Asociaciones de mayores

Jesús Norberto Fernández, presidente de la PMP: "Queremos una sociedad para todas las edades"

Entrevista con el nuevo presidente de la Plataforma de Mayores y Pensionistas

María Bonillo

Domingo 4 de mayo de 2025

26 minutos

María Bonillo

Domingo 4 de mayo de 2025

26 minutos

Jesús Norberto Fernández, nuevo presidente de la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP)

 

Jesús Norberto Fernández Muñoz ha tomado el relevo de Lázaro González García, concluido su mandato tras dos años al frente de la organización, como presidente de la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP). Su nombramiento ha tenido lugar durante el transcurso de la Asamblea Electoral de la PMP, que se celebró el pasado lunes 10 de febrero y en la que Fernández agradeció a la Asamblea y a la Junta Directiva de la PMP la confianza depositada para este mandato, que asume, según afirmó, con el compromiso de trabajar por la defensa y garantía de los derechos de los casi 10 millones de personas mayores de España.

La Plataforma de Mayores y Pensionistas (@PlataformaPMP), miembro del Comité Asesor de 65YMÁS, nació en 2021 reuniendo a las Organizaciones, Federaciones y Confederaciones de Mayores y Pensionistas más importantes del país con el objetivo de ser la voz de las personas mayores. Representando al movimiento asociativo de las personas mayores (son más de 15.000 asociaciones y más de 5.740.000 afiliados), su misión sigue siendo hacer frente a retos pendientes como son la soledad no deseada, la brecha digital, pensiones dignas, el edadismo o la mejora de los servicios de cuidados de larga duración, entre otros, tal y como ha asegurado el presidente de la PMP a este diario.

Jesús Norberto Fernández (presidente de PMP)

PREGUNTA.- ¿Cuál es la misión de la PMP actualmente? ¿Qué valores defiende?

RESPUESTA.- La PMP tiene como misión fundamental ser portavoz de un amplio conjunto de entidades, que todas confluyen en el mismo grupo de interés, que es el tema de los derechos de las personas mayores. Y en ese sentido, se convierte en un interlocutor ante los poderes públicos, los grupos parlamentarios y la sociedad reclamando la mayor presencia, participación y que la voz de los mayores sea escuchada.

El hecho de que sea una organización que tiene tan amplia representación y tantísimas asociaciones, y representa a tantos millones de personas, le da fuerza a la plataforma, nos da fuerza, para hablar con voz clara y fuerte sobre los grandes temas que nos afectan. 

PREGUNTA.- ¿Cómo valora el trabajo de sus predecesores? ¿Qué novedades o nuevos enfoques pretende aportar a la PMP?

RESPUESTA.- Yo creo que el balance habla por sí solo. Han sido dos mandatos de dos años, por tanto, la historia de la plataforma son cuatro años. Ahora estamos estrenando el quinto año de funcionamiento y el tercer mandato, que me ha correspondido a mí. Y creo que en los dos mandatos anteriores se han dado pasos muy importantes. Sobre todo se ha consolidado la estructura, se ha ganado cuerpo y músculo, porque son muchas las entidades, ya no solo las fundadoras que son muy importantes y muy potentes, sino toda la segunda capa de entidades adheridas, que son entidades de tipo científico, especializadas en distintos ámbitos de los derechos de las personas mayores. Y también una tercera capa de entidades colaboradoras. Y seguimos ganando fuerza porque se siguen incorporando nuevas entidades.

Se ha ganado espacio de interlocución con los ministerios y todavía mantenemos conversaciones, negociaciones e interlocuciones estables con alguno de ellos en temas tan importantes como pueda ser todo lo relativo a los derechos de los mayores como consumidores, con interlocuciones con el Ministerio de Economía, con derechos sociales, con el Ministerio de Igualdad, con el Ministerio de Sanidad, también con los grupos parlamentarios. También hemos tenido presencia en el Congreso de los Diputados, ya no solo en el Senado, que fue donde se presentó en su momento la plataforma, sino con grupos parlamentarios y comités, como puede ser el del Pacto de Toledo para temas de pensiones. Con el Tercer Sector, con otras entidades y otras plataformas que también trabajan con los mismos fines sociales que nosotros y bueno, la presencia en medios también ha ido creciendo en los dos últimos mandatos y estamos en una disposición mucho mejor para afrontar ahora otro tipo de retos que tenemos por delante y otros que son permanentes, porque hay muchas cuestiones que siempre repetiremos, que tenemos que seguir luchando, que son los grandes asuntos que rodean a las personas mayores.

