Alimentación

Errores que cometemos (a diario) a la hora de conservar el pan

Victoria Herrero

Foto: Bigstock

Viernes 15 de mayo de 2020

ACTUALIZADO : Viernes 15 de mayo de 2020 a las 6:22 H

2 minutos

Desde meterlo en la nevera a dejarlo envuelto en el interior de una bolsa de plástico

Errores que cometemos con el pan
Victoria Herrero

Foto: Bigstock

Viernes 15 de mayo de 2020

2 minutos

Raro es el día que no comemos pan. Sin embargo, no es que sepamos mucho de este alimento tan cotidiano ya que diariamente cometemos bastantes errores a la hora de conservarlo en casa. "Locuras" inconscientes que harían que más de un maestro panadero pusiera el grito en el cielo. 

A comprar el pan en su bolsa adecuada

No vale que nos den una de plástico o lo traigamos en la mano. Si de toda la vida se ha usado la clásica bolsa de tela para el pan, por algo es. Además de mantener el pan en óptimas condiciones en casa, estaremos haciendo un gesto de lo más ecológico.

Si, por el contrario, cometemos el error de comprar pan que ya viene plastificado o lo dejamos en el interior de la bolsa que nos han dado en la panadería, segundo error. A no ser que, al cabo de un par de horas, quieras comer un pan como un chicle de blando, además de malo, como consecuencia de la humedad generada en ese espacio. 

¿Y dónde lo dejo? Como hemos dicho antes, una fantástica opción es recurrir a una bolsa de tela si no tenemos una panera de madera, que sería lo ideal. Así lograremos que el pan respire y se encuentre en un ambiente seco con lo que se mantendrán sus óptimas cualidades. 

Prohibido meterlo en la nevera 

Tercer error. Dejar el pan que nos ha sobrado de la comida del mediodía en el frigorífico para luego comerlo por la noche. Mal. Nunca se debe meter en la nevera ya que ahí hará que se ponga duro antes que si lo dejamos fuera de ella. 

Comprar porciones grandes

Cierto es que para una sola persona, comprar una hogaza enorme no resulta muy lógico. Pero para evitar que el pan se nos seque y se nos ponga malo antes, lo mejor es comprar una pieza de mayor tamaño con más miga y menos corteza. Si es demasiado, como hemos dicho, la solución en congelarlo en rebanadas y metido en una bolsa hermética para evitar malos olores del congelador. 

No tiremos los restos de pan duro

Otro de los errores clásicos. Tirar a la basura el pan del día anterior que se ha quedado duro. Sin embargo, con esos trozos se puede elaborar pan rallado o hacer unas estupendas sopas de ajo para los días más fríos del invierno. Piensa con cabeza y no desperdicies tanta comida

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Victoria Herrero

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