Los vecinos del barrio bilbaíno de Zurbaranbarri, habitado en su mayoría por personas mayores, llevan desde 2009 denunciando la falta de accesibilidad a sus casas. Pese a que el metro llegó hace unos años a la zona, la modernidad brilla por su ausencia en este distrito en plena ladera del monte Artxanda, que obliga a los vecinos a subir y bajar cientos de escaleras cada día. Por eso, piden al Ayuntamiento de Bilbao (@bilbao_udala) y al Ararteko (Defensoría del Pueblo del País Vasco) una solución urgente para que personas "de todas las edades" tengan facilidad de acceso, según informan los medios locales.
Barreras arquitectónicas insalvables para las personas mayores, que son en su mayoría las que habitan el barrio, además de para carritos de bebés y vecinos con problemas de movilidad que llevan denunciando desde hace años. Diferentes partidos han propuesto en sucesivas campañas para las elecciones locales crear rampas mecánicas y ascensores, pero lo cierto es que los vecinos siguen día tras día en la misma situación.
Piden que se aplique la Ley de Accesibilidad Universal
Es el caso de Loli. Cuando no está bajando escaleras, las está subiendo. "Estamos esperando, siempre esperando. Queremos reivindicar que se aplique la Ley de Accesibilidad Universal al barrio", se queja a las cámaras de RTVE.
Son 964 escalones que numerosos vecinos tienen que subir y bajar para poder acceder a sus casas. El otro problema son las caídas que sufren muchos, tal como denuncia otra vecina que explica que tuvieron que ponerle 15 grapas en la cabeza y otra, que lleva una prótesis de rótula por una caída.
Sin embargo, otros han dejado de utilizar las escaleras y llevan años sin salir de su vivienda, lo que aumenta su aislamiento. Se trata de un problema que no hace distinción de edad. "Es duro todos los días. Estamos abandonados teniendo el Ayuntamiento a 10 minutos de aquí", señala otro vecino a Antena 3.
En 2019, recogieron más de 1.400 firmas que entregaron al Ayuntamiento, lo que supone prácticamente el 70% de los residentes en este lugar, pero cuatro años después siguen esperando un estudio que el consistorio prometió y del que aún no hay noticias.