PREGUNTA.- ¿Cuáles son los problemas más acuciantes a los que se enfrentan las personas mayores?

RESPUESTA.- Nosotros tenemos como tres ámbitos de actuación y preocupación constante en los que no nos desviamos ni un milímetro. No perdemos la atención sobre temas como son las pensiones, la sanidad y los cuidados de larga duración, lo que en nuestro país se llama Ley de Promoción de la Autonomía Personal y la Atención a la Dependencia. Esos son tres pilares fundamentales del Estado de Bienestar en España y son las tres bases en las que también se sostiene el bienestar y la seguridad de las personas mayores: pensiones, sanidad y cuidados de larga duración.

Y luego hay un conjunto de aspectos que impactan en la vida diaria de los ciudadanos mayores, como puede ser la participación social, el respeto y la lucha contra las actitudes discriminatorias y edadistas hacia las personas mayores. La soledad no deseada es algo que nos preocupa de manera permanente y tenemos propuestas y exigencias a la sociedad y a los poderes públicos. La brecha digital, la brecha financiera, la brecha de género a efectos también de las pensiones, la necesidad de desarrollar un pacto intergeneracional y hacer actuaciones con otras generaciones para no ser una parte distinta de la sociedad. Queremos una sociedad para todas las edades, donde todos juguemos un papel importante.

Por tanto, son muchos los ámbitos que tenemos por delante y además son objetivos permanentes, porque si bien hay que ser optimista en el sentido de que pensamos que podemos superar una serie de actitudes negativas o de dificultades que hay para la inclusión plena y total, no dejaremos de luchar por estos derechos ciudadanos, derechos que están en la base del tema. Y es que somos personas con dignidad y a las que hay que respetar y hay que darle un espacio en nuestras sociedades.

PREGUNTA.- Una Convención de las Naciones Unidas para proteger los Derechos de las Personas Mayores está cada vez más cerca de ser una realidad con la aprobación de la creación de un grupo de trabajo para redactarla. ¿Cómo valora este paso?

RESPUESTA.- Nos llena de satisfacción y felicidad a todas las organizaciones mayores, a todos los mayores que conozcan la iniciativa, y a tantos que no la conocen, pues es bueno que lo sepan, que después de diez años de trabajar en las mesas abiertas, recientemente, a principios del mes de abril, el Consejo de Derechos Humanos, que tiene su sede por cierto en Ginebra, donde hay 46 países de los ciento y muchos que configuran la constelación de países que participan en las Naciones Unidas, esos 46 países, entre los cuales acaba de entrar España, han aprobado una resolución por la que se inicia los trabajos para la redacción de la convención. Este es un tema que tiene una larga historia de demanda por parte de los mayores y también por parte de nuestro país. España siempre se ha posicionado a favor de una convención, lo mismo que fue muy activo en su momento con la Convención de los Derechos del Niño y luego, más recientemente, con la Convención de los Derechos de la Discapacidad, España planteó que también aquí tenemos que tener una convención que nos permita, de alguna manera, reflejar todos los derechos que tienen los ciudadanos mayores y que nos permita revisar la legislación allá donde no haya un acercamiento adecuado o que haya actitudes o posiciones que puedan discriminar directa o indirectamente a los mayores. Y luego ganar mayores cuotas en cuanto a lo que pueda ser nuestros derechos, nuestra participación, nuestra inclusión, nuestro papel que debemos jugar en nuestras sociedades. 

Lo que sí es cierto, y también debo hacerlo constar, es que, por un lado, nosotros en ese proceso de redacción queremos tener participación. Los procesos redactores suelen ser asumidos, lógicamente, por las representaciones gubernamentales de los distintos países a los que se encargará tal tarea, pero pedimos que también el movimiento asociativo de mayores y, concretamente, nuestra plataforma, tenga un papel determinante en esos debates.

Y luego nos armaremos de paciencia, porque sabemos que estos procesos son largos. A veces los expertos de Naciones Unidas dicen que estos procesos son de toda una década. Pues a ver si la podemos recortar a cinco o seis años para que podamos ver los mayores aprobada, puesta en marcha y ratificada, e incluso se empiece a desarrollar ya en nuestro país muchas de las previsiones que sin duda va a contener esta convención.

