Úrsula Segoviano
Salud
La mayoría de los casos de depresión y esquizofrenia no son hereditarios
Un estudio danés asegura que aparecen por la combinación de pequeñas variaciones genéticas

Un estudio de la Universidad de Aarhus (Dinamarca), publicado en The Lancet Psychiatry y tal como recoge Infosalus, revela que la mayoría de los pacientes diagnosticados con depresión o esquizofrenia no tienen antecedentes familiares cercanos con la misma condición.
La investigación, que analizó los datos de más de 3 millones de daneses desde 1920, muestra que el 89 % de las personas con esquizofrenia no registra familiares cercanos con ese diagnóstico, y el 60 % de quienes padecen depresión tampoco cuentan con antecedentes familiares. Estos hallazgos indican que estas enfermedades mentales no son exclusivas de ciertas familias.
Aunque los factores genéticos influyen, la mayoría de los casos —incluidos trastornos como el bipolar, el límite de la personalidad y otros— ocurren en personas sin predisposición hereditaria conocida, según el estudio.

El coautor Esben Agerbo explica que muchos de estos trastornos surgen de la combinación de pequeñas variaciones genéticas, sin un único gen determinante. Además, intervienen factores ambientales y el azar. El estudio aporta información innovadora al describir el riesgo absoluto: por ejemplo, tener un padre o hermano con depresión eleva el riesgo a aproximadamente 15 %, mientras que en ausencia de familiares cercanos, el riesgo se mantiene por debajo del 5 %. Incluso con antecedentes familiares directos, existe alrededor de un 85 % de probabilidad de no desarrollar la enfermedad.
Agerbo destaca la importancia de difundir este mensaje para matizar la creencia común de que los trastornos mentales son fundamentalmente hereditarios.
El estudio también subraya la necesidad de una doble estrategia en la lucha contra las enfermedades mentales: por un lado, una medicina personalizada que considere tanto la genética como el entorno individual; por otro, políticas públicas orientadas a reducir el estrés social, bajar el consumo de alcohol y promover el bienestar mental.