Cómo solicitar la incapacitación de una persona mayor

Cuando una persona ya no cuenta con las capacidades necesarias para gobernarse por sí misma, la ley permite la incapacitación legal. Al llegar a una determinada edad, las personas son más propensas a sufrir enfermedades mentales que les impiden tomar decisiones por sí mismos. En estos casos, sus familiares o allegados pueden plantearse solicitar una incapacitación.

Tal y como establece el artículo 199 del Código Civil, sólo mediante una sentencia judicial se puede determinar la incapacitación de una persona, siendo necesario una prueba pericial médica, una valoración de los equipos sociales o la inspección del juez que certifique que se cumplen las causas necesarias.

Causas más comunes para solicitar la incapacitación

En el caso de las personas mayores, estas son las causas más comunes para solicitar la incapacitación legal:

• Padecimiento de alguna enfermedad de carácter físico o psíquico
• Padecimiento de un trastorno mental
• Padecimiento de algún tipo de demencia o enfermedad neurodegenerativa como el Alzheimer
• Presentar una discapacidad intelectual
• Vivir en una situación de fragilidad o falta de autonomía por un problema social

La persona que sufra alguna de las causas que hemos visto anteriormente puede decidirse por sí misma a iniciar el procedimiento. Sin embargo, lo más común es que sean terceras personas las que se encarguen de hacerlo.

Las únicas personas que pueden iniciar el procedimiento para incapacitar a una persona mayor son: el cónyuge o la pareja del incapacitado siempre y cuando vivan juntos, los hijos, los hermanos, los padres y la propia persona. En el caso de que la persona mayor no tenga familia, el Ministerio Fiscal (@fiscal_es) puede solicitar su incapacitación legal directamente.

Tipos de incapacitación para mayores

Existen dos tipos principales de incapacidades en función de las necesidades de la persona. Por un lado, la incapacitación total establece que la persona es incapaz de realizar ningún acto por sí misma. De esta manera, el incapacitado necesita una persona que ejecute las funciones por él, al que se le asignará la responsabilidad de tutor legal.

Por otro lado, la incapacitación parcial está dirigida a aquellas personas que debido a una incapacidad no pueden realizar todas las acciones cuotidianas, pero algunas sí. En este caso, el incapacitado deberá recurrir a una persona denominada curador para que cubra sus necesidades y lleve a cabo las acciones que se le asignan. También es fundamental la presencia de un administrador patrimonial para proteger y ocuparse de los bienes del incapacitado.

Iniciar el procedimiento

La posible incapacidad se tramita en el juzgado de primera instancia correspondiente al domicilio de la persona. En ese momento se inicia el proceso y se deberán presentar las pruebas que avalen la solicitud de declaración de incapacidad. En el juzgado serán determinantes los informes médicos, las declaraciones de familiares y allegados y las del propio afectado para evitar que se pudiese dar algún error.