Y, además, hay que tener en cuenta una cosa, que países con menos desarrollo incluso que nosotros como algunos países latinoamericanos han hecho su propia Convención Iberoamericana de Derechos Humanos de las Personas Mayores. Por tanto, yo creo que es hora de que, desde luego la Unión Europea y el resto de los países, podamos también disfrutar de los beneficios de un marco que nos dé pie para todo el desarrollo normativo que se requiere en esta materia.

PREGUNTA.- ¿Es optimista respecto a acabar con el edadismo?

RESPUESTA.- Yo soy optimista, lo cual no quiere decir que el trabajo es duro y prolongado. Soy optimista porque creo que la sociedad española tiene suficiente experiencia, y así lo ha demostrado, en superar otros ismos y combatirlos, y además ponernos en cabeza de muchos de estos ismos o de discriminaciones ante otros colectivos. Pensemos en temas de raza, en temas de orientación sexual o en temas de derechos de la mujer, de igualdad de género. Yo pienso que también aquí la sociedad española, a poco que se le plantee, se le sensibilice adecuadamente, va a cambiar su registro, puede cambiar su registro en torno a las actitudes negativas de los estereotipos, ante los prejuicios que rodean el proceso de envejecimiento y a las personas mayores.

Pero desde luego tenemos que hacer una acción muy poliédrica y muy continuada en el tiempo. Esto exige una campaña muy constante que incluya, como dice la Organización Mundial de la Salud en aquel documento que aprobó en el año 2021 y que es un marco teórico y es una hoja de ruta muy importante para actuar en el cambio de actitudes de la sociedad, revisar todas las normativas en donde se produzca discriminación hacia las personas mayores. Tenemos que actuar, en segundo lugar, sobre todos los servicios públicos e instituciones que intervienen en la atención de las personas mayores donde pueden deslizarse actitudes discriminatorias, sean en el ámbito de la sanidad, de los servicios sociales, en todos aquellos ámbitos donde se desenvuelven las personas mayores, sobre todo cuando van a pedir servicios o ayudas determinadas.

Debemos actuar también en la educación de los jóvenes a todos los niveles educativos, la sensibilización de la sociedad en su conjunto, incluso de las empresas. Nosotros vemos constantemente cómo los trabajadores mayores sufren también el edadismo. Es necesario que las empresas y las organizaciones empresariales y sindicales, mediante el diálogo social, afronte de manera decidida, lo mismo que se decidió en su momento abordar los planes de igualdad en materia de género en las empresas, que haya planes también que contemplen el tema de edad como un tema a combatir. Luchar contra el edadismo laboral, manteniendo a los mayores en los puestos de trabajo, sabiendo utilizar el talento sénior, sabiendo cómo los mayores, que son muy fieles, que participan de la cultura de las empresas, pueden hacer eso que se llama mentoring, tutelar a esas otras generaciones más jóvenes que se van incorporando en las empresas. Hacer equipos intergeneracionales donde haya gente de la generación del baby boom, donde haya millennial y donde haya generación Z. Yo pienso que esa convivencia intergeneracional, que es otro elemento clásico de las estrategias contra la discriminación, se tienen que dar en la empresa, en la educación, en la sociedad, en el disfrute del ocio, en el participar de la cultura. El tema intergeneracional es uno de los elementos fundamentales también para trabajar contra los cambios de actitudes.

Hay que cambiar esa manera de pensar, de sentir y de hacer. La discriminación, el edadismo es pensar con estereotipos, tener sentimientos discriminatorios y luego actuar de manera que a veces es muy dolorosa para las personas mayores. Pero, además, lo más grave es que luego los mayores también llega un momento en que lo internalizan y ellos mismos se retroalimentan en el sentido de que, pues yo a lo mejor ya no valgo tanto o no soy tan tenido en cuenta o puedo ser invisible. Entonces debemos hacer todo lo posible por ello. Y en este momento la plataforma está definiendo una campaña, que se desarrollará en varios años, porque tiene que ser un objetivo permanente y queremos poner el acento en estos temas.

PREGUNTA.- ¿Qué estrategias planea implementar la PMP bajo su liderazgo para abordar problemas como la soledad que afecta a las personas mayores?

