Manuela Martín
Sociedad
Esta es la razón por la que odias el sonido de tu propia voz
Manuela Martín
Foto: Bigstock
Domingo 5 de junio de 2022
ACTUALIZADO : Domingo 5 de junio de 2022 a las 10:50 H
3 minutos
Al oír nuestra voz en una grabación experimentamos algo fisiológico y psicológico
Mandamos un mensaje de WhatsApp y cuando lo reproducimos y escuchamos nuestra propia voz nos invade una sensación de vergüenza y contrariedad al notar que esa voz no se parece en nada a la que nosotros oímos cada día cuando hablamos. ¿Así suena mi voz? Sigue leyendo y entenderás lo que ocurre.
La sensación que experimentamos al oír nuestra voz de una fuente externa es una mezcla entre lo fisiológico y lo psicológico.
Factor fisiológico
En primer lugar, hay que entender cómo funciona nuestro cuerpo y cómo el sonido de una grabación de audio se transmite de manera diferente a nuestro cerebro que el sonido generado cuando hablamos.
- Sonido del exterior:
Cuando percibimos un sonido del exterior, éste se transmite por el aire desde el lugar donde se origina hasta llegar a nuestro oído, lo que se conoce como conducción aérea.
El sonido llega en primer lugar al sonido externo, compuesto por la oreja y el conducto auditivo. De ahí, pasará al oído medio, donde se encuentra el tímpano que se encargará de convertir los sonidos en vibraciones. A continuación, el martillo, el yunque y el estribo, los tres huesos que componen el oído medio, envían estas vibraciones al oído interno.
En el oído interno se encuentra el caracol (cóclea) que transmite las vibraciones al nervio auditivo y éste a su vez al cerebro en forma de impulsos eléctricos.
- Sonido cuando hablamos:
Cuando hablamos percibimos el sonido de nuestra voz a través de dos canales diferentes.
Por un lado, recibimos parte del sonido a través de la conducción aérea. Es decir, escuchamos nuestra voz a través de nuestro propio oído como ocurre con cualquier otro sonido externo. En este sentido, el sonido seguirá el mismo recorrido por las diferentes partes de nuestro oído hasta llegar al cerebro.
Sin embargo, cuando hablamos, también hay parte del sonido que nos llega al cerebro por el interior de nuestro propio cuerpo a través de los huesos del cráneo: conducción ósea. Al hablar, se produce una vibración interna en los huesos y tejidos que componen el cráneo, haciendo el sonido más envolvente. El caracol (cóclea) se hace eco de esta vibración y la transmite a través del nervio auditivo de una manera diferente al sonido que recibimos del exterior.
Cuando escuchamos nuestra voz al hablar la notaremos más grave y profunda, mientras que la grabada puede sonar más fina y con un tono más alto.
Factor psicológico
Dado que lo más habitual es oír nuestra voz al hablar y no de grabaciones, cuando lo hacemos de esta segunda forma suele resultarnos menos conocido, como si fuese una nueva voz a la que no estamos acostumbrados.
Además, la voz que oímos al hablar es la que consideramos verdadera, única y con la que creamos nuestra autopercepción e identidad propia. Por ello, al escuchar una grabación nos sentimos extraños al pensar cómo todo este tiempo las personas han estado escuchando nuestra voz de una manera diferente a tal y como nosotros pensamos que es lo verdadero y que nos identifica.