¿Es mejor que los mayores se duchen por la mañana o por la tarde?

No hay nada más placentero tras un duro día, llegar a casa y darse una ducha. Unos minutos de desconexión no solo para mantener la higiene corporal, sino también para tener un momento de tranquilidad y relajación.

Sin embargo, otras personas prefieren hacerlo por la mañana en lugar de al caer la tarde. Un ritual que comienza nada más salir de la cama y que les sirve para despejarse y comenzar el día de la mejor forma posible. 

Cuestión de gustos o disponibilidad de tiempo

Darse una ducha puede obedecer simplemente a una costumbre horaria o a una necesidad del propio cuerpo humano. Sin embargo, como se explicará a continuación, no hay razones científicas o de salud para decidir qué hora es mejor. Es lo que dicen expertos dermatólogos de la Universidad de Pensilvania (@Penn). Para ellos, una persona, también mayor, puede ducharse nada más levantarse para estar limpia y fresca durante todo el día, o bien decidir hacerlo antes de acostarse. Así no se llevará a la cama toda la suciedad y los gérmenes acumulados tras una larga jornada.

A juicio de los expertos, a modo de recomendación, solo si la persona mayor siente más pereza por las mañanas, una buena ducha matutina obrará milagros a la hora de activarse y enfrentar el día con mayor energía. Unos minutos bajo el agua que no solo sirven para poner en marcha el cuerpo, sino también para ayuda a proyectar mentalmente todo lo que se tiene que hacer en las siguientes horas; sobre todo si es una persona sometida a mucho estrés o presión por sus obligaciones diarias.

Además, el agua por las mañanas resulta ideal si se tiene la piel grasa, que se regenera más por la noche, se suda mucho al dormir o se desvela al hacerlo por la noche. Esto último obedece a que el hábito nocturno puede alterar los ritmos circadianos que regulan el sueño.

Al contrario, al llegar a casa a última hora de la tarde es el momento ideal para eliminar todas las toxinas y la suciedad acumulada durante el día, sobre todo si se trata de sudor, recuerdan los expertos. Además, con un relajante baño nocturno las tensiones musculares irán desapareciendo. Acto seguido será más sencillo conciliar el sueño y tener un descanso más reparador. 

Un horario nocturno que puede ser más adecuado, afirman los especialistas, cuando se tiene la piel muy seca, que se agrava con el sudor y el roce de la ropa. También resulta aconsejable si se usa maquillaje, ya que el vapor del agua abre los poros y luego es más sencillo eliminar esa capa de productos cosméticos del rostro.

Pese a todo, desde esta institución educativa recomiendan que cada persona haga aquello que mejor le convenga según sus necesidades, su descanso o su tipo de piel, también en el caso de los mayores. En definitiva, lo importante con este hábito de higiene es hacerlo cuando uno esté sucio o cuando le apetezca para regalarse unos minutos de relajación. 

Eso sí, salvo circunstancias muy especiales, no aconsejan tomar un baño cada día por la mañana y por la noche ya que tanta "limpieza" solo provocará que a la larga se eliminen las bacterias que protegen la piel. Y sin esa protección, especialmente en los mayores, la dermis se agrieta, se vuelve más seca o incluso con alguna infección. 

¿Agua fría o agua caliente?

En lo que sí puede haber mayores distinciones es en cómo debe ser la temperatura ideal del agua para lograr unos u otros beneficios en el cuerpo. Especialmente cuando se habla de personas mayores a las que no se les aconseja el agua demasiado caliente. ¿El motivo? Al evaporarse el agua hay mayor probabilidad de que se eliminen los lípidos y la grasa natural que actúan como barrera de la piel. Por eso, en líneas generales, casi es mejor optar por una ducha de agua templada. 

En este sentido y como aconsejan desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Gerona (@FarmaceuticsGi), lo ideal es que el agua no sobrepase la temperatura corporal normal de 37 grados. Para ellos, el truco está en ajustar el termostato entre los 25 y los 30 grados, y con una duración que no exceda de los 5 minutos. 

Pese a todo, no está de más, como recuerdan, conocer los distintos beneficios para la salud si se opta por una temperatura más o menos fría, o más o menos caliente: 

• En este último caso, por encima de esos 30 grados, no se deben superar los 15 minutos para obtener algunas de sus saludables bondades, como aliviar contracturas musculares o relajarse. Aún hay más si el agua está caliente, pues actúa como descongestionante natural por lo que puede ser un remedio natural en un momento de resfriado. Eso sí, no se recomienda esta elevada temperatura en aquellos mayores que tienen afecciones cutáneas como psoriasis.
• Un relajante baño templado sirve para refrescar y activar la circulación. Además, el aspecto de la piel mejora considerablemente, se calma el picor que se pueda sentir y se mantienen controladas las varices. 
• Por su parte, aquellos valientes que quieran terminar su rutina diaria de higiene con un buen chorro de agua fría lograrán (tras el susto inicial) aumentar el estado mental, favorecer la salud de la piel y el cabello y estimular el sistema inmunológico.