RESPUESTA.- Pues además del tema de la discriminación, como hemos dicho, que es uno de los temas fundamentales en los que vamos a trabajar, queremos ya una estrategia contra la soledad no deseada. Sé que el tema de la soledad es un tema transversal a lo largo del ciclo vital y sabemos que hay dos grandes polos en materia de soledad: soledad en los jóvenes y soledad en las personas mayores, y también a lo largo de toda la vida, obviamente. Pero ahí hay dos focos importantes. Lo cierto y verdad es que primero se tiene que hacer una estrategia ya. Yo creo que ya hemos perdido algunos años hablando de la necesidad de una estrategia.

Esa estrategia debe ya aprobarse este año y debe tener un capítulo muy rotundo en cuanto a lo que representa la mitad de las personas que viven solas en España; esos 4 millones de personas que viven solos en España, pues 2 millones son mayores. Por tanto, la mitad, y pronto mayoritariamente, serán los mayores los que están en situaciones de soledad no deseada. Los mayores y sobre todo en las últimas curvas de la vida, más allá de los 80 años, tienen además un perfil de gran vulnerabilidad. No podemos dejar pasar más tiempo sin actuar de manera muy decidida. Es muy importante que la Administración General del Estado haga una estrategia marco fijando mínimos de actuación, que ese marco de actuación se replique por parte de las comunidades autónomas; ya hay comunidades autónomas que tienen estrategias contra la soledad en sus territorios, pero no todas. Por tanto, vayamos a que todas las comunidades autónomas tengan estrategias.

Y luego es muy importante, puesto que es la administración más próxima, es la que conoce la situación, la que puede actuar a nivel de barrio, de portal, de casa y se conocen los datos de las personas, que a nivel municipal, en ese tercer nivel de las administraciones públicas, también se incorpore esta buena costumbre de planificar. Yo les digo a mis compañeros en la plataforma que planificar, por sí mismo, no resuelve los temas, pero desde luego el proceso de planificación es muy importante porque para planificar hay que oír muchas veces, se da participación a las organizaciones de mayores, se habla con la sociedad estructurada, con las grandes organizaciones de todo orden. Entonces el proceso de planificación es muy importante. Los municipios tienen ya que lanzarse también a planificar este tema.

Me consta que en lo que es la Red de Ciudades Amigables, una red que puso en marcha la Organización Mundial de la Salud y que la lidera en España el Imserso y la Federación Española de Municipios y Provincias, hay más de 200 municipios que ya están trabajando en esta línea. Pero es que España tiene 8.100 y pico municipios. Es muy importante que se mentalicen los poderes municipales para abordar este tema de manera decidida. Además, es un tema que no es de alto coste, es un tema de involucrar a la sociedad, a las asociaciones de vecinos, a los vecinos, promover actividades culturales, que los servicios sociales detecten esos casos de gente que se ha desarraigado y que se incorporen en actividades culturales, sociales, etc. Reengancharlos en la sociedad, favorecerles una alimentación a domicilio con comida sobre ruedas o como sea. Las personas que viven solas se van deteriorando, caen en una rutina de alimentación, van perdiendo fuerza, van ganando fragilidad y van a terminar muchas veces en situación de dependencia, amén de los problemas de salud mental y de malestar y de infelicidad que supone el tema de la soledad y el verse que personas que han contribuido tanto en la sociedad en el cuidado de sus familiares, pueden afrontar muchos años de su vida, en los años más frágiles, absolutamente solos.

PREGUNTA.- ¿Y respecto a la brecha digital?

RESPUESTA.- La brecha digital también es otro elemento donde no podemos aceptar que los mayores sean como inmigrantes tecnológicos. Los jóvenes y los adultos, sobre todo los jóvenes, son nativos tecnológicos, han nacido con las tecnologías en las manos. Los mayores nos hemos incorporado de manera tardía.

Lo que son las generaciones del baby boom, en sus trabajos han tenido, en la mayoría de ellos, no todos tampoco, han tenido que utilizar las nuevas tecnologías, por tanto eso nos preocuparía menos. De hecho, cuando se analizan las estadísticas que da el Instituto Nacional de Estadística, en el periodo 65/75 años se ve que prácticamente el 70% de los ciudadanos mayores de ese tramo de edad usan las tecnologías, usan internet, compran por internet, hacen sus gestiones por internet. E, incluso, cuando comparamos las estadísticas con el grado de uso que hacen en otros países europeos, no estamos nada mal. Incluso estamos a veces mejor que algunos países muy desarrollados. Es decir, no me preocupa tanto eso, que también, sino las personas que a lo largo de su vida laboral o bien porque no se incorporaron al mundo tecnológico o bien porque no tenían que utilizar las tecnologías, llegan a edades como 80 años y más y para ellos se les hace muy difícil el uso de las tecnologías.

