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Pericarditis: causas y síntomas de esta afección de la membrana que protege el corazón

Victoria Herrero

Foto: Bigstock

Martes 21 de enero de 2020

3 minutos

El síntoma más común de esta dolencia es un pinchazo en el pecho que empeora con el movimiento

Crean un hidrogel que podría aliviar las dolencias cardíacas
Victoria Herrero

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Martes 21 de enero de 2020

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Hoy hablamos de una enfermedad que afecta a la membrana que recubre y protege el corazón de las estructuras cercanas: el pericardio. Así, la pericarditis se trata de la inflamación de esa doble capa que, en ocasiones, provoca que el líquido que hay entre ellas (y que funciona como lubricante) aumente de tal manera que tapona el corazón. En otras palabras, este importante órgano deja de funcionar como debería.

El origen de una pericarditis

No existe una causa específica que lleve a esta situación, no obstante, en muchas ocasiones esta patología es la respuesta tras una infección viral o bacteriana. Además, también puede ser consecuencia de traumatismos en el tórax, enfermedades cardíacas como un infarto o un efecto secundario de algunos fármacos, como los anticoagulantes.

Es entonces cuando se puede producir la inflamación del pericardio, que se manifiesta con un dolor en la zona anterior y central del pecho y que puede extenderse hacia el cuello o la espalda. En un primer momento, muchos pacientes confunden la pericarditis con una angina de pecho. Sin embargo, en el primer caso el dolor se asemeja a un pinchazo que se complica cuando uno se mueve o respira, al contrario que en la angina de pecho, cuyas molestias son más como una presión. 

Además, cuando se trata de una pericarditis aguda, a estos síntomas se añaden la tos, la fiebre o la fatiga; esta última como consecuencia de ese corazón que no funciona correctamente, como explican desde el grupo hospitalario Quirónsalud (@quironsalud).

Pericarditis: causas y síntomas de esta enfermedad que afecta a la membrana que protege el corazón

Tratamiento de la pericarditis

Cuando esto sucede, el paciente debe ingresar en el hospital, salvo si es una afección leve, donde se le administrarán antiinflamatorios y corticoesteroides, sobre todo cuando el dolor sea de cierta consideración. Si la pericarditis se ha producido por otra enfermedad de forma secundaria, el tratamiento debe dirigirse a solucionar esa patología inicial donde se encuentra el origen.

Si, pasados unos días, esa inflamación del pericardio no remite de forma farmacológica, con lo que podría complicarse gravemente, sería necesario entrar en el quirófano para extirpar el pericardio, ya que no afecta a la salud general de una persona vivir sin esa doble membrana. 

Pasado un tiempo ingresado y ya en casa, el médico recomendará al paciente reposo absoluto durante unas semanas, para ir poco a poco retirando la medicación y como medida preventiva para que esta patología no se repita de inmediato. 

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Victoria Herrero

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