Los mayores celebran la vuelta de las mascarillas ante los casos disparados de gripe
Sanidad y las comunidades llegan a un acuerdo con recomendaciones frente a la epidemia
Los mayores celebran que las comunidades autónomas y el Gobierno hayan llegado a un acuerdo para hacer frente conjuntamente a la epidemia de gripe que, este año, se ha adelantado en el hemisferio norte.
Según asegura a 65YMÁS José Manuel Freire, médico y presidente de la Comisión de Sanidad de la Plataforma de Mayores y Pensionistas (@PlataformaPMP) –organización que reúne a las principales asociaciones del país–, "es una buena noticia" que se haya llegado a este documento conjunto, que incluye medidas como la recomendación de la mascarilla, un 'semáforo' con cuatro niveles de riesgo y actuaciones específicas en cada uno de ellos, tanto en centros sanitarios como en residencias.
"Para cuidar nuestra salud y proteger a los que nos rodean hay que seguir las indicaciones de las autoridades de Salud Pública. Protegernos, protege a los demás. Debemos cuidarnos, especialmente las personas mayores y las que tienen alguna enfermedad", afirma y asegura que "las medidas de higiene que recomienda el Ministerio de Sanidad son fundamentales".
El protocolo
Cabe recordar que, tras unas intensas negociaciones, las comunidades y Sanidad han pactado este miércoles en la Comisión de Salud Pública un protocolo común para hacer frente a la temporada de gripe.
"Aprobamos con todas las comunidades autónomas un Protocolo Común frente a la gripe, Covid y otras infecciones respiratorias. El teletrabajo o las mascarillas en centros sanitarios salvan vidas", adelantaba la ministra de Sanidad, Mónica García, en 'X'.
Según se explica en un comunicado del Ministerio de Sanidad, el documento servirá para mejorar la respuesta ante la epidemia estacional de virus respiratorios durante la temporada 2025-2026.

En particular, el texto pactado define cuatro escenarios de riesgo determinados a partir de los niveles de transmisibilidad detectados y de otros indicadores como la mortalidad o el impacto en los recursos asistenciales y en la población susceptible.
Esta clasificación permite adaptar las medidas a la evolución de la situación epidemiológica en cada territorio, reforzando la capacidad de respuesta sanitaria y comunitaria, argumentan desde Sanidad.
Estos son los diferentes escenarios:
- Escenario de situación interepidémica o basal.
- Escenario de epidemia de nivel bajo o medio.
- Escenario de epidemia de nivel alto.
- Escenario de epidemia de nivel muy alto.
Recomendaciones generales
Entre las medidas comunes se incluyen:
- La elaboración y difusión de recomendaciones de vacunación frente a patógenos respiratorios.
- El mantenimiento y fortalecimiento de los sistemas de vigilancia.
- La formación del personal sanitario y no sanitario.
- La revisión de los planes de contingencia de centros sanitarios y sociosanitarios para garantizar la continuidad asistencial.
- Promover la ventilación adecuada de espacios, la higiene respiratoria y de manos.
- La recomendación del uso de mascarilla quirúrgica por parte de personas con síntomas respiratorios, especialmente si van a tener contacto con personas vulnerables y la reducción de interacciones sociales en esos casos.