No podemos dejar a nadie en el camino. Hay muchos mecanismos, desde lo más sencillo, que es lo intergeneracional, el que los familiares, los nietos, los hijos ayuden a las personas mayores que no acceden a el dominio del móvil o de los cajeros electrónicos o a las redes sociales como puedan ser las más elementales que te permite estar en contacto con tus familiares. Eso lo puedes aprender incluso con sencillamente la mínima solidaridad y correspondencia de tus hijos o de tus nietos. Además, es una manera preciosa para animar a que así se hagan, porque así tendrán un motivo para estar juntos. Que no dejen de pedir ayuda a sus familiares, de pedir ayuda en los centros de mayores, lo que a mí me gustaría que se llamaran centros de envejecimiento activo, en esos centros de mayores donde se hacen muchísimas actividades formativas en temas de nuevas tecnologías. Hay que animar a los mayores a que se inscriban en esos cursos, que se inscriban en esa estructura educativa que se llama los Centros de Adultos Mayores del sistema educativo, que llevan la Consejería de Educación, que también dan actividades y cursos de alfabetización digital.

A veces, los propios mayores tienen pereza para dar ese paso. Piensan que ya no pueden aprender. Pues sí, yo pienso que tenemos que hacerle llegar la información, como primera providencia, para que se enganchen y que pasen a alfabetizarse digitalmente.

Y luego, por parte de las empresas, de los bancos y de las grandes compañías suministradoras de servicios a domicilio, tienen que tener una sensibilidad añadida a las personas mayores y muy mayores para que no exijan una interlocución única y exclusivamente a través de internet para hacer las gestiones. Se tiene que mantener la vía de gestión telefónica, se tiene que mantener en los bancos la atención personalizada, la administración pública también debe hacer un doble proceso y un doble camino para que los que puedan tramitar sus cosas online que lo hagan pero que haya un sistema telefónico, que tanto les gusta a los mayores, y sino personalizado para los trámites. Es decir, tenemos que mantener las vías abiertas en tanto en cuanto muchas personas mayores y muy mayores no van a poder dominar a corto o medio plazo esas nuevas tecnologías. No podemos dejar a nadie en la cuneta.

PREGUNTA.- ¿Qué medidas consideran prioritarias la PMP para garantizar una pensión digna?

RESPUESTA.- La medida fundamental es la que nos da la ley de 2021, donde se regula la revalorización según el Índice de Precios de Consumo. Yo pienso que esa es, como telón de fondo, la gran tranquilidad que tenemos los pensionistas, que se nos actualice las pensiones anualmente según el IPC, como ha ocurrido este año, pues con el 2,8%, o el porcentaje que corresponda. El mantener la capacidad adquisitiva es un eje fundamental.

Ahora bien, existen en nuestro país un porcentaje muy alto de pensiones bajas que están en el entorno del salario mínimo o por debajo del salario mínimo. Ahí también, como se ha venido haciendo y como se ha hecho recientemente, tiene que haber una revaloración aún más alta. De hecho, para esas pensiones bajas se revalorizó, en lugar del 2,8% el 6%. Y cuando hay pensiones bajas con cargas familiares, como puede ser en determinados casos de viudedad, un 9%. Es decir, lo que hay que conseguir es que todo tipo de prestación del sistema de Seguridad Social, sea contributivo o no contributivo, al menos llegue al salario mínimo interprofesional. Yo creo que eso es un objetivo permanente y una reivindicación permanente. Tenemos que dar la tranquilidad y la seguridad a las personas que cobran pensiones de que van a poder llegar razonablemente bien a final de mes, que van a poder afrontar las necesidades más elementales de subsistencia, de consumo energético y todo lo que sea fundamental, amén de otro tipo de programas que pueden reforzar sus economías para temas de ocio, cultura, vacaciones, etc. Pero hay que asegurar ese mínimo digno para vivir.

