Cultura

El 'sueño del tiempo' de Lorca y Juan Ramón Jiménez en Granada

Marta Jurado

Jueves 6 de junio de 2019

ACTUALIZADO : Jueves 6 de junio de 2019 a las 18:22 H

7 minutos

Alfonso Alegre rememora el mítico encuentro entre los dos poetas en 1924 en 'Días como aquellos'

El 'sueño del tiempo' de Lorca y Juan Ramón Jiménez en Granada
Marta Jurado

Jueves 6 de junio de 2019

7 minutos

Corría el año 1919 cuando un jovencísimo Federico García Lorca conoció en Madrid al ya reputado poeta Juan Ramón Jiménez, a través de la carta de recomendación de Fernando de los Ríos en la que le pedía que recibiese con amor a "ese muchacho lleno de anhelos románticos". No hizo falta mucho más para que el premio Nobel que entonces tenía 37 años, reconociese el talento del tímido poeta granadino, de apenas 20, calificado por Jiménez como "un niño de la luna, el atlante de la poesía joven".

Ambos entablaron una amistad desde entonces que tuvo su punto culminante en el viaje que hicieron juntos Granada en 1924 junto a la familia de Lorca. Un encuentro mítico, reflejo de la ilusión de los inicios de la relación y de toda una efervescencia cultural de la Segunda República, que tendría importantes consecuencias en la obra posterior de ambos poetas. Este es el centro del último libro del poeta y ensayista gran conocedor de la obra del de Moguer, Alfonso Alegre Heitzmann, Días como aquellos. Granada 1924 (Fundación José Manuel Lara, 2019), que ha recibido el Premio Antonio Domínguez Ortiz de Biografías 2019. 

Un relato íntimo y nostálgico que recupera no solo la figura de Lorca sino la de Juan Ramón Jiménez desde una óptica personal, más allá de su figura como poetas de una generación, la del 14 y la del 27, que marcarían un antes y un después en la Literatura Española Contemporánea conocida como la Edad de Plata."Nos ha llegado especialmente la intimidad con que Alegre, responsable de la edición crítica del último poema de Jímenez Lírica de una Atlántida (Círculo de lectores, 1999), narra ese encuentro mítico con una mezcla de investigación propia, narración y crítica. El libro es un reflejo de la España que pudo ser, pero que el tajo de la Guerra Civil rompió en dos mitades", explica Ignacio Garmendia, editor Fundación José Manuel Lara.

Cubierta Días Como Aquellos
Fuente: Editorial Planeta

Un viaje inolvidable

Poco sabemos de cómo se fraguó el viaje de Juan Ramón y su mujer Zenobia a Granada en junio de 1924 ya que no hay apenas documentos. "Pero todo parece indicar que se trató de una invitación personal de Federico al matrimonio en nombre de sus padres para conocer la ciudad andaluza y que duró menos de dos semanas", aclara Alfonso Alegre en la presentación del libro en Madrid. "Según pude descubrir por las cartas de Jorge Guillén de la época, aunque Isabelita Lorca, la hermana del poeta, lo vivió tan intensamente que en sus diarios lo relata como 1 mes", explica.

Durante ese periodo las dos familias visitaron la Alhambra, los jardines del Generalife y tuvieron oportunidad de encontrarse con Manuel de Falla y otros protagonistas de la vida cultural granadina como Hermenegildo Lanz o Emilia LLanos. El de Moguer definió Granada como una "ciudad bellísima pero llena de misterio y de tristeza" y vivió esos días como "inolvidables", relata Alegre, quien destaca que "desde el primer momento el autor de Platero y yo intuyó lo que el viaje iba a significar y así escribió unos versos en el tren que años después revisaría con nostalgia, como "un sueño del tiempo y del olvido".

Y efectivamente, fueron días que inspirararon la creatividad de ambos poetas. Pocos días después de su visita, Jímenez escribiría el poema Generalife, un largo romance que dedicó a Isabel García Lorca y Olvidos de Granada una obra inspirada en ese viaje que se publicó póstumamente tras el intento fallido de sacarlo a la luz cuando Juan Ramón estaba ya en el exilio. Mientras, "Lorca comienza entonces a escribir Romancero Gitano, con una voz propia e inimitable, sin apoyarse en sus valedores hasta el momento Juan Ramón Jiménez y Rubén Darío", cuenta Alegre. 

