España es un país de propietarios, frente a otros países de nuestro entorno con una mayor cultura del alquiler. Pero esa preferencia por la casa propia rara vez se traduce en contemplar la vivienda como una fortaleza económica o un activo del que sacar partido. Durante años, el legado familiar de la vivienda ha sido algo indiscutible dentro de las familias. Y dejar la casa en herencia a los hijos, una prioridad.
Pero algo está cambiando. En relación a la vivienda, se observan, aunque tímidos, algunos cambios de tendencia. Ahora, una parte creciente de la población mayor empieza a valorar su bienestar y calidad de vida y no solo la conservación del inmueble como herencia.
Apenas el 34% de los mayores de 55 años con vivienda en propiedad prioriza dejarla a sus hijos o familiares, al tiempo que un 35% no descarta destinarla a mantener o mejorar su propia calidad de vida en caso de necesitarlo. Son algunas de las conclusiones del ‘V Barómetro del Consumidor Sénior’ del Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE. El primero de los porcentajes se sitúa seis puntos por debajo del registrado en la edición anterior (40%), lo que confirma un cambio de mentalidad progresivo: el valor simbólico del legado familiar pierde peso frente a una visión más práctica y vitalista de la etapa sénior. La casa en propiedad comienza a verse como una riqueza de la que obtener beneficio para mejorar la calidad de vida.
Fuente: 'V Barómetro del Consumidor Sénior', Fundación MAPFRE
“Para los séniors, la vivienda ya no es solo un legado para las próximas generaciones, sino una herramienta que les permite ganar flexibilidad y seguridad económica en la jubilación”, sostiene Juan Fernández Palacios, director del Centro de Investigación Ageingnomics. “Cada vez más buscan aprovechar su patrimonio de manera activa, explorando alternativas financieras sin perder la tranquilidad de seguir disfrutando de su hogar.”
“La vivienda principal supone más del 40% del ahorro financiero de las familias” ha señalado el director de Ageingnomics. “Y cada vez son más los sénior que ven con buenos ojos sacar partido de la vivienda, sacar un rendimiento extra del ahorro inmobiliario”, concluye.
Fuente: 'V Barómetro del Consumidor Sénior', Fundación MAPFRE
El hogar, nuestro principal activo
Nuestra casa supone la parte más importante de nuestro patrimonio. Una riqueza que nos puede ayudar a complementar la pensión pública y obtener unos ingresos extra para vivir la edad dorada sin apuros y disfrutar de una jubilación saludable, sin estrecheces ni carencias.
“La realidad es que el 90% de los mayores viven solo de la pensión pública” porque “los sistemas privados complementarios de pensiones, que cubren las carencias de los sistemas públicos, son claramente insuficientes”, señala Fernández Palacios.
Interés creciente por monetizar la vivienda
En caso de no contar con otros instrumentos financieros para complementar las prestaciones públicas por jubilación como planes de pensiones, rentas vitalicias u otros productos financieros o aseguradores, la vivienda en propiedad es una excelente fórmula para no pasar apuros durante la jubilación. Hay que tener en cuenta que, en ese periodo, los ingresos son menores. “Cuando entramos en el sistema de pensiones, nuestros ingresos suelen caer abruptamente respecto a la edad en activo” señala Juan Ángel Lafuente, catedrático de economía financiera y contabilidad, de la Universitat Jaume I.
La prioridad creciente por el bienestar y la autonomía también se refleja en el interés por fórmulas como la licuación patrimonial, que permiten complementar las pensiones mediante ingresos adicionales procedentes de la vivienda, manteniendo al mismo tiempo el derecho a residir en ella. Así, un 26% de los mayores señala que estaría dispuesto a vender o hipotecar su casa siempre que pudiera seguir utilizándola de forma vitalicia, evidenciando una transformación en el papel de la vivienda.
La desconfianza limita las opciones
Sin embargo, a la hora de preguntar a los propietarios qué opción les generaría más seguridad para obtener ingresos sin dejar de residir en su hogar, la confianza en las fórmulas de licuación patrimonial disponibles sigue siendo muy baja. El 76% señala que no confía en ninguna de ellas, reflejando la desconfianza generalizada hacia este tipo de alternativas, que puede deberse en parte al desconocimiento sobre cómo funcionan o qué garantías ofrecen las entidades que hasta ahora han provisto este tipo de operaciones.
“La desconfianza sobre estas fórmulas sigue siendo un obstáculo, lo que evidencia la necesidad de informar y acompañar a los mayores para que puedan tomar decisiones seguras y adecuadas a sus necesidades que realmente les aporten autonomía y bienestar”, señala Juan Fernandez Palacios.
Entre quienes sí consideran alguna alternativa, el 24%, las más citadas son: la hipoteca inversa (12%), que permite obtener ingresos utilizando la vivienda como garantía sin perder su propiedad; la nuda propiedad (9%), que consiste en vender la propiedad manteniendo el derecho a residir en ella; y la vivienda inversa (7%), que permite vender el inmueble y seguir usándolo mediante el pago de un alquiler.
Fuente: 'Guía para monetizar la vivienda y mejorar tu pensión’, Fundación MAPFRE
Diferentes opciones donde elegir
De la hipoteca inversa al anticipo de alquileres, pasando por la vivienda inversa o la nuda propiedad, ‘Vivienda y pensión. Guía para monetizar la vivienda y mejorar tu pensión’, esun documento que recoge todas las alternativas que existen para hacer líquida nuestra vivienda, y transformar nuestro patrimonio inmobiliario en ingresos extra.
Esta guía, que puede descargarse en versión digital desde el Centro de Documentación de Fundación MAPFRE, ofrece una ficha resumen por cada uno de los productos, con la explicación básica de las diferentes soluciones, su funcionamiento, su fiscalidad, la protección que ofrece o características concretas como la cantidad de dinero que se puede obtener, el tramo de edad recomendado, qué pasa con los herederos o si permite o no seguir residiendo en la vivienda.
“Hay un mercado nuevo, se está abriendo delante de nosotros, lo está abriendo la propia demografía”, ha señalado Pedro Serrano, profesor titular de economía financiera y contabilidad de la Universidad Carlos III de Madrid y coautor de la Guía. El desarrollo de estas diferentes soluciones para monetizar la vivienda; y su difusión entre la opinión pública, están contribuyendo decisivamente a ver la casa propia como un activo del que se puede sacar mucho partido y puede ayudar a su propietario a complementar la pensión, y mantener el estilo de vida.
Fuente: 'V Barómetro del Consumidor Sénior', Fundación MAPFRE
Menor apego a la casa propia
Casi la mitad de los españoles sénior tiene previsto residir en su vivienda actual para siempre, porcentaje que crece a medida que avanza la edad. Ahora bien, evitar la soledad es un factor decisivo para que ese deseo de permanecer en la vivienda de siempre, cambie.
Sobre las distintas alternativas residenciales, un 30 % está abierto al coliving (modelo residencial comunitario en el que cada residente es independiente).Eesta cifra es superior entre quienes tienen estudios superiores.
Ahora bien, las nuevas alternativas residenciales, aún no han calado entre la sociedad. De hecho, un 54% de los seniors españoles no parece dispuesto a residir en formatos alternativos al de su hogar actual": ni residencias de mayores, ni pisos tutelados, ni coliving, ni segregación de la vivienda.
Sobre el autor:
Beatriz Torija
Beatriz Torija es periodista y documentalista, especializada en información económica. Lleva 20 años contando la actualidad de la economía y los mercados financieros a través de la radio, la televisión y la prensa escrita. Además, cocina y fotografía.