Para nosotros esa es la gran bandera, es el gran objetivo. En este momento vemos que la sostenibilidad del sistema de pensiones es tranquilizadora, si bien vemos, también con satisfacción, pero que es necesario que desde el presupuesto del Estado se transfiera anualmente unas cuantías importantes ya para la financiación de las pensiones. No es suficiente lo que se obtiene por cotizaciones de trabajadores y sindicatos, aunque esté subiendo la cuantía y aunque esté subiendo el número de empleados, el Estado está haciendo importantes transferencias para asegurar el crecimiento progresivo de las pensiones.

Las pensiones van creciendo en su cuantía y van creciendo en el número de pensionistas. Y vamos a afrontar en los próximos años el gran reto del gran fenómeno de la jubilación de la generación del baby boom. Ahora han empezado a jubilarse hace dos o tres años, pero en la mitad de la década próxima se va a producir una subida muy importante del número de pensionistas, que además van a cobrar pensiones más altas y va a haber toda una renovación, por así decir, del perfil de prestaciones que va a recibir la gente, lógicamente, por la extinción de las personas más mayores y por la aparición de nuevos jubilados que han cotizado más, mejor y a lo largo de todo el ciclo vital.

Por tanto, el tema de las pensiones es algo que, en este momento tenemos una cierta tranquilidad, pero que nos preocupa de futuro. Y nos preocupa también que se mantengan y crezcan los puestos de trabajo y que esos trabajos estén bien remunerados para que sus cotizaciones tengan un impacto neto en la financiación de las pensiones. Es decir, nosotros entendemos que son muchos los aspectos a los que hay que estar muy atentos y pedimos y exigimos una atención muy mantenida y sostenida en este tema. Somos defensores de que, además, en nuestra Constitución se subraye y se blinde el carácter público del sistema de pensiones. Que se garantice también en la Constitución la revalorización constante y la mejora de las condiciones de vida de todos nuestros pensionistas.

PREGUNTA.- ¿Cuáles son las prioridades de la PMP para mejorar los servicios de cuidados de larga duración?

RESPUESTA.- El tema de los cuidados de larga duración es otro frente fundamental, junto con las pensiones y la sanidad. España inició hace ahora 18 años la puesta en marcha de la Ley de Autonomía Personal y Atención a la Dependencia, que yo creo que fue una de las grandes piezas de política social que se afrontaron allá a mitad de los años 2000, que empezó a funcionar en el 2007. Ya decíamos entonces que cualquier sistema de protección social requiere como 20 años para su consolidación. Pero estos últimos 18 años ha habido ciertamente periodos de cierto parón debido a la crisis económica que sufrimos a partir del año 2008 y luego recortes que se produjeron en los años 2012 y 2018. Hay que recuperar ese periodo difícil en el que hubo un estancamiento de los avances necesarios para el sistema de dependencia.

Y ahora hay un anteproyecto de ley, que ha aprobado el Consejo de Ministros en el mes de febrero, donde además de actualizarse otra ley también que impacta en el tema de mayores, como es el de los derechos de las personas con discapacidad, está la reforma de la ley conocida como Ley de Dependencia, que a mí me gustaría que se llamara Ley de Autonomía Personal y Atención a la Dependencia o de cuidados de larga duración, como se utiliza la terminología en el resto de Europa. Llámese como se llame, en esa reforma que ha aprobado el Consejo de Ministros, nosotros vemos dos cuestiones.

Una, que las mejoras que se hacen en el texto legal de la ley que se aprobó allá en el 2006, son satisfactorias. Nos gusta la música porque se refuerza el tema de los derechos de los cuidados de larga duración, como un derecho ciudadano. Se refuerza el enfoque de que sean los servicios y la atención centrada en la persona, teniendo en cuenta las necesidades de los mayores. Se crea una constelación de servicios compatibles entre ellos que permitan a los mayores satisfacer el conjunto de necesidades que tenemos.

La anterior ley prácticamente era un sistema binario donde o elegías una prestación económica o un servicio de ayuda a domicilio, o si recibías servicio a domicilio no podías recibir centro de día, etc. En este sentido, esta ley lo que plantea es la posibilidad de complementar varias prestaciones a la vez, lo cual es un avance fenomenal. Y además se incorpora, para el tema de los mayores y para las personas con discapacidad en su conjunto, sean o no mayores personas con discapacidad, el tema del asistente personal, no solo como prestación económica sino también como servicio, lo cual es muy importante, que tú puedas reclamar ese servicio junto con la ayuda a domicilio o tu centro de día. Se garantiza la teleasistencia con carácter universal y se incorpora algo que antes estaba simplemente en una disposición adicional en el texto antiguo como es el que en tu casa puedas recibir ayudas técnicas, tecnologías que te permitan ser más autónomo en tu vivienda y en tu entorno.

