Miriam Gómez Sanz
Salud
Artrosis de rodilla: los tres ejercicios que realmente alivian el dolor y mejoran la calidad de vida
Un estudio recomienda caminar, montar en bicicleta y nadar
La artrosis de rodilla es una de las dolencias más comunes en la madurez: casi una de cada tres personas mayores de 45 años muestra signos de esta afección. Se produce cuando el cartílago protector de los extremos de los huesos se desgasta, lo que provoca dolor, inflamación y limitación del movimiento. Pero una nueva revisión científica aporta buenas noticias: moverse de forma adecuada puede marcar la diferencia.
Según un amplio estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zhejiang (China), publicado en la revista The BMJ, los ejercicios aeróbicos son los que más alivian el dolor y mejoran la función y el bienestar general de los pacientes con artrosis de rodilla. Entre ellos destacan tres actividades principales: caminar, montar en bicicleta y nadar.
Los investigadores analizaron 217 ensayos clínicos realizados entre 1990 y 2024, con más de 15.000 participantes. Compararon distintos tipos de ejercicio —aeróbico, de fortalecimiento, de flexibilidad mente-cuerpo, neuromotor y mixto— con grupos de control. Su conclusión fue clara: el ejercicio aeróbico se posiciona como la mejor opción en todos los aspectos evaluados (dolor, función, rendimiento al caminar y calidad de vida), con beneficios especialmente evidentes en el corto y mediano plazo.

Además, el estudio confirma que todas las formas de ejercicio analizadas son seguras: ninguna provocó más efectos adversos que la ausencia de actividad física. Por tanto, mantenerse activo es una estrategia de tratamiento eficaz y sin riesgos significativos.
Aunque otras modalidades, como el ejercicio mente-cuerpo (por ejemplo, tai chi o yoga) o el neuromotor (que mejora la coordinación y el equilibrio), pueden ofrecer ventajas complementarias, los autores insisten en que no deben sustituir al ejercicio aeróbico como tratamiento principal.
En resumen, los especialistas recomiendan a las personas con artrosis de rodilla incorporar caminar, pedalear o nadar de forma regular y adaptada a sus posibilidades. Y si alguna limitación impide realizar estos ejercicios, otras formas de actividad estructurada también pueden ser beneficiosas.
