepa que a cambio de exigir un cultivo muy delicado transmite todo su tremendo potencial al vino.

Vinos de Yecla. Toto Turismo de Yecla

Hablamos de vinos de intenso color intenso, expresivos y afrutados, con gran estructura y notable graduación porque la Monastrell sólo desarrolla todo su potencial varietal a partir de los 13 grados.

La DOP Yecla autoriza una gran variedad de tipos de vinos pero el grueso de su producción se centra en los tintos. En cualquier caso, en todos ellos predomina el equilibrio, una alta intensidad aromática y una gran concentración frutal.

DOP Vinos de Jumilla

Jumilla tiene una larga historia vitivinícola y no como espectador sino como protagonista. En el norte de la Región de Murcia, en la comarca del Altiplano, Jumilla es internacionalmente conocida por sus vinos y su producción de peras, ambos con Denominación de Origen Protegida. 

La ciudad se ubica en una encrucijada de caminos y culturas que han dejado una rica herencia. Aquí podemos encontrar vestigios históricos y artísticos de todas las civilizaciones del Mediterráneo. No en vano, esta es una tierra próspera y llena de contrastes a la que los árabes llamaron “la Fuerza del Vino”.

La DOP Jumilla se creó en 1966 y es una de las más antiguas de España, en la que actualmente están registradas más de 27.400 hectáreas de viñedo.

Los vinos que se elaboran son extraordinarios gracias a la diversidad de tipos de uva que se encuentran en la zona, siendo la Monastrell, como sucede en Bullas y Yecla, la reina de todas ellas

Son los de Jumilla vinos suaves pero con gran cuerpo. Los llamados “semi crianza”, tan de moda hoy en día, son vinos jóvenes con no más de seis meses en barrica. Los crianzas y reservas jumillanos están entre los mejores de España. Y los dulces, expresan toda la concentración de esta variedad de uva. 

Vinos de Jumilla. Foto: DOP Jumilla

En la DOP Jumilla se elaboran cinco clases de vino: tintos, rosados, blancos, dulces y vinos de licor, y prima la producción de variedades autóctonas. Estos vinos, sobre todo los jóvenes, se caracterizan por ser muy expresivos en la nariz, su frutosidad (frutos negros, frutas maduras, cerezas, fresas, grosellas), su intenso color, generalmente rojo púrpura con ribetes morados.

En boca, tienen estructura y fuerza, con taninos vivos y resistentes. Los vinos con crianza en roble, muestran la elegancia de la madera bien integrada, son sabrosos, carnosos, aromáticos y complejos.

Los vinos rosados se obtienen principalmente a partir de la variedad Monastrell, con cortas maceraciones de pulpa y hollejo; son vinos limpios y brillantes, con tonalidades muy atractivas como rosa, frambuesa, cereza, con matices morados. En cuanto a aromas son elegantes, frutales y florales, manteniendo los aromas de la variedad y en boca son carnosos, sabrosos y frescos.

Los vinos blancos son brillantes y llenos de matices, con tonalidades del amarillo verdoso al amarillo pálido y aromas afrutados, cítricos y frescos. En boca son vibrantes, destacando su frescura, ligereza y equilibrio.

Los vinos dulces naturales y los vinos de licor son vinos tradicionales de gran calidad. Brillantes, densos y de un color intenso, aportan aromas a frutos maduros, acidez equilibrada, buenas sensaciones táctiles y muy persistentes en boca.

DOP Pera de Jumilla

La deliciosa pera de Jumilla es de un tipo muy especial, de  la variedad ercolini, y tiene, al igual que los vinos de esta localidad murciana, Denominación de Origen Protegida.

Las características únicas de esta pera son su aspecto apetecible, su pequeño tamaño y un sabor dulce irresistible. Este fruto es posible gracias al clima y las condiciones en que se cultivan.

Estas peras tienen una piel muy fina y un inconfundible color verde claro que pasa al amarillo y presenta una chapa de color carmín en su cara soleada. Su pulpa, blanca y jugosa, regala un sabor muy dulce y azucarado.

La maduración de la variedad ercolini es muy rápida por lo que requiere no retrasarse a la hora de recolectarla pero, eso sí, en cámara solo resiste de dos a tres meses de conservación.

Sin añadirles nada, las peras de Jumilla son de por sí un bocado riquísimo, pero tratadas con azúcar y vino de la DOP Jumilla se convierten en un postre sencillamente exquisito.

Peras de Jumilla al vino. Foto: Murcia Turística

Para elaborar estas peras al vino se utilizan las que estén maduras pero no pasadas para evitar que se deshagan. 

Lo primero es pelarlas respetando el rabito y cortando un poco de base antes de ponerlas en una cazuela a la que se añadirá azúcar disuelta en vino, cáscara de limón y una ramita de canela.

Después se cocinan a fuego medio durante aproximadamente una hora dependiendo de lo maduras que estén. En cualquier caso, hay que retirarlas cuando el vino casi se haya convertido en almíbar.

El último toque es saltearlas con avellanas o almendras picadas. ¡A disfrutar!

Sobre el autor:

Antonio Castillejo

Antonio Castillejo

Antonio Castillejo es abogado y periodista. Comenzó su carrera profesional en la Agencia Fax Press dirigida entonces por su fundador, Manu Leguineche, en la que se mantuvo hasta su desaparición en 2009. Especializado en información cultural y de viajes, desde entonces ha trabajado en numerosos medios de prensa, radio y televisión. Actualmente volcado con los mayores en 65Ymás desde su nacimiento.

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