Desde ese punto de vista, nosotros entendemos que es muy satisfactorio lo que se dice en el texto legal. Ahora bien, existen otros elementos que nos siguen preocupando. Nos preocupa mucho la sostenibilidad del sistema de cuidados, la financiación. Todavía en España tenemos un gasto pequeño en gastos de autonomía personal y atención a la dependencia. Estamos a la mitad de lo que gasta la media de la Unión Europea. Si la Unión Europea viene gastando un 1,8% del PIB, España está rozando, si acaso, el 0,8% del PIB. Quiere decirse que en los próximos años tenemos que duplicar el presupuesto público que actualmente se gasta en atención a la dependencia. Ese es un gasto compartido que tiene que ser al 50% entre las Comunidades Autónomas y la Administración General del Estado. Y tenemos que revisar el tema del copago para que nadie se quede sin la posibilidad de disfrutar estos servicios. Y que se tenga en cuenta también las rentas bajas para que no aporten nada, que aporte el que más tenga, pero los que no aporten, que no se les rebaje en absoluto ni las intensidades de los servicios ni la cuantía de las prestaciones económicas. 

Tenemos que elevar la calidad de los servicios, tenemos que formar y pagar mejor a los cuidadores profesionales y a los no profesionales. Tenemos que apoyar a los cuidadores familiares que siguen haciendo una labor muy importante. Tenemos que reducir la lista de espera; aún hay 270.000 personas pendientes de entrar en el sistema. Tenemos que reducir los tiempos de tramitación; no es de recibo en un país civilizado y desarrollado como es España, como no ocurre en ningún otro país de la Unión Europea, que se tarden 334 días de media desde que solicitas una prestación al sistema de dependencia y te lo dan. Hay gente que muere a lo largo de este proceso de solicitud. Tenemos que optimizar los procesos administrativos, simplificarlos, informatizarlos, trabajar en términos de interoperabilidad de tal manera que se capten datos, que no sea el ciudadano el que tenga esa labor penosa de aportar datos que ya existen en la Administración. Tenemos que recortar los tiempos; lo suyo es que las prestaciones se resuelvan en tres meses y como mucho, como dice la Ley de Procedimiento Administrativo, en procesos complejos, como sin duda son estos donde hay valoraciones, donde hay tramitaciones, donde hay trámite de audiencia para hacer el plan individual de atención, puedes irte a los seis meses. Pero no es de recibo que se tarde más de un año. Tenemos que darle transparencia al sistema, que se sepa qué es lo que gastan unas administraciones y qué es lo que gastan otra.

Por tanto, la Plataforma dice bienvenida esa reforma, pero todos esos elementos estructurales que he señalado son fundamentales. Y ahí recientemente nos hemos pronunciado, lo que pedimos es que se haga un pacto de Estado. Lo mismo que esta ley en el 2006 se aprobó en el Congreso de los Diputados por unanimidad, pero luego la puesta en marcha fue muy desigual según los distintos territorios, ya hemos aprendido que como no haya un pacto de Estado, una convicción por parte de todas las fuerzas políticas y las administraciones públicas en torno al desarrollo por fin de este fundamental sistema, no avanzaremos. Y hay que ser conscientes de que el sistema tiene que estar bien engrasado, porque cada vez habrá más mayores, más octogenarios, que son los beneficiarios principales y desde el punto de vista estadístico, representan el 75% del sistema de dependencia. Por tanto, tenemos que prepararnos para lo que va a ser ese necesario crecimiento de este sistema, para que sea un pilar de nuestro estado de bienestar tan fuerte como es el de pensiones, como es el de sanidad o como es el de educación.

PREGUNTA.- ¿Se escucha a las personas mayores?

RESPUESTA.- Por supuesto que no se nos escucha. No se les escucha ni a las personas a título individual, ni se escucha a las organizaciones de mayores. Y no se les escucha, no con carácter general, pero sí hay porcentajes muy amplios de personas que no son tenidas en cuenta ni respetadas.

