Atención a este postre delicioso, a medio caballo entre un flan tradicional y un tocino de huevo… un postre muy goloso y lleno de sabor y cremosidad. Un clásico de la repostería española sencillo e infalible. ¡Toma nota!
Para hacer este flan de yemas, lo primero que debes hacer es calentar el azúcar y el agua del caramelo a fuego alto hasta que adquiera un tono oscuro y desprenda aroma a tostado. Vierte este caramelo en el fondo del molde que vayas a emplear y extiéndelo bien. Deja enfriar.
En una olla, calienta el azúcar y la leche y deja que espese al fuego. Antes de incorporar el huevo, deja que se atempere, para que el huevo no cuaje.
Mezcla las yemas con el huevo entero moviendo ligeramente… pero sin batir, para no introducir aire en la mezcla. Cuela para quitar cualquier residuo sólido que pueda tener el huevo.
Mezcla el huevo con la mezcla de leche y azúcar, añadiendo la leche, que puede estar tibia pero no muy caliente, sobre los huevos. Hazlo con cuidado para que el huevo no cuaje. Remueve muy suavemente hasta que sea una mezcla homogénea.
Vierte la mezcla de tu flan de yemas en el molde y ponlo al baño María. Hornea a 160°C durante 40 minutos. Debes calcular el punto teniendo en cuenta que seguirá endureciéndose un rato después de salir del horno.
Enfría durante unas horas en la nevera o, mejor aún, de un día para otro. Despega los laterales con un cuchillo de hoja fina y dale la vuelta a tu flan para desmoldarlo.
Un postre delicioso que sabe a tradición y a hogar.
