
Preocupación extrema: ya van 321 mayores muertos por el calor, en el peor mes de junio desde 2022
El colectivo tiene un riesgo superior de fallecimiento y de complicaciones

Este comienzo del verano está siendo especialmente mortífero para las personas mayores, debido al calor extremo.
Según las estimaciones del portal MoMo (Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria), en junio de 2025, habrían fallecido por causas relacionas con las altas temperaturas 330 personas, 321 de las cuales –el 97%– serían mayores de 65 años. Y los principales afectados estarían siendo quienes superan los 85 años: el 67% de las defunciones totales.
Es más, en comparación con otros años, se trata del peor mes de junio desde 2022, cuando hubo 812 muertes de mayores por calor. En concreto, respecto al mismo mes de 2024, la cifra de fallecimientos de personas de más de 65 años en 2025 es casi 13 veces más elevada.
Y esta tendencia seguirá al alza, ya que, según las predicciones de eltiempo.es, realizadas en base a los modelos estacionales, este verano podría ser "ligeramente más cálido de lo normal".
Fuente: MoMo.¿Por qué afecta más a las personas mayores?
Por ello, es importante que los mayores se protejan, ya que el principal perfil de riesgo ante olas de calor como la que se está registrando actualmente, con temperaturas que superan los 40 grados en el sur y oeste de la península, es el de una persona de más de 65 años, más, cuando tiene ciertas patologías previas.
Y es que el peligro no sólo está en que pueda sufrir un posible golpe, que ya ha causado la muerte este mes, lamentablemente, de dos trabajadores sénior de 51 años, en Barcelona, y de 58 años, en Córdoba, sino también en la descompensación de enfermedades debido al exceso de temperatura.
Según explican en un comunicado de la organización HelpAge España, las temperaturas extremas afectan especialmente a los mayores por las siguientes razones:
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Pérdida de la capacidad de termorregulación: con el envejecimiento, el cuerpo reduce su eficacia para regular la temperatura corporal, lo que limita la capacidad de adaptación frente a condiciones de calor extremo.
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Menor percepción de la sed: en las personas mayores, la sensación de sed puede estar disminuida, incluso en situaciones de deshidratación, lo que puede derivar en complicaciones graves sin que sean plenamente conscientes de su estado.
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Uso de medicamentos: determinados tratamientos farmacológicos, como diuréticos, antihipertensivos o psicotrópicos, pueden aumentar el riesgo de deshidratación o interferir en los mecanismos fisiológicos de respuesta al calor.
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Condiciones de salud preexistentes: patologías cardiovasculares, respiratorias o neurológicas pueden intensificar la vulnerabilidad al calor, agravando sus efectos sobre la salud.
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Condiciones habitacionales inadecuadas: muchas personas mayores residen solas o en viviendas que carecen de climatización adecuada, lo que incrementa significativamente su exposición al calor ambiental.
Durante una ola de calor, el organismo puede experimentar un estado de estrés térmico, caracterizado por la incapacidad del cuerpo para mantener su temperatura interna dentro de rangos seguros. Esta situación puede desencadenar consecuencias graves para la salud, como golpes de calor, síncopes, deshidratación severa, insuficiencia renal e incluso la muerte, especialmente si no se adoptan medidas preventivas adecuadas de forma oportuna, indican.
Y con el objetivo de minimizar los riesgos para la salud, especialmente entre los colectivos más vulnerables, cabe recordar que el Gobierno de España ha activado el Plan Nacional de Actuaciones Preventivas de los Efectos del Exceso de Temperatura sobre la Salud 2025, por el cual se insta a que mantengan la precaución durante estos periodos de ola de calor.
Cabe recordar que, sólo en 2024, murieron 1.934 mayores por causas relacionadas con el calor entre junio y septiembre.

Síntomas de alerta
De esta manera, ante cualquier episodio de calor intenso, es importante estar atentos a signos como:
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Mareos o debilidad.
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Dolor de cabeza.
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Confusión o desorientación.
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Sudor excesivo o piel seca.
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Pulso acelerado.
En presencia de estos síntomas, se recomienda buscar atención médica inmediata.
Recomendaciones para prevenir riesgos

Finalmente, desde HelpAge España se insta a la población a seguir los siguientes consejos:
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Mantener una hidratación adecuada: Se recomienda ingerir agua cada 1–2 horas, incluso en ausencia de sensación de sed. Es aconsejable evitar bebidas que contengan cafeína, alcohol o alto contenido en azúcar, ya que pueden favorecer la deshidratación.
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Permanecer en ambientes frescos: Procurar estar en espacios ventilados o con sistemas de climatización. En caso de no disponer de aire acondicionado en el hogar, se sugiere acudir a centros públicos climatizados, como bibliotecas o centros comunitarios.
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Utilizar vestimenta adecuada: Optar por ropa ligera, de colores claros y preferentemente confeccionada con tejidos naturales como el algodón. Evitar la exposición directa al sol, especialmente en las horas centrales del día.
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Elegir una alimentación ligera y refrescante: Priorizar el consumo de alimentos frescos, como frutas, verduras y ensaladas. Se desaconsejan las comidas calóricas.
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Restringir la exposición al exterior durante las horas de mayor calor: Entre las 11:00 y las 18:00 horas, se recomienda limitar las salidas al exterior y permanecer en lugares frescos siempre que sea posible.
El calor extremo representa un riesgo significativo para la salud, especialmente en los grupos más vulnerables. No obstante, mediante la adopción de medidas preventivas adecuadas, es posible minimizar sus efectos y evitar complicaciones graves, concluyen.