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Región de Murcia
Los dulces celestiales de "Las Antonias" de Murcia
Las populares hermanas del convento de San Antonio mantienen una tradición monacal artesana
Las Hermanas Concepcionistas Franciscanas de la Orden de la Inmaculada Concepción fue fundada en 1490 por Santa Beatriz de Silva. En la ciudad de Murcia la Orden se afinca en el Monasterio de San Antnoio (@oconventosanantonio), en la pedanía de Algezares, a los pies del Santuario de la Fuensanta, patrona de la capital de la Región de Murcia. Estas religiosas son las populares y queridas "Antonias".
"Las Antonias" que viven en el Convento de San Antonio son las encargadas de cocinar los dulces del convento o celestiales, ya que como ellas mismas aseguran, los cocinan con "amor celestial" para las familias más necesitadas a las que ayudan.
Tal y como ellas mismas explican en su página de Facebook, la receta de estos dulces es toda una tradición monacal artesanal, que ha ido pasando de generación en generación: "Al igual que la abeja sabe extraer el mejor néctar de las flores, nosotras adquirimos en materia prima, todo lo más exquisito que nos brinda nuestra tierra murciana mediterránea, para elaborar nuestros dulces que saben a cielo al paladar", explican en su perfil.
Y con los ingredientes murcianos las monjas volvieron a encender el horno en 2009, y ayudar con lo recaudado a los más necesitados. Una tarea en la que colaboran hasta las hermanas más mayores, según contaron a Murcia Turística.
Del convento a "Santoñas"
"Las Antonias" comenzaron vendiendo sus dulces en el convento o en el paseo de Alfonso X El Sabio durante las fiestas navideñas, pero su éxito fue tal que las hermanas decidieron abrir su propia tienda, Santoñas, en la avenida Jaime I, 3, de la capital murciana.
Allí venden pastas, monas y tortas de boniato, suspiros, pastillas de café y leche, licores y miel de la zona, además de los dulces típicos que forman parte de los 1.001 sabores de la Región de Murcia.
Las hermanas no han parado de crecer y de extender sus contactos, y colaboran con otros conventos como el de Santa Paula de Sevilla, que les suministran sus mermeladas de albaricoque, calabaza o ciruela.
El paladar de los más golosos no podrá resistirse a los dulces de "las Antonias", y más sabiendo que los hornean por una buena causa.