Hace poco se hizo por parte del Centro de Investigaciones Sociológicas un estudio precisamente sobre el tema de discriminación a las personas mayores. Y una tercera parte de los encuestados decían que su opinión no se tenía en cuenta, que no eran respetados, pero, además, desde el principio, desde la propia familia. Sí eso se produce en la familia, qué no se producirá en otros ámbitos, en la sociedad, en las relaciones interpersonales, cuando acudes a sistemas de protección como puede ser el sanitario o la administración, o cuando hablas con grandes operadores que tanto influyen en tu vida diaria, en la prestación de servicios, o cuando vas a un supermercado, o andas por las calles y no se te asegura que esas vías públicas estén en buen estado, estén bien iluminadas, no haya objetos que sean barreras arquitectónicas.

Tenemos que construir una sociedad para todas las edades y tenemos que hacer una labor desde abajo, desde el principio, desde la familia, los vecinos, la sociedad más inmediata, los ayuntamientos, y así para arriba. Y yo creo que eso es un proceso que debemos afrontar ya de manera muy decidida. 

Pero es que tampoco se tienen en cuenta a las organizaciones de mayores. Muchas veces se hacen políticas, planes, normas para los mayores, pero sin contar con los mayores. Y eso es tremendo. Primero, porque posiblemente no se estén ajustando debidamente las soluciones que se tratan de dar con buena intención, pero de tipo ilustrado. Hay que crear consejos de participación de los mayores a nivel local, autonómico y estatal. Tenemos que compartir todo lo que son actuaciones hacia las personas mayores, tenerlos en cuenta, que además es importante porque posiblemente reajustes más adecuadamente lo que quieres hacer a las demandas que te piden los ciudadanos. Y yo creo que esto es bueno para todos, y desde luego a las personas mayores esto les da el sentirse partícipes en la sociedad, el que se valore su experiencia, el que se valore su talento, creo que es un tema de justicia. Y, además, estoy seguro que eso enriquece a la sociedad, como así se demuestra allí donde sí hay espacios de participación plena. Pero tenemos que cambiar muchas actitudes todavía en nuestro país.

PREGUNTA.- ¿Qué es necesario para envejecer con dignidad?

RESPUESTA.- Pues un poco todo lo que hemos hemos hablado. Realmente el que tú tengas, en primer lugar, una tranquilidad para afrontar este largo periodo de la vida. Hace poco, en un estudio de una entidad aseguradora de nuestro país, se decía que cuando cumples los 65 años todavía tienes por delante un promedio de veintitantos años de esperanza de vida, esperanza de vida que, por cierto, fluctúa en función de la Comunidad Autónoma y en función de la riqueza y las rentas per cápita, que también eso hay que mirarse el tema. Pero lo cierto y verdad es que esos más de 20 años después de llegar a los 65 años es un periodo muy largo donde se dan muchas circunstancias y es un sector poblacional muy complejo y muy diverso, con situaciones muy distintas. Hay gente que no tiene ningún problema porque tiene un buen nivel sanitario, un buen nivel educativo, un buen nivel de pensiones, una buena presencia, una buena participación social, económica, política, etc. Pero hay otras personas que tienen más dificultades.

Entonces nosotros lo que tenemos que hacer es intentar que esas personas que pueden ser más frágiles o que pueden ser más vulnerables, que también se les atienda y se les rodee con los mecanismos de protección, de seguridad, de participación, de respeto, que requiere cualquier ciudadano. Ese es el tema de la dignidad, es reconocer a las personas mayores como un elemento básico de nuestra sociedad y que tienen un papel y que tienen que seguir jugando un papel muy importante a nivel no solo de la familia, sino de la sociedad inmediata y la sociedad en general. Por tanto, debemos repensar cómo estamos construyendo nuestras ciudades.

Estamos en un nuevo cambio de época y tenemos que revisar en profundidad todo este tema. Pronto representaremos un tercio de la población de nuestras sociedades civilizadas, y en este caso de España. Entonces pienso que debemos fijar una nueva estrategia como país donde se revise todo esto y, lo mismo que se han hecho con otro tipo de circunstancias y otro tipo de sectores poblacionales, luchar contra la discriminación directa e indirecta y darle el papel que reclaman y que se merecen las personas que han trabajado toda su vida por construir este país.

Envejecer y vivir toda una vida, y ahora ya podemos decir incluso vivir nuestras vidas completas, es un logro democrático que afecta a todos los ciudadanos. Pero también en una sociedad democrática tenemos que darle el espacio que se merecen todas las personas, también los mayores.

Sobre el autor:

María Bonillo

María Bonillo

María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.

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