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Mary Shelley nació en Somers Town, Londres, un 30 de agosto de 1797, en el seno de una familia de intelectuales que le proporcionó una educación muy distinta a la que podía recibir cualquier niña en los inicios del siglo XIX.
Aunque su madre, la escritora feminista Mary Wollstonecraft, murió a los pocos días del nacimiento de la pequeña Mary, fue una figura determinante en su vida y su obra, porque las ideas reflejadas en sus escritos, especialmente en la obra Reivindicación de los derechos de la mujer (1792), influyeron con fuerza en el pensamiento de su hija.
Su padre, Willian Godwin, también filósofo y escritor, la educó en un ambiente de libertad, algo que, sin duda, propició el desarrollo de las inquietudes y el talento de Mary pese a crecer en el ambiente conservador de la Inglaterra del XIX.
El mito de Frankenstein
Con apenas 17 años, la escritora conoció a Percy Bysshe Shelley, poeta de ideas radicales y amigo de su padre. Pese a estar casado en esos momentos, los dos iniciaron una relación que acabaría años más tarde en matrimonio. La pareja se marchó a París y durante sus primeros años de relación y viajó por Alemania, Italia y Suiza. Todo ello mientras ambos se dedicaban a la lectura y Mary fraguaba sus primeras obras, muchas de ellas relatos y novelas cortas que frecuentemente publicaba en anuarios de la época.
De esas primeras obras, destaca Historias de una excursión de seis semanas, una especie de recopilatorio basado en las experiencias de la pareja en su huida, que también incluye parte de la correspondencia entre ellos durante esos años. Las ideas políticas, los acontecimientos históricos y el amor de la pareja se entremezclan en estas líneas, que fueron el preludio de la primera novela de ciencia ficción de la historia: Frankenstein.
'Frankenstein' de Mary Shelley (Oxford Graded Readers)Mary Shelley escribió Frankenstein o el moderno Prometeo en 1816 en Suiza, durante una visita que hizo con su marido a su amigo el también poeta Lord Byron. Cuentan que el germen de la obra surgió tras la lectura en común de una serie de historias góticas, tendencia literaria del momento. y la posterior propuesta de hacer cada uno de los presentes un relato de características similares.
Cierto o no, la realidad es que dos años después, la novela era publicada por primera vez y el tierno “monstruo”, hecho con restos humanos al que consigue dar vida el doctor Víctor Frankenstein, fue un gran éxito por el que la escritora sigue siendo recordada más de un siglo después de su fallecimiento.
Una obra extensa y poco conocida
Aunque esta fue la novela que le dio la fama universal que llega hasta nuestros días, especialmente por las distintas adaptaciones hechas para el teatro o el cine, la autora no dejó de escribir hasta que el cáncer que padecía acabó por impedírselo.
Mathilda, que contiene elementos autobiográficos; Valperga, novela histórica que cuenta, manteniendo los estereotipos del estilo gótico, la historia de Castruccio, Príncipe de Lucca, personaje oscuro en la Florencia del siglo XV; o El último hombre, una novela absolutamente adelantada a su tiempo por su carácter futurista, al tratar sobre una Humanidad arrasada por una terrible plaga en épocas venideras, fueron algunas de sus obras posteriores.
Tras la muerte de su marido, Mary dedicó también parte de su esfuerzo en dar a conocer su obra como poeta y político, logrando en 1824 publicar los Poemas póstumos de Percy Bysshe Shelley. En los años posteriores, escribió otras novelas menos conocidas como Perkin Warbeck, en la que la autora se muestra una vez más pionera de la narrativa al hablar del concepto de la mujer en el ámbito del poder político; Lodore, también centrada en personajes femeninos, y Falkner, que cuenta la historia de una mujer educada bajo la tiranía del patriarcado.
De su obra, además, hay que destacar su trabajo como biógrafa, con mención especial a su recopilatorio Vida de los poetas ingleses más eminentes.
'Mathilda' de Mary Shelley (Ed. Catedra)Una historia marcada por la desgracia
Pese a lo complicado que podía resultar para una mujer nacida en el siglo XVIII ser considera en el mundo de la literatura, ella lo logró, superando numerosas dificultades a las que tuvo que enfrentarse también a nivel personal.
A lo tormentoso del inicio de su relación con Percy, hay que añadir la pronta e inesperada muerte del que finalmente fue su marido, que falleció ahogado mientras navegaba en las cotas de Livorno. Pero esta no fue la única tragedia de su vida. Mary perdió a su primer hijo antes de nacer, algo que la sumió en una profunda depresión. De los tres hijos que tuvo posteriormente, solo uno logró sobrevivir y alcanzar la edad adulta.
También se dice que la escritora tuvo numerosos amantes y relaciones una vez fallecido su marido, y que alguna de ellas llegó a chantajearla con la publicación de cartas comprometedoras. Mary Shelley falleció el 1 de febrero de 1851, a los 53 años, pero su obra sigue vigente y se acerca, cada vez más, al reconocimiento que merece.