Sociedad

El alta más emocionante de la pandemia: Antonio vence al coronavirus tras 324 días hospitalizado

65ymás

Lunes 15 de febrero de 2021

ACTUALIZADO : Lunes 15 de febrero de 2021 a las 11:21 H

3 minutos

Es el paciente que más tiempo ha estado ingresado en España por Covid-19

El alta más emocionante de la pandemia: Antonio vence al coronavirus tras 324 días hospitalizado
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Lunes 15 de febrero de 2021

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Es, sin duda, el alta más emocionante de la pandemia del coronavirus. Antonio Leal Belmonte, un vecino de Málaga de 68 años, ha sido por fin dado de alta tras 324 días hospitalizado por Covid-19. Once meses de lucha que le convierten en el paciente que más tiempo ha estado ingresado por esta enfermedad en España.

Nunca se pudo imaginar Antonio, conductor jubilado de la demarcación de Costas del Ministerio de Medio Ambiente, cuando acudió a Urgencias del Hospital Universitario Virgen de la Victoria el pasado 26 de marzo, en los primeros compases de la pandemia, que iba a pasar casi un año allí. Llegó en ambulancia tras sufrir dificultad respiratoria, fiebre y otros, claros síntomas de coronavirus, que se unieron a la diabetes y a la hipertensión.

 

 

De esos 324 días hospitalizado, pasó 78 en la Unidad de Cuidados Intensivos. Después, fue trasladado al Hospital Marítimo de Torremolinos. Aunque superó el Covid a finales de abril, la enfermedad le dejó múltiples secuelas y un largo proceso de recuperación que se ha alargado otros diez meses.

"No sabes qué va a pasar contigo"

"Ya estoy en casa, gracias a Dios, que es lo más importante. La cosa se ha prolongado más de la cuenta y he sufrido un poquito bastante. Ahora me siento bastante bien, sobre todo si lo comparo con todo lo que he pasado. Lo que quiero es descansar, recuperarme del todo y estar con mi familia. No quiero nada más que estar tranquilo", comenta Antonio a La Opinión de Málaga"Ha sido duro, porque tienes el pensamiento constante de que no sabes qué va a pasar contigo", añade.

 

 

"Estuvo realmente muy grave -comenta su hija Cristina- temimos por su vida, el bicho no perdona ni respeta a nada ni a nadie. Lo peor de la enfermedad han sido las secuelas, que han sido muchas y variadas pero poco a poco se va recuperando. Ahora tiene problemas de movilidad, no puede mover un brazo, tiene los pies vendados y no puede andar. Poco a poco va aumentando su capacidad respiratoria, aunque ha perdido mucha masa muscular", añade su hija, quien ha acompañado a su padre durante todos los días que ha estado ingresado.

Los sanitarios que le han atendido durante casi todo este año le despidieron entre aplausos: "¡Valiente, campeón!"

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