Medidas específicas por escenarios
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Situación interepidémica
- En el escenario de situación interepidémica o basal, se mantienen las medidas preventivas generales, como la promoción de la vacunación, la vigilancia epidemiológica y la formación del personal.
- Se recomienda el uso de mascarilla quirúrgica por personas con síntomas respiratorios, especialmente si van a tener contacto con personas vulnerables, así como su uso continuado por parte de trabajadores sintomáticos en centros sociosanitarios.
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Epidemia de nivel bajo o medio
- En el escenario de epidemia de nivel bajo o medio, se refuerzan las actividades de coordinación interinstitucional y la comunicación activa con la ciudadanía.
- Se intensifica la recomendación del uso de mascarilla quirúrgica por parte de personas con síntomas y en entornos vulnerables.
- En hospitales, se recomienda su uso en áreas sensibles (como unidades oncológicas o de trasplantes) tanto por profesionales como por pacientes y acompañantes.
- En centros residenciales, se mantiene el uso continuado por trabajadores con síntomas, y se pueden adoptar medidas adicionales si se detecta transmisión.
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Nivel alto
- En el escenario de epidemia de nivel alto, se adaptarán los planes de continuidad asistencial para garantizar la capacidad de respuesta.
- Se recomienda el uso generalizado de mascarilla en espacios comunes de centros sanitarios, como salas de espera o urgencias.
- En centros residenciales se revisa la política de visitas, y se aconseja a personas vulnerables utilizar mascarilla en espacios cerrados sin ventilación adecuada.
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Nivel muy alto
-En el escenario de epidemia de nivel muy alto, se activa la coordinación extraordinaria entre territorios, mediante reuniones del Pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.
-Las autoridades sanitarias podrán establecer medidas excepcionales para el control de la transmisión en determinados contextos o colectivos especialmente expuestos.
Un documento "correcto"
Varios expertos consultados por 65YMÁS aseguran que el documento pactado va en el buen sentido de hacer recomendaciones y centrarse en la vacunación y protección de los vulnerables. Así lo entiende el jefe de inmunología del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca, Manuel Muro (@manuelmuro5). Por su parte, Pilar Serrano, portavoz de la Asociación Madrileña de Salud Pública (@amasap), opina que es "un documento correcto" y que la vacunación es "una de las medidas más importantes en salud pública", haciendo hincapié en que deben vacunarse no solo los mayores, sino también las personas con problemas crónicos, inmunidad comprometida, y, especialmente, los "profesionales que atienden a las personas vulnerables". Además, afirma, el uso de medidas no farmacológicas es "crucial", incluyendo la higiene de manos y la ventilación, así como la intensificación del uso de mascarilla quirúrgica por parte de personas con síntomas en "entornos vulnerables" como hospitales o residencias. Finalmente, Serrano lanza un mensaje de calma: el sistema sanitario "puede dar respuesta perfectamente a esta situación" y la población no debe temer que "esto se vaya a descontrolar".
Las enfermeras piden refuerzos
Por su parte, el sindicato de enfermería SATSE denuncia que "cualquier protocolo o plan de actuación frente a la gripe, Covid-19 y otros virus respiratorios será insuficiente, parcial e ineficaz si no contempla el refuerzo de las plantillas enfermeras y de otros recursos necesarios en todos los servicios de salud".
"Incidimos en que, tanto el protocolo común de actuación que quiere implantar el Ministerio de Sanidad como los planes específicos que algunas autonomías tienen diseñados, no evitarán las situaciones de colapso y sobrecarga que se producen todos los años porque no van a la raíz del problema, que es la actual infradotación de plantillas que sufren los hospitales y centros de salud", denuncian.
Sólo la mitad de los mayores se ha vacunado
Por otro lado, cabe recordar que el porcentaje de personas mayores de 65 años ya vacunadas frente a la gripe este año en España alcanza el 56,1%, mientras que en población de entre 60 y 64 años llega al 24,7%, ambas cifras muy similares a las que había el año pasado en las mismas fechas, situadas en el 56,3 y 25,3 por ciento, respectivamente, según revela el Gripómetro 2025-2026, de Sanofi.
Sanofi ha adelantado este miércoles los primeros datos de cobertura antigripal por comunidades autónomas ante la situación epidemiológica que enfrenta España. Según los datos más recientes del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), la gripe ha superado el umbral epidémico, con 40,1 casos por cada 100.000 habitantes.
Atendiendo a los datos de vacunación por comunidades autónomas, cabe destacar que Galicia mantiene una cobertura muy alta en mayores de 65 años (65,2%), pero baja en el grupo de 60 a 64 años (21,7%). En la vacunación a mayores de 65 años, siguen a Galicia Castilla y León (63,4%), País Vasco (61,8%) y Andalucía (60,9%).
En lo que respecta a la inmunización del grupo de entre 60 y 64 años, lideran Castilla y León (30,9%), Extremadura (28,3%) y Navarra (27,1%). En el análisis global de mayores de 60 años, destacan Galicia, Castilla y León, Andalucía, País Vasco, La Rioja y Navarra, lo que confirma la tendencia habitual de mejores resultados en comunidades del norte y Andalucía.
Por su parte, Cantabria, Comunidad Valenciana y País Vasco presentan un ligero retraso respecto al año pasado. En este sentido, la vacunación en mayores de 65 años es en Cantabria del 49,6%, frente al 51,5%; en Comunidad Valenciana del 50,5 frente a 57,4%; y en País Vasco del 61,8 frente a 63,8%. En el grupo de entre 60 y 64 años es en Cantabria del 20,5 frente al 22,1%; en Comunidad Valenciana del 24,1 frente al 29,7%; y en País Vasco del 26,8 frente al 29,7%.

Por qué una parte de los mayores no se vacuna
Desde Sanofi han asegurado que la decisión de vacunarse contra la gripe es, en la mayoría de los casos, un acto de automatismo y hábito personal, no de prescripción externa. De hecho, ocho de cada 10 personas se vacunan o planean hacerlo por elección propia o costumbre, relegando la influencia de la recomendación a un papel minoritario.
Dentro de este pequeño grupo que sí se vacuna por consejo, los profesionales sanitarios (médicos y enfermeros) son prácticamente los únicos influenciadores efectivos, concentrando alrededor del 80 por ciento de las recomendaciones.
Aquellas personas que deciden no vacunarse argumentan entre sus principales razones una baja percepción del riesgo personal, con muchos individuos que se creen invulnerables debido a su "salud de hierro". De hecho, tres de cada diez no se vacunan porque se sienten sanos, y un porcentaje significativo ignora su pertenencia a grupos diana al no considerar tener una enfermedad preexistente.
Ante estos datos, la compañía ha hecho hincapié en la importancia de la concienciación, ya que la población tiende a asociar la necesidad de vacunación únicamente con la enfermedad directa, obviando su rol en la prevención del envejecimiento inmunológico (inmunosenescencia) y la protección del entorno.