Días como aquellos
Fuente: Editorial Planeta

Guerra Civil, el inicio de un calvario

La nostalgia con la que Juan Ramón Jiménez recuerda el viaje a Granada en Olvidos de Granada se tiñen de amargura al desvelarse que esas líneas que rememoran la entrada del tren en Granada al atardecer junto a Lorca y su hermano Francisco, fueron en realidad escritas en los años 30, cuando Juan Ramón Jiménez comienza a recibir rumores sobre la muerte del granadino durante la Guerra Civil española.

"No quiero creer la noticia, y la ahuyento de mí", escribe el poeta ante una entrevista para un medio extranjero. "Esto sería el inicio de un largo calvario en el que se fue enterando de la desaparición de sus grandes colegas y amigos como Unamuno, Machado o Miguel Hernández fruto de la Guerra Civil", explica el poeta y ensayista Alfonso Alegre.

El poeta y su mujer cruzaron el paso de La Junquera el 22 de agosto de 1936 y desde ahí embarcaron en Cherburgo a Estados Unidos. Aunque Lorca fue asesinado en la madrugada del 18 de agosto, no fue confirmado por los periódicos españoles hasta el 8 de septiembre. "No puedo creer que hayan matado a un poeta por el hecho de ser poeta, ni pensar en el dolor de la familia que yo quiero tanto", escribía Jiménez pese al distanciamiento entre ambos en esos últimos años.

Maestro y discípulo

"Hay que alentar a los jóvenes, castigar a los maduros y tolerar a los mayores", escribía Juan Ramón Jiménez en uno de sus cuadernos y este espíritu pudo ser la esencia de la relación entre Lorca y Juan Ramón Jiménez. Unidos por la entrega y el entusiasmo por la creación ambos trabajaron esa relación que muchos califican de maestro y discípulo y que Juan Ramón Jimenez ejercería sobre muchos otros de los poetas de la generación del 27 vinculados a la Institución Libre de Enseñanza.

"Seguramente Jiménez se refería con esa frase a que merecía la pena animar a los jóvenes, llenos de entusiasmo -pero con menos experiencia- y ser más crítico con los maduros, para que no se acomodasen en su pedestal creativo", especifica Alfonso Alegre. "Pero sí hay una cosa clara, Juan Ramón Jiménez alcanzó su plenitud poética a partir de los 60 años. Lo mejor de su obra, como Lírica de la Atlántida, está en los libros que escribió al final de su vida, aunque siempre fue fiel a sí mismo", cuenta.

Y reclama: "En España Juan Ramón Jimenez ha sido un gran incomprendido. No se le ha hecho justicia ni como poeta ni como persona. Por su compromiso con las ideas, se le borró de la historia de la Literatura española. Hay que recordar que murió tras 20 años de exilio, olvidado en Puerto Rico". "Muchos se sorprenderán porque en el libro hay detalles inéditos y también aclara textos complicados de entender. Alegre ha abierto una ventana a la obra de Jíménez", declara Carmen Hernández- Pinzón, sobrina nieta de Juan Ramón Jiménez responsable de gestionar el legado del poeta andaluz. 

Para recuperar su vida y obra, se presentará este jueves 11 de junio en Granada, este libro que repasa uno de los momentos más memorables de la vida en común de los dos poetas, porque como escribió Jímenez "Días como aquellos pasan pocas veces en la vida...".

Sobre el autor:

Marta Jurado

Marta Jurado

Marta Jurado es periodista especializada en Sociedad, Economía, Cultura, Política y redactora en el diario digital 65Ymás desde sus inicios. Licenciada en Periodismo por la Universidad Carlos III y en Filología Inglesa por la UNED, ha trabajado en medios de tirada nacional como El Mundo Público y las revistas Cambio16 y Energía16. Tiene además experiencia en comunicación corporativa de empresas e instituciones como BBVA o INJUVE.

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